«Una mujer fantástica» la entereza y dignidad sobre todo
La mujer fantástica que el cineasta chileno, Sebastián Lelio, nos trae en su más reciente film tiene rasgos tan suyos, tan propios, tan humanos y descarnados que conmueve. En una sociedad que hace todo por disminuirla, renegarla y aplastarla, la dignidad y el valor de Marina, la protagonista, sale a la luz y se impone. Es la adversidad la que impulsa lo mejor de quien ha pasado por tanto a pesar de su juventud; y a su vez refleja lo peor de quienes la rodean. La película acaba de obtener el Premio Goya como Mejor Película Iberoamericana 2018.
Marina Vidal –interpretada por Daniela Vega – es transgénero y trabaja ocasionalmente como cantante de cabaret y mesera. Se enamora y sostiene una relación con un hombre 20 años mayor que ella, Orlando –Francisco Reyes- pero la tragedia golpea sus vidas y lo que en algún momento fue rutinario se convierte en pasado.
Afrontar la muerte de su pareja en una Santiago de Chile tan conservadora, se vuelve un verdadero martirio desde el primer momento. En el hospital al que lo traslada luego de colapsar, el personal médico empieza a dudar de ella, a cuestionarla. Sigue la policía y por último, la anterior familia y los allegados de Orlando. Éstos no conciben cómo un hombre “respetable” pudo acabar involucrándose con alguien como ella; hasta le niegan la entrada al entierro.
Su condición la hace blanco de reproches y disminuciones; pero su actitud es lo que le permite plantarse frente a ellos. Marina, en Una mujer fantástica (2017) nos recuerda a Gloria, la protagonista de la película homónima del mismo director (2013), quien busca en una nueva etapa de su vida perseguir el bienestar que le daría sentirse digna e independiente. Ambas pretenden ser oprimidas, víctimas del patriarcado que espera mantenerlas marginadas, pero ellas son más fuertes que eso.
Fortaleza de mujer
Una mujer fantástica escapa por completo de lo que usualmente se representa de la sociedad transexual en el cine iberoamericano. Marina resalta por su amor propio, deja a un lado el victimismo y la debilidad. Para ella, la escalada de humillaciones y malos tratos, son una prueba más. No hay lástima, hay comprensión.
Este personaje no solo encarna a una comunidad transgénero cada día más visibilizada, sino a muchas mujeres en situaciones parecidas. El prejuicio, la injusticia, la hostilidad de un círculo tóxico y conservador sale a relucir y queda en evidencia.
Pero más allá de la denuncia social tan evidente que hace Leilo con el film , técnicamente la producción es de primera línea. No en vano ha obtenido 19 premios internacionales y la nominación al Oscar. Una mujer fantástica ganó los Premios Fénix y el prestigioso Festival de Berlín se llevó el Teddy Award como mejor largometraje y el Oso de Plata al mejor guion.