“Mirageman”, un brutal superhéroe que viste de azul y anda en microbús
Mirageman no tiene súper poderes, no cuenta con una fuerza extraordinaria, no vuela ni saca rayos láser por los ojos; tampoco es rico ni tiene un batimóvil…Mirageman se transporta en micro y viste un traje barato de color azul. Así es el fantástico superhéroe creado por el director Ernesto Díaz Espinoza y a quien Marko Zaror se encarga de dar vida.
Dos hermanos son testigos del brutal asesinato de sus padres, lo que sumado al hecho de haber sido víctimas de violencia física y sexual les genera un trauma que no los deja vivir en paz. Sin embargo, cuando años más tarde y harto del crimen uno de ellos decide adoptar un alter ego llamado Mirageman, la ciudad verá nacer a un nuevo superhéroe que no se detendrá hasta erradicar la inseguridad en Chile.
El cineasta Ernesto Díaz nos trae una película que, pese a contar con una trama que parecería absurda fuera del cine hollywoodense, resulta ser una obra no sólo divertida, sino muy bien pensada, estructurada e incluso violenta y original; pues si creen que un superhéroe sin súper poderes que sale a combatir el crimen en las calles ya había sido visto en Kick Ass (2010), les sorprendería saber que Mirageman llegó incluso un año antes que el cómic creado por Mark Millar y John Romita.
La película resulta un grata sorpresa no sólo por todo lo que consigue con su bajo presupuesto, sino por la evolución que tiene tanto la trama como su personaje principal, Mirageman, interpretado por el chileno Marko Zaror, a quien incluso ya hemos visto en otras cintas de artes marciales de mayor distribución como lo es Undisputed 3: Redemption (2010). Así que comencemos por adentrarnos en la historia de esta cinta.
La película comienza con una trama bastante sombría, pues rápidamente se nos informa que dos hermanos fueron testigos del brutal asesinato de sus padres, en donde incluso uno de estos dos niños resultó violado y traumatizado de por vida; mientras que el otro encuentra en el ejercicio y las artes marciales una forma de escape a su solitaria y triste realidad. Sin embargo, no es sino hasta el día en que éste último decide enfrentar a un par de ladrones, que opta por crearse una nueva personalidad, convirtiéndose así en el superhéroe que su hermano necesita para volver a ser feliz.
Ahora, no estamos hablando del surgimiento de un héroe al estilo Marvel o DC, donde hay experimentos, extraterrestres o mordeduras de insecto de por medio; no, sino que mejor dicho nos referimos a la figura de un justiciero, a la de un llanero solitario que decide salir a las calles para enfrentar desde ladrones de bolsos hasta una red de pedofilia. En pocas palabras, Mirageman es aquel personaje que todos necesitamos (y por qué no, que tal vez hasta quisimos ser) que pelee por aquellos a quienes la policía ha desamparado.
No por esto significa que no tome prestados elementos de cintas más comerciales, pues incluso podría decirse que hace alusión, burla u homenaje (depende cómo deseen mirarlo) a ciertos rasgos de las películas de superhéroes de Hollywood, ya que en esta veremos desde la confección de un traje que rememora al Spider-Man de Sam Raimi, hasta el cliché del ayudante y el compañero que tanto recuerda al detective Gordon y al (pseudo) Robin de Batman.
En cuanto al desarrollo de su historia, ésta es totalmente interesante y descabellada, ya que mediante algunas secuencias de acción bastante ridículas –y no por su ejecución, sino por las situaciones en que ocurren- la película se llena de una comedia (casi) involuntaria que termina por volverla un producto bastante llevadero, cómico y agradable. Asimismo, cabe destacar que no se trata de una comedia forzada, sino más bien de una bastante sutil debido a su simpleza y cotidianidad.
Esto tampoco significa que la película sea cómica de principio a fin, pues es aquí donde radica lo interesante, ya que la trama también cuenta con secuencias bastante turbias que la dotan de una gran tragedia.
Así, no sólo veremos una dura crítica hacia la manera en que los medios de comunicación distorsionan y usan la información para presentar historias que mantengan el rating de sus programas, sino que también miraremos la historia –muy por encima, pero a fin de cuenta se entiende- de dos hombres que deben lidiar con sus demonios y una extrema tristeza y soledad para poder vivir una vida tranquila.
En cuanto a las escenas de acción, además de divertidas terminan por ser interesantes, pues a pesar de que su presupuesto y la forma en que están editadas le restan un poco de seriedad, los golpes, las patadas y las piruetas son bastante creíbles. De igual manera, los últimos minutos tampoco se olvidan de la sangre y una violencia un poco más…fuerte.
Respecto a sus puntos en contra, podríamos decir que cuenta con prácticamente todos los elementos clichés del cine de acción y los tiene muy marcados, aunque debido al poco presupuesto para la realización de esta cinta y conforme al desarrollo de su trama, esto podría llegar a percibirse más como un acierto que como un error.
En resumen, Mirageman es una cinta bastante divertida y emocionante, pues a pesar de contar con una buena dosis de comedia, también es capaz de presentar una historia llena de melancolía. Asimismo, sus secuencias repletas de acción y artes marciales no dejarán indiferente a nadie pero, sobre todo, nos demostrarán que los mejores superhéroes son aquellos que son de carne y hueso, más parecidos al vecino de al lado que al Kryptoniano caído del espacio.
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