“Alice, Sweet Alice”: niñas siniestras y asesinatos despiadados

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A menudo se piensa que la psicopatía solo es capaz de brotar de mentes adultas y bajo personalidades misteriosas o introvertidas, pero lo que pocos imaginan es que en ocasiones las mentes más retorcidas se albergan en los seres más inocentes, como los niños. Para muestra de ello está Alice, Sweet Alice (1976), un clásico del cine slasher a cargo del director Alfred Sole.

Karen (Brooke Shields) es una pequeña y dulce niña que se alista para celebrar su primera comunión, por lo que tiene toda la atención de sus padres, motivo que provoca una terrible envidia en su hermana Alice (Paula Sheppard). El día de la misa, Karen es asesinada de una forma horrorosa, mientras que su hermana parece imperturbable ante el hecho, volviéndola la principal sospechosa de ese y de otros asesinatos que ocurren cuando está cerca.

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Alice, Sweet Alice. Fuente: DVD-Talk

Alice, Sweet Alice es todo un clásico del cine de terror que se ha convertido en una cinta de culto con el paso de los años. Lo anterior no es para menos si tomamos en cuenta que, si bien no es el mejor slasher, sí es de los primeros en hacer que el lado siniestro de la trama gire en torno a la figura de un niño.

Esto provoca que la trama esté rodeada de una constante aura de suspenso y de terror gracias al personaje de Alice, una niña que en el exterior se muestra como cualquier inocente muchachita apenas mayor de 10 años, pero que en el interior es una joven psicópata carente de remordimiento alguno y con una mente maquiavélica.

El director no se preocupa por mantenerlo en secreto, ya que desde el inicio presenta a Alice como un personaje despiadado (casi monstruoso) e inhumano, todo con tal de dejar en claro lo siniestro de esta niña. Si sumamos que los adultos a su alrededor ―incluidos sus padres― sospechan de la malignidad de la niña, pero se niegan a aceptarlo (aunque otros a demostrarlo), la película adquiere grandes toques de suspenso y una atmósfera asfixiante.

Alice, Sweet Alice. Fuente: JustWatch

Esto no quiere decir que la cinta carezca de sorpresas, sino todo lo contrario, pues el que se remarque a cada minuto la locura de la niña ocasiona que la tensión vaya en paulatino aumento, principalmente por la presentación de diversos hechos que hacen creer que ella no podría ser la única responsable de los crímenes.

La idea de que Alice pueda ser la asesina como la idea de que no precisamente es el elemento clave de la película, ya que el espectador debe decidir entre creer en todas las pruebas que la señalan como la responsable o en las pistas que apuntan a alguien más. Está de sobra decir que el filme logra mantener la atención del espectador hasta el final precisamente por esto.

Respecto a la parte sanguinaria de la historia, el gore con el que Alice, Sweet Alice cuenta no es tanto como el que se suele mostrar en las películas slashers, aunque todos y cada uno de los asesinatos que se presentan sí ocurren de una forma sumamente cruel.

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Alice, Sweet Alice. Fuente: Sound Vision

Y aunque el desenlace de la historia podría ser mínimamente insatisfactorio al no contar con una gran revelación final, por fortuna, también los últimos minutos cuentan con un par de inesperadas escenas que consiguen crear un grato impacto.