“Black Christmas”: fraternidades y psicópatas pervertidos
Navidad, época perfecta para quedarse en casa y disfrutar de la noche con amigos y familiares ya sea degustando una deliciosa cena, cantando alegremente o, por qué no, hasta tomando alguna que otra bebida embriagante mientras un psicópata nos observa desde el interior de una habitación sin que nos percatemos de ello. Si esto les suena tenebroso, o simplemente curioso, entonces quizá quieran ver Black Chistmas (Navidades negras, 1974), una película de terror de culto perfecta para mirar en fechas decembrinas.
Un grupo de amigas pasa alegremente las festividades navideñas dentro de su fraternidad para mujeres. Sin embargo, todo cambia cuando comienzan a recibir llamadas de un misterioso personaje que no sólo les dice las cosas más obscenas por teléfono, sino que también amenaza con asesinarlas.
Olivia Hussey y Margot Kidder protagonizan esta interesante película de home invasión/slasher de terror festivo. Ellas dan vida a Jess y Barbara, respectivamente, dos mujeres que prácticamente son la contra parte una de la otra y quienes sólo tienen en común un par de cosas: ambas viven en la misma fraternidad con sus compañeras; y las dos son potenciales víctimas de un asesino bastante pervertido.
Una de las cosas más interesantes de esta película es que su historia no se toma las molestias de crear sorpresas, sino que literalmente desde su primer minuto vemos cómo el psicópata se esconde dentro de la fraternidad de estas mujeres, así que el suspenso que se genera es gracias a que mientras el espectador sabe que el peligro está dentro de la misma casa, las victimas no, por lo que sólo queda esperar a mirar cuáles de ellas morirán y de qué forma.
Sin embargo durante este proceso se puede apreciar el carácter y las relaciones personales de las protagonistas, pues mientras Jess es la viva imagen de la racionalidad, Barbara es una chica a quien sólo le interesa embriagarse, burlarse de los demás y retar a todo mundo sin importarle las consecuencias, sino únicamente la diversión.
Esto lo podemos ver cada vez que el psicópata llama a la casa, pues mientras Jess y otras de sus compañeras se muestran temerosas e incomodas ante dicha situación, Barbara disfruta de provocar al misterioso hombre al contestarle y burlarse de todas las obscenidades sexuales que les dice mediante la bocina; además, claro, de estar ebria la mayor parte del día.
Caso contrario ocurre con Jess, quien conforme avanza la trama se mira como una mujer templada y decidida, a tal grado de que no duda en decidir qué es lo mejor para ella cuando debe elegir entre su futuro académico o convertirse en madre al lado de su novio. Y aunque Black Christmas no intenta ser una película moralista, este elemento la dota de cierto interés al estar filmada en una época en la que el sexo solía ser bastante castigado en el cine de género.
En cuanto al terror, este tarda un poco en llegar a la historia, pues se presenta casi hasta la mitad de la película, siendo el suspenso lo que más abunda en los primeros minutos. Esto se logra debido a que en varias secuencias se hace uso del plano subjetivo para adentrarnos en la piel del asesino, pues es como si viéramos todo a través de sus ojos, así que en ningún momento miramos el rostro del psicópata, sino que únicamente escuchamos su respiración y lo vemos deambular por varias de las habitaciones de la fraternidad.
No obstante lo que un principio comienza como un home invasión pronto se transforma en un slasher conforme se presentan varios asesinatos. Aunque cabe decir que si bien estamos hablando de una psycho-movie, no estamos frente a una obra explícita al estilo The Texas Chainsaw Massacre o My Bloody Valentine, sino más bien algo al estilo de la primera Halloween, donde las matanzas ocurren sin “tanta” sangre, sino que más bien son misteriosas al ocurrir casi siempre en medio de la oscuridad, por lo que la violencia se deja más a la imaginación del espectador.
De igual forma, aunque el asesino prácticamente nunca se ve en pantalla sí es interesante la forma en que está construido, pues la única pista que tenemos sobre su forma de ser y su psique es mediante las llamadas que les hace a las jóvenes.
Por supuesto no se tratan de llamadas cualesquiera de un pervertido cualquiera en la que sólo escuchamos jadeos, sino que este psicópata deja ver parte de su trastornado pasado por las cosas que dice en al teléfono; asimismo, lo que más vale la pena resaltar es que este hombre tiene la capacidad de efectuar diversas voces –aunque su tono vocal original en sí es bastante tenebroso-, por lo que cada vez que llama pareciera que hay más de una persona tras la línea, o al menos es el mismo sujeto pero teniendo varios debates y peleas consigo mismo.
Ahora, si bien comentamos que no es una película tan controvertida al no ser tan sangrienta, esto no quiere decir que la matanza que aquí ocurre no sea buena, sino todo lo contrario, pues se mira como algo misterioso más que grotesco. Lo que es más, pues esta película contiene uno de los asesinatos más memorables y reconocidos en el cine de terror debido a la impactante imagen este causa.
Todo esto ayuda a que el final de película ocurra en un clima lleno de suspenso y hasta de emoción, pues no es sino hasta los últimos minutos de la trama que las victimas experimentan el verdadero terror de enfrentarse a un loco despiadado.
En resumen, Black Christmas es una película de terror bastante predecible debido a que no presenta grandes sorpresas durante su desarrollo, sin embargo, la forma de actuar del psicópata, así como las personalidades de cada una de las mujeres encerradas con él, son lo bastante interesantes como para mantener en gran suspenso al espectador durante toda la historia. Además, si a esto agregamos un par de brutales asesinatos es fácil ver el porqué es considerada como una de las cintas de culto imprescindibles para mirar en Navidad (o en cualquier época del año).