Festival Al Este 2020: Lo que nos deja esta edición
Más allá del palmarés, es evidente el crecimiento sostenido de este festival y la gran calidad de sus secciones paralelas. A continuación, un balance con los títulos que más nos llamaron la atención en la edición XI de Al Este. Algunos de ellos todavía pueden seguir siendo apreciados hasta fin de mes.
*Competencia Al Este:
ESTABA EN CASA, PERO… (Ale/Serb) de Angela Shanelec
La realidad representada vs la realidad cotidiana. A partir de dicha oposición, la directora disecciona con minuciosidad y sin apuro su premisa utilizando como excusa la desaparición de Phillip (Jakob Lasalle), un adolescente que tras el fallecimiento de su padre un año atrás, se refugia por una semana en un bosque para reaparecer repentinamente y, sin ninguna explicación, ante su madre Ingrid (Maren Eggert).
En adelante, la narración –volcada visualmente al plano fijo y a los travellings pausados- busca una mirada natural y cotidiana para observar a este hogar y a numerosos personajes que desde la periferia parecen estar desconectados unos de otros, pero en realidad están interactuando desde la idea de afianzar su autonomía.
La recurrencia a mostrar a Phillip mientras participa en una representación escolar de Hamlet de William Shakespeare, pone el contrapunto a la fórmula narrativa, enfatizando la solemnidad y falsedad de un ejercicio que busca estimular a los chicos frente al estilo naturalista de la película. Ello no es ajeno al accionar de Ingrid, quien tiene serias discrepancias artísticas con un director cuya película ella refuta por ser una representación falsa de la vida y que valora más el mensaje sobre el sentido conceptual del cine en sí.
Pero detrás de su cabal entendimiento teórico, ella hace gala de un sentido ético y de lo correcto que se contradice con su continúo resquebrajamiento emocional en la intimidad del hogar. De ese modo, el acartonamiento shakesperiano se opone a un mundo que Ingrid cree entender, pero que en la práctica denota su tóxica disfuncionalidad.
En el desarrollo de ese eje se va revelando un tratamiento sutil en el que la sugerencia se abre paso para hilar un rompecabezas en el que la búsqueda de la autodeterminación es el móvil principal. El cuestionamiento al juego de roles que aprisiona al hombre en sociedad, hace que la naturaleza sea el refugio lógico donde esos conflictos están ausentes. Ello es explicado desde las primeras tomas con la convivencia de un perro salvaje y un burro en una casa abandonada en el campo.
Justamente, el hurgar en esa dirección es algo que se percibe como la síntesis a la que la directora llega con una historia que se rehúsa a intervenir más allá del punto de vista del observador, invitándonos a ser testigos de ella con mirada verista. Sin duda, la mejor película entre todas las secciones.
LILLIAN (Austria) de Andreas Horvath
Una inmigrante rusa (Patrycja Planik) con visa vencida en Nueva York, ve derrumbarse el sueño americano ante la imposibilidad de mantenerse económicamente. Su último intento de sobrevivir en esas tierras es un casting para una productora de películas pornográficas, vano intento que solo delata su compulsiva pulsión por sobrevivir más allá de las barreras éticas.
El personaje es un misterio permanente, ya que además de no hablar bien el inglés, es de un temperamento introvertido que solo afirma más su deseo de volver a su tierra natal y, en ese propósito, es que descubre la verdadera misión que le insufla vida.
En lo que parece un objetivo imposible, Lillian toma su mochila con sus pocas pertenencias y empieza un viaje por carretera desde la costa Este a la Oeste, con la intención de cruzar Canadá, llegar a Alaska y estar a casi nada de su amada Rusia. El viaje, que inicialmente se siente lejano e inverosímil, va concretándose a medida que ella aprende a sobrevivir en situaciones extremas, hurtando ropa en tiendas de remate, tomando comida de los desprevenidos tenderos o cuando encuentra algún comedor para menesterosos.
Pero en medio de las barreras que el clima le impone en cada destino, su trip comienza a convertirse involuntariamente en una manera de redescubrir el sentido real e ideológico de los EEUU. La inseguridad latente, el machismo extremo, la radicalidad, el pensamiento básico, la notoria desigualdad y el racismo es la cara amarga con la que se topa como testigo de privilegio.
