«A Serbian Film», el sexo y la violencia como motores de la sociedad
Han pasado siete años desde que el celuloide dio a luz a uno de sus hijos más incomprendidos y maltratados de la última década pero, también, más conocidos e incluso respetados en el género de terror; su nombre: A Serbian Film.
Esta cinta del director Srđjan Spasojević nos muestra la historia de Milos (Srđan Todorović), quien se consagró como una leyenda del cine p0rno; sin embargo, ahora se ha retirado de ese mundo para vivir felizmente con su esposa y su hijo. No obstante, a él llegará una propuesta con un jugoso sueldo para grabar una nueva cinta a cargo del director Vukmir (Sergej Trifunović), quien lo obligará a cometer los actos más atroces y bajos en el mundo de la p0rnografía, con tal de conseguir una nueva película como nunca antes se ha visto.
Ahora bien, cabe decir que este film ha sido recomendado y reseñado casi hasta el cansancio en diversas páginas y grupos -donde también lo han alabado así como aborrecido-, enfocándose en el salvajismo y el atrevimiento del director para grabar las brutales secuencias; no obstante suelen dejar de lado la crítica hacía la crítica misma, es decir, el excelente gore y el “p0rno” que A Serbian Film maneja termina ahogando el mensaje principal; mensaje que es tan brutal como las mismas violaciones sexuales que vemos en la película y que no es otro más que el hecho de que gran parte de este mundo se mueve por y para el morbo, el sexo y la violencia.
Antes que nada, cabe dejar en claro que A Serbian Film no ha sido la primera ni mucho menos será la última película que emite este mensaje, pero sí es una de los que más brutalmente lo ha expuesto y que mejor lo ejemplifica con ella misma. ¿A qué nos referimos con esto? Sencillo: a que mientras haya sexo y violencia de por medio, todo lo demás pasa a segundo término.
Para ejemplo de esto tomemos a la misma película pues, ¿cuántos de nosotros la hemos recomendado por sus escenas explícitas; a cuántas personas hemos advertido sobre esa famosa escena del «recién nacido»; cuantos otros más hemos casi rogado a un amigo, familiar o conocido que la mire sólo con la intención de hacerlo pasar un mal rato?; más aún, ¿cuántos no vimos A Serbian Film sólo por lo que escuchamos de ella queriendo comprobar si en verdad era tan fuerte como decían?
Seguramente muchos de nosotros hicimos todo lo anterior, pero ahora cabe preguntarse, ¿quién la recomendó por su crítica social; quién le pidió a su amigo que pusiera atención en el mensaje que no es otro más que “el sexo vende”? Seguramente pocos lo hicimos; y está bien, ya que es justamente lo que esta película serbia trata de demostrar, pues quiere dejar en claro que el morbo necesita ser saciado y esparcido aún si no es comprendido, lo importante es que éste deje ganancias de algún tipo.
Así lo deja en claro el personaje de Vukmir al tener esa incómoda pero reveladora charla con Milos antes de mostrarle la brutal secuencia del “new born porn”; en cuya plática le asegura que la película que están realizando no sólo es sexo, sino también arte y sangre (aunque el arte pareciera más un pretexto), pues es lo que la gente está pidiendo, es el nuevo producto por el cual el mundo está pagando, “¡Este es el nuevo p0rno!”, le grita a Milos, mientras le asegura que “la gente quiere víctimas”.
No obstante, este discurso pasa a segundo término cuando enseguida se nos muestra la brutal y explícita creación del “p0rno del recién nacido”, enfocándonos más en esa brutal secuencia y prácticamente olvidando lo que Vukmir acaba de decir pues, una vez más, el morbo visual ha ganado sobre el discurso narrativo de A Serbian Film, un discurso que, lamentablemente, tiene mucha razón.
Así, Milos poco a poco se va asqueando del mundo que le ha dado de comer y que lo ha convertido en alguien reconocido a nivel mundial, pues ahora se percata de que a la sociedad no le importan los actores, mucho menos los motivos ni tampoco los medios, sino que se da cuenta que lo esencial es experimentar nuevas vías de placer sin importar quién salga herido; lo primordial es conseguir esa eyaculación social que sacie el instinto del morbo aunque sea brevemente.
Y de igual manera y como la película también lo deja en claro, el sexo continúa siendo uno de los productos más buscados por el placer que genera y, la p0rnografía, el medio ideal para “venderle un polvo a aquellos que no pueden conseguirlo”, como lo menciona Vukmir.
Y es esto precisamente lo que A Serbian Film retrata: el hecho de que ahora el p0rno y el morbo se han vuelto tan fáciles de conseguir que cada vez resulta más difícil saciar tanto el uno como el otro, por lo cual, cada vez se crean nuevos contenidos que llevan a un nivel más elevado la manera de obtener placer; aunque, por supuesto, exagerados al máximo en las escenas de esta película.
De esta forma, no queda más que decir que si A Serbian Film es cruda y perturbadora no es sólo por las escenas que proyecta, sino porque le demuestra a la sociedad el mundo crudo y perturbador en el que vive, un mundo insaciable y hambriento que siempre pedirá más.