Logan Lucky: gente simple siendo compleja
¡Qué película más buena! Tiene todo el estilo del Soderbergh que muchos de sus seguidores buscan, pero lo genial es que se animó a experimentar un poco y sacó algo más rápido y ligero, sin nunca perder las capas narrativas y cinematográficas que lo hacen un gran cineasta.
Lo cual es una ganancia tanto para sus fanáticos, como para quienes no lo conocen. De hecho, es posible decir que si uno quiere empezar a conocer a este director, haría bien en comenzar por esta película y luego ir profundizando la visión con el resto de su filmografía.
La historia está muy bien narrada.
Los elementos de la misma están todos al alcance de lo predecible desde el principio, pero aun así logra ser agradablemente enternecedora y sorpresiva. Aparte de ser muy graciosa y de permitirse tener un momento completamente tierno (de esos que sólo pasan en las películas), este film de Soderbergh es muy astuto. Al menos sus personajes lo son, más allá de las apariencias que dan ellos mismos, aumentadas por el prejuicio que se suele tener con la infame «white trash«, los «hillybillys» como les dicen en Estados Unidos. De hecho, es por este prejuicio y por lo bien escrito que está el guión, que obtenemos una película que en ningún momento se siente forzada y toda su trama fluye y se explica tan bien como lo hacen los esfuerzos de narrativa visual dentro de los tonos que Soderbergh utiliza. Es plausible, pero tampoco hay que pensarla tanto.
Una cosa más. Su reparto la rompe. Toditos. Channing Tatum, Riley Keough, Adam Driver, Daniel Craig, Katie Holmes, Hillary Swank (que parecía desaparecida desde sus días trabajando con Clint Eastwood) y hasta el eslabón débil que es Seth McFarlane. Hacen un gran trabajo individual y como elenco pues si no te venden la historia, al menos te harán reír y viceversa. Esto es muy importante en una película tan predecible. Más allá del buen ritmo y estilo visual que pueda dar un director, también está todo lo que logra un elenco con la historia que les toca representar. Y sin ellos, creo, la película no sería tan divertida.
Pero, insistiré, lo mejor es ver a un director experimentar con su ritmo. Más lento, más rápido, no importa, el juego es variar. Así que vayan a ver al buen Soderbergh jugar un poquito con su estilo y a «James Bond» haciendo de criminal.