A 25 años de The Sandlot sus protagonistas se han reunido para una nueva partida de baseball

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Para los que crecimos en la década de los noventa, había una película que esperábamos ver con ansias cada verano: The Sandlot, la divertidísima historia de un grupo de amigos, que, como nosotros, se juntaron en el verano de 1962 para jugar baseball. Esta semana la película cumplió 25 años de haberse estrenado, y para celebrar el primer cuarto de siglo de esta divertida historia sus protagonistas se reunieron para una nueva batalla en el campo diamante.

Los responsables de haber reunido al elenco casi completo de la película escrita, dirigida y narrada por David Mickey Evans, y estrenada en 1993, fueron los productores del show Today, que se transmite por televisión estadunidense.

Los actores Tom Guiry (Scotty Smalls), Patrick Renna (Ham Porter), Chauncey Leopardi (Squints), Brandon Quinton Adams (Kenny DeNunez), Marty York (Yeah-Yeah), Victor DiMattia (Timmy), Grant Gelt (Bertram) y Shane Obedzinski (Repeat) charlaron para Today sobre todo lo que ha acontecido desde que se estrenó el filme, y sobre cómo han cambiado las circunstancias de entonces hasta ahora.

“Ha sido una transformación importante la del mundo en estos 25 años, y sin embargo todavía recuerdan la película. No puedo entrar a Las Vegas sin que alguien me grite: ¡Ey, Yeah Yeah!”, comenta Marty York.

“El filme definitivamente marcó muchas vidas, incluidas por supuesto las nuestras. Pero ahora le muestro la película a mi hijo y ni siquiera termina de verla. A él le gusta mucho Moana”, comenta con sorna Patrick Renna, a quien recordamos por su frase comiquísima: “you’re killing me Smalls!”.

Sin embargo, para los miembros de la generación anterior, el filme sigue siendo un vívido recuerdo de los años en que la vida se dividía entre el juego y la escuela. De acuerdo a Mickey Evans, “la película fue hecha con el mismo amor que ahora le tienen aquellos quienes la vieron. Aquel fue un gran verano, quizá el mejor de todas nuestras vidas”, admite.

El filme relata un periodo particular, durante el verano de 1962, en que un grupo de amigos, obsesionados con Babe Ruth, llena sus días de vacaciones con el bate y la manopla. Scotty Smalls, que es el chico nuevo del grupo, no tiene idea de quién es Babe Ruth ni cómo se juega el baseball.

Pero sus nuevos amigos lo inspiran a jugar, de tal modo que el pequeño Smalls rápidamente se convierte en parte indispensable de la pandilla. Además del baseball, el grupo se divierte con tardeadas en la casa del árbol y sendas horas de natación en la alberca local. Sin embargo, en una de las casas vecinas, mora una peligrosa bestia canina que come pelotas sin piedad.

La verdadera historia comenzará cuando una pelota firmada por el mismísimo Babe Ruth, llegue hasta el patio de la Bestia. Para salvar la preciada pelota, el grupo de chicos tendrá que idear un plan maestro.

En palabras de Jake Kring-Schreifels, columnista de Esquire, el filme tiene un valor particular: es una historia sobre los deportes, pero no se trata de ganar, se trata de la fraternidad que hay alrededor del deporte. Muchas películas sobre deportes, la mayoría, carece de esa cualidad. Muchas se decantan por soluciones como: un gran partido final, el esfuerzo del equipo por vencer al malvado enemigo, el sacrificio.

En efecto, los deportes son en sí mismos una competencia, pero antes que la competencia hay algo más humano dentro del arquetipo olímpico. Ese elemento humano es el que rescata The Sandlot, y de ahí que muchos, aunque no supiéramos jugar baseball, o no nos interesara particularmente, aspirábamos a formar parte del filme: queríamos vivir dentro de ese mundo fraterno, entre amigos.

En última instancia, la película era un retrato de nuestra propia forma de crecer, de jugar y de aspirar a conquistar al sexo opuesto. The Sandlot, tiene 25 años de ser mucho más que una película para niños. Después de la entrevista, el grupo se batió a duelo una vez más en el campo diamante, y aunque la condición no es la misma, Patrick Renna pudo anotar un home run. Las leyendas nunca mueren, y esta reunión está para probarlo.