‘He’s out there’, una cinta slasher y nada más
Con el paso del tiempo, una gran parte de los fanáticos del cine se ha divido radicalmente. En un extremo, se demandan historias más complejas y en el otro se conforman con cualquier refrito, fenómeno del que no están exentas las películas de terror.
No obstante, hace años hubo un «boom» de excelentes historias de terror sencillas y originales. Por ejemplo, ‘Alien’ (1979), a partir de una premisa ultra sencilla (un agresivo extraterrestre que se cuela a una nave en la que va matando de uno a uno a los tripulantes) logró ser cautivadora no gracias a una trama compleja, sino al uso exitoso de otros elementos cinematográficos. Uno de ellos, evidentemente, el visual.
Otro caso es el de ‘Halloween’ (1978), cuya genialidad radica en torno a la música, la fotografía y la narrativa, más que en una premisa sofisticada. Todo lo contrario: un individuo que despierta su instinto sociópata desde niño durante una “noche de brujas” y se convierte en un asesino serial.
En ambos casos, se buscó dar más complejidad a las premisas originales con secuelas, remakes y reboots, que tuvieron un recibimiento de pésimo a regular por parte de la audiencia y la crítica.
En ese orden de ideas, cada vez son menos películas de terror que logran salir victoriosas partiendo de una trama sencilla. Es el caso de la estadounidense ‘He’s out there’ (“Él viene por ti” en México), estrenada en el FrightFest 2018, en la que Quinn Lasher debuta tras la cámara.
Las vacaciones de Laura (Yvonne Strahovski), Shawn (Justin Bruening) y sus hijas pequeñas Kayla (Anna Pniowsky) y Maddy (Abigail Pniowsky), se tornan una pesadilla cuando aparece un calculador psicópata que utiliza el bosque a su favor para sus sádicas jugarretas.
Una vez más vemos la fórmula de una familia a merced de un maniaco, un lugar común de películas slashers que en esta propuesta logra percibirse como acierto, al utilizar (en un principio) el recurso del villano «invisible», mezclado con la desesperación de la protagonista por convertirse en prisionera en su propio hogar. Caso contrario al de las niñas, cuyas actuaciones no llegan a ser lo suficientemente convincentes y no se empatiza con su mal logrado sufrimiento.
En cuanto al asesino, es el resultado de una combinación compuesta por el encapuchado de ‘The Town That Dreaded Sundown’ (1976); el enmascarado de ‘The collector’ (2009); el trastornado Brahms de ‘The boy’ (2016) y un poco del famosisimo Michael Myers.
Por otro lado, la fotografía tiene las pigmentaciones adecuadas para crear el paisaje aparentemente acogedor de la casita en el bosque: cálido pero con esa atmósfera de alerta. Como de un sueño en el que poco a poco te das cuenta de que algo anda mal.
En general, ‘He’s out there’ es entretenida. Sin embargo, las críticas no le ha favorecido porque llegó en una época con una audiencia totalmente dispar. Como ya se mencionó, por un lado, la que exige tramas más elaboradas y por otro, la que es devota a la nostalgia e incentiva la realización de más y más remakes.
Tuvo un efímero paso por las salas de cine mexicanas en septiembre del año pasado y acaba de reintegrarse al catálogo de Netflix Latinoamérica. Es un filme cuyo moderado encanto puede hallarse en su sencillez.