Es imposible no hacer puentes con películas como “Into the Wild” (2007) de Sean Penn o “Wild” (2014) de Jean-Marc Vallée, con la salvedad que la primera es impulsada por un ideal de reencuentro con la naturaleza y la segunda la motiva la superación personal, pero comparte con ambas la idea de abrir los ojos a la realidad de un país en crisis emocional.
“Lillian” se desenvuelve en esa idea imposible, desnudando con no poca poética la verdadera esencia del espíritu salvaje del hombre y por encima de las fuerzas hostiles de la naturaleza. El alegato feminista que contiene es sugerente al defender la tesis que el recorrido de su protagonista es a la vez un acto de reafirmación de la libertad a la que ella se aferra para sentirse por encima de su realidad ingrata.
LA TIERRA ES AZUL COMO UNA NARANJA (Ucrania/Lituania) de Iryna Tsilyk
En un escenario en el que las ex repúblicas soviéticas no pueden gozar de su independencia al sufrir una guerra interna con rebeldes azuzados por la Rusia de Putin para desestabilizar al país, Ganna Gladka, matriarca de una familia formada por ella y sus 4 hijos, se convierte en un símbolo de autonomía al mantenerse en su hogar y no renunciar a su vida citadina en medio de semejante escenario.
De aquella convivencia que no les quita el calor familiar ni el deseo de manifestarse espontáneamente, nace la vocación de Myra, la hija mayor, quien desarrolla entre juegos la idea de retratar la guerra desde su propia visión, preparando un documental que se convierte en un proyecto colectivo del clan. La idea de una película adentro de otra brinda momentos mágicos más allá del resultado final que busca la muchacha, quien además tiene la presión de ingresar a la universidad para desarrollar profesionalmente su afición.
No hay grandes sorpresas a lo largo del desarrollo más que el descubrir como el rodaje refuerza los lazos familiares y ayuda a sobrellevar la penosa convivencia, haciendo de rutinas fundamentales -como preparar en casa un refugio anti bombas- parte de un juego que comparten con la cámara mientras discuten detalles de la producción y justifican el estilo visual.
El resultado deja un asombroso documento sobre la supervivencia en un escenario bélico que reivindica a la mujer combativa, aquella que no renuncia a su natural derecho a desarrollarse aún en condiciones extremas como aquellas, además de no dejar de descubrir el lado humano de protagonistas y eventuales secundarios, desnudados en un ejercicio en el que el cine hace las veces de terapia y de catarsis ante la adversidad.
MÁTALO Y DEJA ESTA CIUDAD (Polonia) de Mariusz Wilczynski
El director regresa a su ciudad natal, Lodz, para graficar a través de la animación sensaciones y pensamientos surreales que son la expresión interiorizada de su convivencia en aquel lugar en el que creció bajo el régimen comunista. El resultado se emparenta con los comics contraculturales y pone de manifiesto la percepción de un mundo egoísta en el que las pasiones se mantienen reprimidas y la necesidad de evadirse está latente todo el tiempo.
Una voz que suena tanto profana como con ecos de malditismo (se trata del cineasta Andrzej Wajda) nos da la pauta mientras los personajes se manifiestan desde sus propias represiones, mostrando una suerte de sueño etéreo en el que la ciudad adquiere una imagen marcada por las pasiones ocultas de sus pobladores.
En el clímax de aquel festival de dibujos que conforman una visión urbana feísta, muy similar al universo de Robert Crumb, la narración va adoptando un tono taciturno y acercándose a la cadencia de un videoclip bajo el influjo de la música de Tadeusz Nalepa, sublimando el sentir de propios y extraños en una vista desde un barco anclado en el puerto, en el que las visiones múltiples finalmente liberan su carga pesada de años y se funden con una modernidad que no deja de ser fría y distante en su efecto homogeneizador de la vida.
*Al Este Itinerante:
LA MUERTE DE UN PERRO (Argentina, Francia, Uruguay) de Matías Ganz
Del cruce entre el fino humor negro y la intriga criminal nace esta historia que por momentos adquiere matices hitchcocknianos al mostrarnos como la vida del veterinario Mario (Guillermo Arengo) se derrumba al matar involuntariamente a un perro por un fortuito error durante una intervención, explicando a su ama (Ana Katz) que fue debido a un ataque de epilepsia y apresurándose a cremar los restos como si se tratara de limpiar la escena de un crimen.
