Megalodón: tiburones asesinos, jump scares, sangre ¡y muchas risas!
Megalodón (The Meg, 2018), actualmente en cines, es la entrega más actual de un sub género cinematográfico de terror que está volviendo con más fuerza que nunca, mismo que se caracteriza por contar con protagonistas monstruosos y temibles, sedientos de sangre y destrucción, que actúan por simple naturaleza, aunque pareciera que no sin cierta malicia, emprendiendo una guerra contra la humanidad; hablamos especialmente de tiburones asesinos.
The Meg es una vorágine de tiburones asesinos (metafóricamente, no como en Sharknado), uno que otro jump scare, algo de sangre…pero sobre todo, una cinta causante de muchas, muchas risas.
Un grupo de investigadores descubre en China la fosa marítima más profunda que existe en el planeta tierra, incluso más que la de las Islas Marianas, por lo que, sin temerla ni deberla, manda a un equipo especializado a investigar qué es lo que ocurre en las profundidades gélidas, allí a donde ningún hombre ha llegado antes. Mientras tanto, el resto espera paciente desde el cuartel principal, monitoreando cada uno de los pasos de la nave que han enviado a explorar, así como los signos vitales de sus integrantes.
Bajo la superficie, descubren un lugar inimaginable e idílico, con organismos vivos desconocidos y de suma belleza. Un espacio exótico y de ensueño. Todo parece estar bajo control, pero lo que nadie sospecha es que las aguas de la fosa son hogar de un animal prehistórico y casi mítico: el megalodón. Y sólo un ataque de este majestuoso y ancestral tiburón, el más grande de todos, bastará para atrofiar la maquinaria de la nave y dejarlos varados en un infierno oceánico.
El Dr. Minway, quien está a cargo del proyecto, decide ir en busca de Jonas Taylor (Jason Stathman), un hombre que formaba parte del staff original y que aseguraba haberse topado con un monstruo marino durante una misión, tres años atrás. En dicho encuentro, parte del equipo de Jason perdió la vida; claro que, cuando esto sucedió, nadie creyó en la criatura que describía (no lo sabían entonces, pero se trataba de el megalodón), lo que provocó que abandonara su profesión y se refugiara en el alcohol.
Al saber que su equipo peligra y que tiene pocas horas para sobrevivir, Suyin (Li Bingbing), hija del Dr. Minway, decide, contra toda advertencia, sumergirse en otra de las naves e ir a su rescate.
Por suerte, Jonas llega casi al instante en el que Suyin comienza a descender, motivo por el cual, haciendo uso de toda su determinación, toma otra de las naves para seguirla e intentar salvarla. Como es de esperarse, apenas toca el fondo arenoso de la cavidad, el buque de Suyin es golpeado por el megalodón.
Jonas Taylor logra rescatar ambas embarcaciones de las profundidades de la fosa, aunque, en la tortuosa huída, pierden a un miembro importante de la tripulación. El acto heroico perpetuado por nuestro protagonista deja de alguna manera una puerta abierta para que no uno, sino dos megalodones puedan subir y seguirlos hasta la superficie.
Hasta aquí la parte seria…¡que empiecen las risas!
Si bien hasta aquí la película pintaba para ser una entrega llena de suspense, acción y algunas situaciones predecibles, pero no por eso menos acertadas, más pronto que tarde se torna en algo totalmente diferente: una comedia no intencional.
Y es que a partir de que el primer megalodón, aquél con el que se enfrentaron en las profundidades del pozo, emerge, todo es una secuencia de sucesos absurdos, hilarantes y sin sentido.
La bestia, que ahora nada libre por el océano devorando barcos, se convierte en una amenaza real. Al no saber cómo combatirla, el equipo del Dr. Minway, Suyin y Jonas decide ir a cazarlo… en otro barco, idea apoyada por todo el crew de oceanógrafos. No hace falta decir que esta osadía termina en otra catástrofe y en la muerte de más personas.
Llegado este punto, podemos presenciar cómo Jonas pasa de ser el héroe principal de esta historia a operar prácticamente solo, volviéndose algo así como un one man army. Al parecer, él, y sólo él, es el único que puede enfrentarse cara a cara contra el tiburón más grande del planeta tierra; sólo él es un digno contrincante, su igual.
¿Posible secuela?
Megalodón, que lleva recaudado más de 146 millones de dólares alrededor del globo, es un proyecto que llevaba varios años y aunque fue Jon Turteltaub quien finalmente dirigió la película, muchos grandes creativos, entre ellos el mismo Guillermo del Toro, perseguían los derechos.
Y es que Megalodón es una adaptación de la serie de libros homónima de Steve Alten (1997). A la fecha, se cuentan con siete entregas -próximo a lanzarse el octavo libro, Meg: Purgatory-, por lo que, dado el éxito de la película de Turteltaub, es posible que se realice una secuela que podría llevar el nombre de Meg: la fosa.
En la continuación de Megalodón, podríamos ver a Jonas, nuevamente interpretado por Statham, cuatro años después de los sucesos de la primera película. El protagonista sufre las consecuencias, pesadillas y ansiedades, de su enfrentamiento contra la bestia. De igual forma, colabora con un amigo suyo dentro de un laboratorio, analizando a una descendiente de megalodón, un espécimen femenino que responde al nombre de Ángel. Es aquí cuando nos enteramos de que el megalodón original era hembra, y que su hija es abismalmente más grande que su predecesora.
Como conclusión, y algo que sí podemos asegurar: Megalodón es una película entretenida, que no te dejará despegarte del asiento, aún y cuando sea por los motivos equivocados, y te hará pasar un rato de diversión, a la par que el monstruo marino devora a uno que otro irreverente personaje.