“Güeros” (2014): juventud sin mapa

En el Mes de la Patria en México, revisité Güeros, una película esencial del cine contemporáneo de ese país y quise dedicarle algunas palabras. La historia transcurre durante una huelga universitaria en Ciudad de México. Ahí, tres jóvenes emprenden un viaje caótico para encontrar a un viejo músico olvidado que marcó sus vidas.
Como le comentaba a los amigos con los estuve en la proyección, hacía mucho tiempo que no veía la ópera prima de Alonso Ruizpalacios. Además, hace unos meses vi su película más reciente, así que me pareció un buen momento para volver a verla. Tenía recuerdos muy vagos, entre los que destacan, por supuesto, el famoso needle drop del final con la canción de Juan Gabriel, que sigue pareciéndome impresionante. Asimismo, está el uso del blanco y negro, un recurso que retoma en su trabajo más reciente.

Más allá de esos aspectos formales o estilísticos que llaman la atención, acá ya se percibe su interés por subvertir narrativas clásicas, algo que desarrollaría más adelante. En Museo, por ejemplo, transforma una historia de atracos en un relato existencial. En Una película de policías, hace lo mismo con el policial, cruzando realidad y ficción, y en La cocina, presenta una versión caótica y visceral del sueño americano, con elementos incluso oníricos.
Volviendo a Güeros, esa cinta toma elementos de la road movie y el coming of age. No obstante, el cineasta los traslada a un contexto donde ciertos ideales atribuidos a la juventud no representan a sus personajes. Ellos observan esas luchas desde afuera, con escepticismo, sin sentirlas como propias. Y eso es justamente lo que genera interés: cómo, a partir de lo que parece una simple travesura (como se ve al inicio), se desencadena un viaje de crecimiento donde las búsquedas o sueños juveniles no llegan necesariamente a una conclusión satisfactoria.
A veces, esas búsquedas solo dejan ruidos, ecos de algo que suena de fondo pero que no sabemos bien qué significa. Ruizpalacios logra filmar eso muy bien. Aunque hay elementos que pueden desviar la atención, como una crítica al cine mexicano/latinoamericano con un giro metaficcional, la película igual logra sostenerse sin pecar del todo de excesiva.
Pese a esos desvíos, Güeros encuentra su camino. Ruizpalacios no pierde el rumbo, sino que descubre uno nuevo. Logra transmitir la sensación de que, incluso cuando todo parece perdido y sin horizonte, aún hay algo en lo que se puede creer.