“Under the Silver Lake”, una disparatada explosión de cultura pop
Monstruos, crímenes sin resolver, mensajes subliminales, desapariciones inesperadas, asesinos, sectas religiosas, éxitos musicales, exposiciones artísticas, fetiches sexuales, conspiraciones… en fin, la lista es larga y casi interminable, pero si eres de aquellos que disfrutan de estos temas y sobre todo si se presentan de una forma por demás extraña, entonces Under the Silver Lake (Lo que esconde Silver Lake, 2018) es la película que necesitas ver del director David Robert Mitchell.
Sam (Andrew Garfield) es un joven introvertido que gusta de espiar a sus vecinas, aunque sobre todo disfruta de mirar a Sarah (Riley Keough), una hermosa mujer de quien está enamorado. Sin embargo, cuando por fin habla con ella por primera vez, la chica desaparece de forma extraña al día siguiente, por lo que Sam se adentrará en una peligrosa búsqueda con tal de encontrarla, aunque en sus investigaciones descubrirá personajes extravagantes que van desde monstruos hasta malévolos empresarios.
Luego de haber realizado una de las películas más importantes de terror de los últimos años (It Follows, 2014), Robert Mitchell regresa con una propuesta totalmente disparatada, pues Under the Silver Lake es una de esas obras prácticamente inclasificables en un solo género debido a todos los temas que maneja pero, sobre todo, a cómo los aborda, pues la cinta se desliza entre lo noir y lo surreal…y por qué no, hasta cierta medida se toma la molestia de entrar en el terror (entre algunos géneros más).
Por ello es importante mencionar que aquellos que se atrevan a mirar el filme no encontrarán una trama totalmente coherente, sino más bien todo lo contrario, ya que si bien la película comienza mostrándonos a Sam como un simple acosador, apenas conoce a Sarah la historia toma tintes oscuros, y no sólo por la inexplicable desaparición de la joven, sino por la serie de secretos que se descubren a raíz de esta situación.
Y es que el trabajo “detectivesco” de Sam por encontrar a la chica no es propiamente el de un experto policía, sino que sus hallazgos se van dando gracias a una serie de irreales e improbables coincidencias, casi tan increíbles que resultan absurdas y sin lógica alguna. Así, en su búsqueda por encontrar a Sarah no sólo se relacionará con prostitutas y se involucrará con extravagantes artistas, sino que también realizará unos cuantos hallazgos que sacarán a flote una de las conspiraciones más grandes e impactantes de nuestros días.
Ahora, esta conspiración a la que nos referimos es uno de los momentos clave de la trama, pues resulta tanto divertida como escalofriante:
Divertida porque durante toda esta secuencia en la que el protagonista conoce a un anciano melómano y erudito, es inevitable no reír ante la charla sin sentido que sostienen; pero escalofriante porque lo que se dice en esta plática –asumiendo que el anciano no está loco- es una gran crítica a la cultura pop y el consumismo, dejando ver lo fácil que es moldear la mente de algunas personas -¿o hasta la de una generación completa, quizá?-, y exponiendo que lo que algunos pueden considerar como “un estilo de vida” o un “movimiento cultural”, puede ser sólo una forma de control.
Secuencias como la anterior y otras más en las que incluso se involucra una criatura humanoide, casi monstruosa, son las que provocan que Under the Silver Lake pase de lo gracioso a lo macabro, pues si bien el protagonista es un tipo solitario pero divertido, por momentos llega a parecer un total desquiciado, a tal punto de que el espectador fácilmente puede llegar a preguntarse si todo lo que se está mirando en pantalla no es sólo obra de la mente de Sam.
Por otro lado la tensión que el filme llega a generar se ve contrarrestada por una dosis de comedia que más que un humor negro, podría ser considerado como uno siniestro, pues a lo largo del metraje hay diversas cosas macabras pero que a la vez tan confusas y extrañas que es imposible no reír (ya sea de nervios o por lo absurdo que éstas llegan a ser -destacando incluso un guiño a la interpretación de Garfield como Spider-Man); pues créanos, estamos hablando de una película donde literalmente el más grande secreto de nuestros días puede estar escondido dentro de una caja de cereal rancio.
Todo esto puede llegar a generar que no sea una película del agrado de muchos, pues a fin de cuentas Under the Silver Lake funciona más como un surrealismo moderno que como una historia concreta y lógica, sobre todo por la forma en que los eventos se conectan con otros con tal de descubrir qué es lo que ocurrió con la chica desaparecida. Además, si no se está acostumbrado a mirar este tipo de tramas –o al menos a aceptar la ficción que pueden llegar a contener – las prácticamente dos horas y media de duración del metraje serán un gran obstáculo para algunos.
Aun así la película cumple su cometido, el cual no es otro sino el de contar una historia ya bastante tratada en el cine, pero abordada con una exageradísima libertad en la que se verán algunos de los acontecimientos más locos, de las casualidades más absurdas y de los personajes más extraños de los últimos años.