“Los olvidados”, terror y canibalismo argentino
Cualquier amante de la carne sabe que los cortes argentinos son algunos de los más exquisitos platillos que paladar alguno puede probar, pues pocas cosas se comparan al sabor de un buen asado de tira, un bife angosto, un matambre o hasta un simple pero delicioso chorizo criollo. Sin embargo, aunque pocos de nosotros podríamos negar esto, personajes como Hannibal Lecter (que aunque ficticio no dejan de tener psicopatías demasiado reales) nos dirían que en este mundo no hay nada comparado al sabor de la carne humana, aunque seguramente ésta debe ser un poco difícil de conseguir hoy en día en el mundo “civilizado”, aunque si se busca bien, o se viaja a los lugares más recónditos y desolados de cualquier país, probablemente encontraríamos platillos y recetas echas con tan peculiar alimento, tal y como lo demuestra la cinta Los olvidados (2017), de los hermanos Luciano y Nicolás Onetti.
En esta película, un grupo de jóvenes con aspiraciones a ser grandes cineastas realiza un viaje a la localidad de Epecuén, Argentina, sitio que en noviembre de 1985 sufrió una devastadora inundación que dejó sin hogar ni fuente de ingresos a sus habitantes. Ahora, el objetivo de estos amigos es grabar un documental en el que narren lo ocurrido en aquel año; lo que no imaginan es que en su camino se encontrarán con una trastornada familia que hará lo que sea con tal de tener un trozo más de carne sobre su mesa.
Sabemos lo que están pensando: un pueblo desolado, una economía precaria, torturas, asesinatos y un grupo de jóvenes atacados por una familia caníbal “¿Qué clase de Masacre en Texas es esto?” Lamentablemente una muy mala.
Y es que si bien se nota a leguas que The Texas Chainsaw Massacre (La masacre de Texas, 1974) fue la principal inspiración de los hermanos Onetti para crear este slasher argentino, más que un homenaje, Los olvidados resulta apenas un escueto esbozo de dicha obra. Y aquí lo malo no es el hecho de que ésta sea casi una calca de la obra de Tobe Hooper; no, sino la manera en que está ejecutada. Con esto nos referimos a que si bien la historia tiene todos los elementos para crear una buena trama, ésta resulta apenas entretenida debido a su falta de profundidad, lo cual termina por hacer que se vuelva demasiado predecible. Y es que basta con ver los primeros minutos de la película para darse cuenta no sólo de lo que va a tratar el filme, sino de hasta cómo va a terminar.
Esto lo vemos literalmente desde el inicio, pues tan sólo sus primeras secuencias nos muestran a un grupo de jóvenes viajando por carretera en una vieja vagoneta que, por supuesto, tiene que pasar al lado del cadáver putrefacto de una vaca (en alusión al armadillo de La masacre de Texas) antes de que éstos lleguen a una gasolinera casi en ruinas. En este lugar se encontraran con una anciana y un tipo mal encarado que con tal sólo mirarlos el espectador intuye que algo malo se traen entre manos, sobre todo por la forma tan insistente en que la anciana (mediante un forzadísimo primer plano) pide que le compren al menos unas cuantas empanadas de carne para que las disfruten en el camino.
A partir de aquí estos jóvenes comenzarán a tener diversos problemas en su recorrido luego de que su vehículo se averíe, pues al quedar varados en medio de la desierta ciudad serán presa fácil de un grupo de sádicos enmascarados que los harán vivir todo un infierno, el cual irá desde un constante acoso hasta brutales asesinatos. Sin embargo, no todo queda ahí, pues conforme avanza la trama todo parece indicar que algunas de las víctimas no son tan inocentes como parecen.
Como dijimos la trama se muestra interesante, pero lamentablemente su ejecución termina por hacerla un producto demasiado predecible en el que no hay tiempo para las sorpresas, pues aunque visualmente es atractiva en cuanto a sus efectos gore, estos no resultan tan impactantes cuando de antemano uno ya dedujo desde mucho antes qué es lo que pasará a continuación y, más aún, quién será el próximo en morir.
Asimismo, tanto las víctimas como los verdugos resultan totalmente apáticos, pues al no contar con grandes actuaciones (muchas de ellas bastante forzadas) es difícil crear un vínculo con los personajes, por lo que el espectador pronto termina deseando que de una vez por todas se acaben entre ellos para poder terminar la cinta. Sin embargo, quizá la peor parte de la película es la vuelta de tuerca que se le quiso dar a la historia, pues esta carece totalmente de sentido o, al menos, no genera el impacto que se supone debería causar.
Aún así, si algo se puede rescatar de este filme es la mera parte visual, pues aunque es una obra creada con bajo presupuesto las escenas gore no son del todo malas, sino incluso aceptables y hasta divertidas. Por desgracia y aunque se entiende que ésta no es una calca sino un homenaje a La masacre de Texas, dicho homenaje resulta tan apegado a la cinta que, como dijimos, ya no guarda sorpresa alguna al saber de antemano lo que ocurrirá, algo que resulta un tanto peor al saber que si bien los directores contaban con una locación por demás ad hoc para crear una película de terror, decidieron irse por el camino ya recorrido en vez de tomar uno nuevo.