«Creep 2»: Los psicópatas son mejores en las segundas partes
En 2014 se estrenó una cinta de terror independiente que demostró que el dicho “Con menos se puede hacer más” es totalmente cierto, pues con una historia sencilla pero bien construida logró crear una trama envolvente y sofocante a pesar de contar con un bajísimo presupuesto; su nombre: Creep.
En esta película del director Patrick Kack-Brice se nos presenta la extraña relación que se formará entre Josef (Mark Duplass) y un camarógrafo llamado Aaron (Patrick Brice) luego de que el primero lo contrate para que simplemente lo grabe en su día a día, pues debido a una enfermedad terminal no podrá conocer a su hijo, por lo cual uno de sus últimos deseos es que su primogénito lo conozca al menos mediante cintas de vídeo. Sin embargo, Aaron pronto se dará cuenta de que podría haberse metido en un grave problema cuando Josef comience a desarrollar una enfermiza obsesión por él.
Sorpresivamente Creep resultó ser un gran producto de terror psicológico, pues sin hacer uso de escenas gore y valiéndose sólo de situaciones que denotan sentimientos de impotencia, miedo, claustrofobia e incertidumbre, fue capaz de tomar una historia sencilla y amoldarla de tal forma que el producto final fue una gran cinta que en verdad logra transmitir cierta incomodidad al espectador gracias a la construcción del personaje de Josef, quien es un claro ejemplo de una mente trastornada.
Asimismo, hace unos días se estrenó Creep 2, dirigida por el mismo director y en donde vemos de regreso a Mark Duplass para interpretar una vez más a este personaje trastornado. La línea que sigue esta segunda parte es prácticamente la misma que su antecesora: Aquí Josef contrata a Sara, una camarógrafa frustrada porque su canal de YouTube no tiene suficientes visitas, por lo cual decide aceptar el trabajo que este hombre le ofrece a pesar de que este último le confiesa que en realidad es un asesino en serie. Contrario a lo que se pensaría, ella decide quedarse y terminar el trabajo, por lo que ahora cabría preguntarse: ¿Josef ha encontrado a su compañera en el crimen, o simplemente Sara ha descubierto que la locura de este personaje es falsa y sus supuestos asesinatos no son más que una mentira?
Ahora bien, si Creep fue una buena película y lo que se esperaría es que su secuela no fuera más que un vano intento por estar a la altura de su antecesora, cabe decir que no hay nada más equivocado, ya que sorpresivamente esta continuación está al mismo nivel que la primera parte e, incluso, bien podría superarla (esto dependiendo si al espectador le gusta más el suspenso de la primera o el terror de la segunda).
Para no entrar en spoilers, sólo diremos que Creep 2 consigue lo que muy pocas cintas logran: adentrarse en las profundidades de una mente trastornada. ¿A qué nos referimos con esto? A que tanto la primera parte como esta secuela se enfocan en construir a un hombre que logra transmitir miedo no por sus supuestas matanzas y torturas, sino por su carácter y la manera tan extraña que tiene de comportarse frente a la cámara, pues no hay asesino más peligroso que aquel que luce como una persona “normal”.
Ahora bien, todo esto se consigue gracias a la actuación de Mark Duplass como Josef, pues mediante sus gestos, movimientos corporales, sus arranques de ira, la suavidad de su voz e incluso su mirada, logra crear un personaje que efectivamente incomodaría (y quizá hasta aterrorizaría) a cualquiera que se sentara a platicar con él.
De esta forma, la gran fortaleza en estas dos cintas de Creep es presentar la historia oscura de un personaje que, aunque sencillo, es más siniestro aun. Asimismo, es gratificante mirar a los “psicópatas” desde un punto de vista menos visceral y más anímico, pues no hay nada más escalofriante que pensar como personajes como este puedan vivir allá afuera bajo una máscara de normalidad.
Cabe advertir que los amantes del gore no encontrarán en estas cintas dicho elemento, aunque sí una historia sencilla pero concreta. Por el momento se espera que Creep se convierta en una trilogía.