El médico, ya cerca del retiro junto a su esposa Maite (Laura Baez), no suena nada convincente con sus explicaciones y pronto tanto su casa como su consultorio son objeto de la furia de un grupo de activistas a favor de los perros, quienes lo acusan de asesino. Ante semejante cuadro, Mario se ve obligado a mudarse temporalmente donde su hija Verónica (Soledad Gilmet), mientras las pasiones van bullendo interiormente.
Lo más sorprendente es como el escenario de un Montevideo de clase alta que más invita al descanso y el sosiego, se va transformando en un terreno de intrigas y complots que no hacen sino desnudar las debilidades emocionales tanto de Mario como de su consorte. Él, por su parte, peca de distraído y negligente hasta hacer que algo común y cotidiano en su profesión adquiera el carácter de un crimen terrible y tenebroso a los ojos de gentes que se dicen sensibles pero que solo necesitan una excusa para desatar su ira radical; mientras que en el devenir de aquel clima funesto y sobrecargado, su esposa empeora las cosas al sacar a relucir sus prejuicios y demonios internos, agravando las cosas hasta llevar la situación a hechos realmente criminales y complejos.
De esa vorágine de situaciones, en las que la atmósfera del cine negro y el policial clásico estadounidense se va apoderando de la historia, salen a relucir los prejuicios raciales y de clase dirigidos contra la figura de Guadalupe (Ruth Sandoval), la sirvienta extranjera de la familia sobre la que Maite desarrolla una especial animadversión por el solo hecho de tener un origen diferente, siendo este detalle el gatillo que encadena sus acciones hasta llevarlos a vivir un peligro real y latente.
La atmósfera se hace densa y el comportamiento de la pareja protagónica se vuelve errático en el afán por ocultar sus censurables actos. De esa demencial actitud por restaurar torpemente su anterior statu quo, es donde nace realmente la culpa criminal. No importa cuántas coartadas y salidas se puedan crear al crecer la certeza de que ambos están condenados a delatarse tarde o temprano, siendo el blanco de las miradas furtivas de un entorno que ahora los ve con inusual desconfianza. Sorprendente incursión de género que hace de este director un nombre a seguir.
*Al Este Especial:
LO QUE ARDE (España, Francia, Luxemburgo) de Oliver Laxe
Ha sido siempre una predilección de este director el indagar en las contradicciones desde los choques culturales y los pensamientos enraizados a rancias tradiciones. El caso presente no escapa a esa visión a través de la estampa interior y silente de Amador (Amador Arias), un campesino que para la burocracia penitenciaria es solo un expediente más. Tras haber sido encarcelado por pirómano al incendiar un bosque de su localidad, él se reintegra a su hogar junto a su madre Benedicta (Benedicta Sánchez).
De las motivaciones en sí para haber cometido semejante acto, sabemos muy poco y lo único que llegamos a tener claro es que él es un tipo sumamente reservado y a quien le gustaría que sus campos se mantuvieran impolutos y ajenos a cultivos nocivos como los eucaliptos traídos de Australia, además de ver con malos ojos el que sus vecinos quieran hacer negocios trayendo turistas, ya que considera contaminante la presencia de extraños.
Fuera de ello, sus antiguos amigos lo reciben con ánimo de integrarlo a las faenas campestres (aunque siempre con cierta desconfianza a flor de piel). Algunos se reservan sornas y burlas para con él, haciendo eco de una supuesta locura que todos le atribuyen. Amador no exterioriza demasiado y es en el contacto diario con su madre y en actos tan simples como compartir la comida en el fogón, donde es fácil comprobar la verdadera naturaleza de su carácter introvertido, siendo solamente capaz de quebrarlo de manera mínima en el trato con Elena, la veterinaria del pueblo quien le aprecia a pesar de lo que se suele murmurar en torno a él.
La película no explica las situaciones en boca de sus protagonistas. En lugar de ello, Laxe prefiere sugerir las motivaciones de cada quien desde la mirada a la diaria cotidianeidad y las tomas generales de esos campos generosos que lo son todo para sus habitantes. Pero ese pensamiento idílico se quiebra cuándo un nuevo incendio se ceba en aquellos terrenos.
