Call Me By Your Name: De veranos interminables y corazones rotos

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El amor es una criatura voluble que lo mismo puede ser dócil o extremadamente cruel. Luca Guadagnino lo entiende a la perfección. Comprende su volátil naturaleza, la misma que ha desarrollado a lo largo de su filmografía con cintas como A Bigger Splash (2015) o I Am Love (2009), dramas que desarrollan en el centro de su narración la dinámica en la relación de pareja. En Call Me By Your Name, su más reciente largometraje, el director italiano continúa con una exploración que parece fascinarle, a través de una cinta que construye con enorme sensibilidad la experiencia de ese primer amor que nos cala hasta la médula.

Elio (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, disfruta del verano en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia, transcurriendo en días que lucen igualmente cálidos e interminables. Uno de esos días, el nuevo ayudante americano de su padre, Oliver (Armie Hammer), llega a la casa familiar. El extraño se muestra encantador y seguro de si mismo, despertando una enorme curiosidad en Elio, que decide mostrarse distante con el enigmático visitante. Pronto Elio y Oliver comenzarán a estrechar lazos y, conforme el verano avance, la atracción de ambos se avivará con el calor voraz de la campiña italiana.

Una declaración de amor

Fuente: observer.com

¿Qué hace de Call Me By Your Name una gran película? Simple: la enorme virtud de saber contar una historia. En una época de super producciones plagadas de efectos visuales y manipulación digital, Guadagnino se vale de un relato que cobra interés gracias a su tremenda facilidad para involucrarnos en una historia de descubrimiento, con personajes bien construidos que se muestran vulnerables y humanos. El excelente trabajo actoral no se limita a la fantástica química en pantalla de Chalamet y Hammer, que resultan una enorme revelación, sino que  brinda un mérito más que merecido a los padres de Elio (Michael Stuhlbarg y Amira Casar) y a Marzia (Esther Garrel), que en conjunto conforman un elenco excelente. Cuadro a cuadro Guadagnino no permite vivir la tremenda fragilidad que experimentan todos los personajes al sentirse invadidos por un “algo” que les es difícil reconocer, y aún más, aceptar.

Sí, es cierto, la película retrata a una pareja homosexual, sin embargo su historia trasciende orientación sexual alguna. Si bien podría ubicarse en la categoría de “película de género”, la historia que Call Me By Your Name se decide a contar, abarca el concepto de amor como una idea universal. De este modo, la película se convierte en una declaración de amor que construye con precisión febril el despertar sexual dentro del primer amor, en una atracción que se percibe igualmente física e intelectual, con hormonas, arrumacos y confusión al por mayor, elementos propios de la curiosidad que todos experimentamos al adentrarnos en el enigmático mundo de nuestra sexualidad.

También vale la pena destacar el excelente trabajo de arte que enmarca a la cinta. Sin la encantadora hospitalidad del hogar de Elio, la apariencia pop que representa perfectamente los años 80 y la calidez en su trabajo fotográfico, el tierno romance que crece y cobra fuerza ante nuestro ojos, no podría ser el mismo. Todos los elementos se comunican con peculiar armonía, entregando una obra que funciona gracias al equilibrio que existe entre cada una de sus partes.

Un verano interminable

Fuente: texasartfilm.net

El verano brinda la perfecta oportunidad de sumergirse en un ensoñación que parece no tener fin. Por unas semanas, alejados de la rutina, ajenos a lo habitual, los días se transforman en una especie de tiempo suspendido. Así son los días de Elio y Oliver, sin embargo, a pesar de ellos y su deseo, el verano debe concluir. Los días que parecen interminables, son sólo el prologo de un invierno crudo. Lo inagotable culmina y la historia se convierte en una forma que cobra sentido en la dicotomía. De un sol que calcina, a un viento gélido que paraliza. De las palabras al silencio. Del amor a la perdida. De la alegría al dolor. Y así, de pronto, la alegoría del amor culmina y la cinta se transforma en una invitación a la clausura, y es que por largo que pueda parecer, el verano siempre termina en algún momento, queramos o no.

Call Me By Your Name es una película honesta, enternecedora y carismática a la vez. Fluye con increíble naturalidad gracias a la dirección de un Guadagnino que madura cinta a cinta, entregando acá el mejor trabajo de su carrera. Al salir de la sala uno se siente melancólico pero con ganas de enamorarse, de revivir  en la memoria el primer amor, uno tan febril e intenso como el de Elio y Oliver.