“Itsy Bitsy”, una araña que nos recuerda por qué temerle a los arácnidos
Los animales gigantes tienen un espacio muy especial en el cine, sobre todo desde los años 40 hasta los 80, en los que no era raro encontrar cintas que tenían como “villanos” a enormes serpientes, hormigas, tiburones y demás criaturas. Y aunque hoy en día no es raro ver todavía estos filmes, resulta más difícil asustarse con ellos, aunque por fortuna tenemos a Itsy Bitsy, una película nostálgica pero tenebrosa que nos recuerda el por qué algunos le tememos a las arañas.
Una madre y sus dos hijos se mudan a la casa de un extraño coleccionista en busca de una nueva oportunidad de rehacer sus vidas, aunque en aquellas paredes sólo encontrarán un horror más allá de lo imaginable cuando una fuerza ancestral sea liberada en forma de una monstruosa araña.
Itsy Bisy (2019), del director Micah Giallo, es una película simple, sin muchas ambiciones y con bajo presupuesto que, tal vez sin quererlo, recuerda a las mejores épocas de este tipo de filmes, ya que si bien no contiene el mismo nivel de tensión y suspenso como otras obras actuales al estilo de Crawl, logra depositar y transmitir el elemento terror en lo más llamativo de la trama: una araña gigante.
Sin embargo debemos decir que la historia que cuenta es meramente entretenida, sin buscar una trama profunda, sino casi disparatada, aunque siempre manteniéndose dentro del terror y no ya en la ciencia ficción, como solía pasar en las primeras películas de este subgénero. Esto se debe a que Itsy Bitsy cuenta con elementos que rozan lo sobrenatural e incluso entran en lo mitológico, otorgándole un tinte más siniestro que fantasioso.
Por otro lado, esto sólo sirve como pretexto para contar el origen de la araña que se ve en pantalla –que por fortuna no tarda mucho en aparecer– y darle motivos para acechar a sus víctimas. En cuanto a estas últimas, se tratan sólo de una familia disfuncional conformada por dos hermanos y una madre soltera, de quienes se nos cuenta poco pero se nos deja ver que no son propiamente una familia modelo gracias a un misterioso pasado lleno de errores y tragedia.
Es por ello que, siendo sinceros, el trasfondo de los personajes no aportan mucho a la historia, e incluso llegan a tener actuaciones poco convincentes, pero como dijimos antes, ellos sólo están allí para evitar ser devorados por la monstruosa araña.
Y como dijimos antes, el atractivo principal de la cinta es precisamente la araña, bicho de ocho patas que se roba la cámara gracias a su maravilloso diseño y ferocidad.
Además, el mayor atractivo es que verdaderamente puede causar gran miedo a aquellos que le temen a estos insectos, pues no sólo sus movimientos –generados mediante stop motion y computadora– son bastante macabros, sino que la película cuenta con ciertas escenas donde la araña provoca temor tan sólo con estar posada en alguna pared o columpiándose en su telaraña.
Por desgracia y a pesar de que la trama es entretenida, el final de la película no lo es tanto, e incluso llega a ser bastante simple, restándole varios méritos.
A pesar de esto Itsy Bitsy cumple con el cometido de aterrar mediante su criatura arácnida, que si bien la disfrutarán más aquellos que temen a dichos insectos, el filme evoca de buena manera a aquellas obras antiguas que tanto aterraron años antes a los más reacios del género.