Todos los sueños y emprendimientos planeados comienzan a esfumarse mientras los cuerpos de bomberos atienden el caos. Es aquí donde la visión documental y el realismo con el que se muestra el desastre, reemplaza a cualquier gesto o declaración. Obviamente, las miradas han de dirigirse nuevamente sobre Amador con ánimo inquisidor. ¿Es culpable acaso? Y lo cierto es que la respuesta se vuelve irrelevante, ya que la tragedia solo revive un odio hacia quien solo quiso manifestar su derecho a mantener la pureza de su entorno, aunque fuera de manera radical y haciéndolo desde un natural silencio que sus vecinos no atinan a entender. Toda una oda al mundo interior del protagonista.
EPICENTRO (Austria, Francia) de Hubert Sauper
La isla de Cuba no deja de ser un punto álgido en el debate político. Resistida y defendida, el estado de cosas del proyecto socialista más duradero en Latinoamérica es diseccionado sin ánimo de propaganda y sin buscar sus fallas desde la fría mirada a las carencias económicas. El director austríaco Hubert Sauper ingresa a la realidad cubana acercándose al ciudadano común y, lo mejor, con el punto de vista de los niños, cuya sapiencia y lucidez de la realidad nacional se revela como sorprendente.
La primera bisagra que abre esta mirada a un régimen que se resiste a morir, es explorar desde lo lúdico a la cinematografía de inicios del siglo XX, las películas que hacían eco del imperialismo norteamericano y como la magia del cine apoyó esa idea desde la romantización de la independencia cubana de España para pasar bajo la influencia de EEUU antes de la revolución.
Hubert Sauper no impone una idea fija en esa búsqueda, sino que hace de la interacción con el pueblo y el registro de momentos del día a día, la respuesta lógica a lo que supone ser un bastión autónomo frente al apabullante intento yanqui por terminar con el modelo cubano. En ese afán, las enormes olas que se estrellan en los diques del malecón de La Habana, son la metáfora visual de lo que ese pequeño pero significativo territorio en lo geopolítico, simboliza.
De la introspección con los habitantes queda claro un imaginario colectivo en el que conviven la lucidez del análisis individual y el descontento fruto de la carestía y de la realidad que significa el abrir espacios solo para turistas que traen divisas al país. Fuera de ello, no se ha perdido el ánimo de soñar y de desarrollar una identidad y una actitud digna frente a las circunstancias. Cuba no se mantendrá estática en el tiempo y habrá cambios que serán inevitables. Es ahí donde “Epicentro” toma el pulso a ese estado de cosas para actualizarnos con el sentir de los isleños.
*Disfruta de lo mejor de Al Este hasta el 31 de octubre: https://www.peru.alestfestival.com/lo-mejor-del-festival
GANADORES XI EDICIÓN FESTIVAL AL ESTE 2020
*COMPETENCIA OFICIAL AL ESTE
Mejor Película:
-«MÁTALO Y DEJA ESTA CIUDAD” de Mariusz Wilczyński (Polonia)
-«LA TIERRA ES AZUL COMO UNA NARANJA” de Iryna Tsilyk (Ucrania)
*COMPETENCIA PERÚ EMERGENTE
Mejor Cortometraje:
-«LA CELEBRACIÓN» de Bryan Urrunaga
Mención Especial:
-«198451» de Valentín Falconí
Mención a la Mejor Dirección:
-«CERQUILLO» de Carmen Rojas Gamarra
*COMPETENCIA EXPERIMENTAL AL ESTE
Mejor Cortometraje Experimental:
-«PAQARINANCHISMANTA HUK QILLQA (ESCRITO DESDE NUESTRA PAQARINA)» de Jorge Castro.
-«MATERIA/L ENCONTRADO Y/O IDEA DE UNA CASA» de Isaac Ernesto Ruiz.
*PREMIO DE LA PRENSA
Mejor Película:
-«LA TIERRA ES AZUL COMO UNA NARANJA” de Iryna Tsilyk (Ucrania)
Mención Especial:
-«MÁTALO Y DEJA ESTA CIUDAD» de Mariusz Wilczyński (Polonia)
-«PARA LOS QUE QUEDAN» de Barnabás Tóth (Hungría)
*PREMIO DEL PÚBLICO
-»CINES DE VIDEO» de Wari Gálvez Rivas (Perú)
-»MARE» de Andrea Štaka (Suiza)