«Sin Señas Particulares»: la odisea de una madre.
Uno de los temas más recurrentes en el cine mexicano es la inmigración ilegal, películas basadas en hechos reales de personas que sufren y la pasan mal solo para poder cumplir el sueño americano.
Pero, aunque lograr ese sueño sea difícil, no es imposible. Salvo que alguien se interponga en el camino, alguien te impida siquiera intentar lograr ese sueño. Se conocen cientos de casos de desapariciones o reclutamiento forzado, donde grupos criminales o narcotraficantes, secuestran a niños y jóvenes para reclutarlos en sus bandas y obligarlos a cometer crímenes. Obviamente esos son los afortunados, los que tienen la suerte de seguir con vida luego de cruzarse con estos malhechores.
Una de esas historias es la que Fernanda Valadez decidió contar en 2014 en su cortometraje 400 maletas, donde narra la historia de Magdalena, una madre que vive una odisea para buscar a su hijo, desaparecido rumbo a la frontera con Estados Unidos. Años más tarde se une a Astrid Rondero para escribir Sin Señas Particulares, inspirada en el mismo corto, donde nuevamente tienen a Mercedes Hernández como la protagonista. Cinta que obtuvo premios en importantes Festivales como el de Sundance, San Sebastían y Mejor película en el Festival de Morelia.
Sin Señas Particulares nos relata la violencia y el horror de esos reclutamientos forzados, contados desde los ojos de una madre que busca desesperadamente a su hijo, aún creyendo que pudo pasarle algo, pero con la necesidad de saber la verdad.
Una película sobre la violencia, sin violencia.
Valadez y Rondero cuentan este relato con gran sensibilidad, pero sin ser demasiado explícita al mostrar los crudos episodios que Magdalena atraviesa. Pero con la sólida actuación de Mercedes Hernández sentimos, no solo el dolor, sino también la incertidumbre y el miedo de una madre al no saber qué le ha sucedido a su hijo. Ese miedo que transforma a esta cinta en un thriller de supervivencia, donde no sabes si el camión que llega frente a ti estará lleno de narcos, o si encontrarás a tu hijo en el álbum mortuorio, transmitiendo esa tensión al espectador en cada minuto, hasta el impactante final.
Esta no es una película donde la madre/padre se disfraza de superhéroe para encontrar a su hijo. Aquí no hay héroes, solo víctimas. Víctimas que merecen ser reivindicadas, dejadez del Estado que urge ser denunciada, y crímenes que es necesario que se sigan visibilizando.
Puedes ver aquí la entrevista que les hicimos a la directora, y al reparto principal.