“Errementari: el herrero y el diablo”, una tenebrosa fábula vasca
Por más cuerdos, razonables e incluso letrados que seamos, lo sobrenatural siempre causará en nuestro ser una gran curiosidad, pues sin importar si se cree en ello o no, es innegable que al leer o escuchar este tipo de historias, cuentos o leyendas –ya sea por mero entretenimiento, por fiel convicción o por simple morbo- en nuestro interior se despierta un cierto placer que nos mantiene cautivos en sus “tramas”; más aún si en dichos relatos se cuenta que el mismo diablo hizo su aparición en persona. Tal es el caso de Errementari (Errementari: el herrero y el diablo, 2018), del director Paul Urkijo Alijo y presentada y producida por Alex de la Iglesia.
Siglo XIX, pueblo de Álava. El extraño herrero Patxi (Kandino Uranga) se ha recluido en su choza por motivos desconocidos, convirtiéndola en una especie de fortaleza contra los demás, motivo que orilla a que la gente comience a contar perversas historias sobre él. Sin embargo, no es sino hasta que una inocente niña llamada Usue (Uma Bracaglia) logra entrar a esta fortaleza cuando en verdad se descubre el oscuro secreto que hay allí dentro: en esas paredes se refugia el mismísimo infierno.
Paul Urkijo adapta un cuento vasco del año 1903 para contar esta historia, la cual, es importante mencionar desde un inicio que a pesar de su trama resulta ser una película más allegada al género fantástico que al cine de terror. Ahora bien, si a esto agregamos una historia dulce pero sombría y situaciones que llegan a lo dantesco, hacen que está película se convierta en una obra por demás interesante, casi nostálgica.
Sin embargo, lo interesante es que desde un principio pareciera que el filme contará una historia de terror, pues apenas en los primeros instantes de la trama, el herrero se muestra como el protagonista de una situación sobrenatural que deja en claro su personalidad diabólica. Después de esto la cinta da un salto de algunos años en su cronología para dar inicio con la verdadera historia, pues ahora el hombre se ha convertido en el típico sujeto mal encarado con el que nadie quiere meterse y quien vive recluido en una casa adecuada para que nadie entre ni salga…al menos no sin haber derramado un poco de sangre en el camino.
Otro punto a favor es que no pasa demasiado tiempo para que conozcamos a todos los protagonistas de la historia, pues si bien el herrero aparece como el personaje principal, el papel que éste desempeña en toda la película siempre va de la mano con el de la pequeña Usue. Esta niña huérfana funciona como una pieza clave para el desarrollo de la trama, pues al igual que Patxi, también cuenta con un doloroso pero inocente pasado que servirá como eslabón para unir a ambos.
Esto ocurre cuando un par de niños le juegan una mala broma a la pequeña –quien además recibe bastantes burlas por tener parte de su rostro quemado-, lo que la obliga a adentrarse en la casa del herrero. Así, es en este punto cuando la película da un giro y cambia la perspectiva que se nos había dado sobre este herrero.
Esta situación da pie para que los temores del pueblo sobre este hombre se confirmen, aunque en parte se ven orillados a actuar y pensar de esta forma gracias a la influencia que un comisario extranjero ejerce sobre ellos. Y aunque pareciera que este oficial simplemente está allí para reclamar algo que es suyo, su papel se vuelve sumamente interesante conforme avanza la cinta.
Sin embargo, la verdadera fortaleza de esta obra del director Urkijo radica en la parte fantástica que muestra, la cual si bien incluye diablos y tridentes provenientes de antiguas creencias –por lo que físicamente no son tan parecidos a los que estamos acostumbrados a ver-, mantiene su esencia en la historia que cuenta y en cómo la cuenta, pues como dijimos antes, la película contiene presencias y apariciones 100% demoníacas, pero ésta no se acerca demasiado a una película de terror. Por supuesto, esto no quiere decir que no se muestren escenarios que evocan a una atmósfera sombría, sino todo lo contrario, pues casi al término del filme presenta ciertos escenarios que, aunque con bastante CGI, cumplen su objetivo de recalcar el folclore de lo que se está viendo en vez de crear miedo con dichas escenas.
Ahora bien, uno de los puntos en contra de la película es que una vez que se descubre el secreto del herrero, la trama presenta algunos altibajos que ocasionan que el espectador pueda llegar a perder la atención en ciertos momentos de la película, ocasionando que su poco más de hora y media de duración pueda sentirse un poco más larga. Afortunadamente los últimos minutos del filme conllevan una subida de emoción que seguramente gustará tanto a los amantes de lo fantástico como a aquellos que esperaban ver aquí una verdadera película de terror.
De igual manera y a pesar de que la cinta es entretenida, contiene una trama bastante simple, ya que las las situaciones que se presentan resultan ser bastante predecibles. Sin embargo esto se ve compensado por las escenas de humor que hay, las cuales, más que forzadas se sienten muy inocentes, dando la impresión de que se está mirando un cuento de hadas con tintes oscuros.
En resumen, a pesar de que resulta muy predecible, Errementari se muestra como una entrañable obra que contiene pequeñas dosis de comedia entre grandes cantidades de fantasía, lo que aunado al hecho de que está totalmente hablada en lengua euskera y sucede en medio de una atmósfera sombría con increíbles escenarios, termina siendo un gran homenaje al folclore vasco, dando la impresión de que al término de ésta se ha leído una hermosa fábula.