Green Border: el horror entre alambres

- Por

¿Qué ocurre cuando la frontera ya no es solo una línea geográfica, sino una trampa diseñada para deshumanizar? Esa es la pregunta que Agnieszka Holland intenta responder con Green Border una película dura, urgente y profundamente conmovedora que expone con crudeza la crisis migratoria entre Bielorrusia y Polonia.

Filmada en un blanco y negro sobrio, casi como si fuera un documental, la cinta no solo muestra la violencia institucional y el uso de los refugiados como piezas de un juego político, sino que también denuncia cómo el Estado convierte a personas vulnerables en amenazas.

green border

Holland elige una estructura coral que sigue la historia desde la mirada de los refugiados, los guardias y activistas. Gracias a esto, la película no se queda con una sola verdad, sino que muestra la tragedia desde todos los ángulos posibles

La Frontera como arma política

Green Border denuncia cómo el régimen de Lukashenko atrajo a miles de refugiados con promesas falsas, solo para abandonarlos en los bosques, atrapados entre alambres de púas, frío, y patrullas que los empujan de un lado al otro. 

Los guardias polacos, aunque muchas veces aparecen como agresores, también están atrapados en un sistema que les niega su humanidad. Y los activistas que intentan hacer algo terminan enfrentándose no solo a la ley, sino al abandono de una Europa que prefiere mirar hacia otro lado.

Green Border 2

Green Border no recurre a fácil sentimentalismo o discursos grandilocuentes. Es una película política, pero también es profundamente humana. Holland filma con una honestidad que duele. Cada plano en la oscuridad del bosque, cada rostro cansado, cada silencio incómodo, es un grito de auxilio, algo se rompió en nuestra idea de civilización.

No es solo una de las películas más importantes del año. Es un testimonio. Una advertencia. Y, sobre todo, un llamado urgente a recuperar la empatía antes de que sea demasiado tarde.

Vista el Festiva de Cine Al Este 2025, en Lima – Perú.