“Don´t Look Now”, un suspenso amenazante, turbio y aterrador
En 1973 el director Nicolas Roeg creó una de las películas de culto más interesantes de aquella década, pues gracias a una historia llena de suspenso y una narrativa tan sombría que casi roza el terror, Don’t Look Now (Amenaza en la sombra/Venecia rojo shocking) resulta un filme que sin importar el paso de los años, es capaz de generar las mismas sensaciones de incomodidad, intriga y miedo que causó en su época.
Tras el fallecimiento de su hija menor, John (Donald Sutherland) y su esposa Laura (Julie Christie) viajan a Venecia para atender ciertos negocios y olvidarse de sus penas. Sin embargo, en el lugar conocen a una anciana cuya hermana tiene el poder de contactarse con los muertos, algo que por supuesto este matrimonio no cree, o al menos hasta que en el lugar comienzan a ser testigos de la aparición de un ser que pareciera ser su hija.
Nicolas Roeg presenta esta película que fácilmente podría catalogarse como una de sus más –si no es que la más- importantes obras, demostrando su gran talento para llevar a la pantalla grande tenebrosas adaptaciones literarias, pues al igual que lo hizo años más tarde con Las brujas (The Witches, 1990), Don´t Look Now es nada más y nada menos que un relato corto de Daphne du Maurier transportado al celuloide a manera de un fenomenal thriller.
Ahora, esta es una de esas ocasiones en las que quizá adjetivos como “fenomenal” o ”maravillosa” no son tan exagerados de usar, pues este film no sólo gana más adeptos con los años, sino que el tinte turbio y sombrío de su historia parece acrecentarse debido al suspenso y el miedo que genera pero, sobre todo, por la incertidumbre que provoca en el espectador al no quedar claro desde un principio si lo que se está mirando es una historia de intriga o de terror psicológico, aunque incluso por momentos se acerca a lo sobrenatural.
Esto ocurre porque una vez que el matrimonio conformado por John y Laura pierden a su hija, en seguida de este accidente se les mira como una pareja que ha superado por completo la pérdida de su ser amado, sin embargo, conforme pasan los minutos nos damos cuenta que muy en el fondo ambos siguen atormentándose por la muerte de la niña. Por supuesto, esto último queda totalmente expuesto cuando esta pareja decide aceptar la ayuda de dos ancianas, quienes aseguran poder ayudarlos a mantener contacto con el espíritu de su hija.
Lo anterior prácticamente es la trama central de la historia, pues mientras vemos a John tratar de seguir adelante con su vida al enfocarse de lleno a su trabajo como arquitecto en Venecia, por el contrario, su esposa es una mujer que poco a poco se convence de que en realidad puede llegar a hablar de nueva cuenta con su difunta niña. Así, estos dos extremos serán el principal factor para crear cierta tensión, ya que mientras uno intenta mantenerse escéptico en el tema de lo sobrenatural, la otra deposita toda su credibilidad en ello.
Sin embargo el principal elemento de suspenso lo agregan la pareja de hermanas, pues si bien la película presenta ciertas secuencias que dejan en claro que al menos una de ellas tiene verdaderas habilidades “psíquicas”, hay otras escenas que, por el contrario, orillan a pensar que lejos de querer ayudar a la pareja de casados, estas ancianas ocultan algo mucho más siniestro y complejo que hasta podría ir más allá de sólo buscar aprovecharse del dolor de estos padres.
De esta manera Don’t Look Now logra crear una intriga cuyo suspenso es tan dual, que basta sólo un poco de peso en cada lado de la balanza para que la historia pase del thriller a lo sobrenatural y viceversa. En parte eso se debe no sólo a los escenarios tan oscuros con los que cuenta la cinta, sino también a lo que ocurre alrededor de ellos.
Con esto nos referimos a que si bien el cine nos ha acostumbrado (en la mayoría de las ocasiones) a mirar a Italia y a Venecia como dos lugares que prácticamente son sinónimo de arte, belleza y romanticismo, en esta ocasión el director Nicolas Roeg toma estas características y convierte a estas ciudades en un set de filmación más que siniestro, y no sólo por algunas escenas que ocurren en la oscuridad de la noche, sino porque se encarga de hacer lucir a Venecia como un lugar cuya soledad de sus calles se presta fácilmente para cometer los más atroces crímenes.
Asimismo y a excepción de los esposos, todos los personajes que participan en la cinta parecieran guardar un secreto bastante oscuro en su interior, lo cual, sólo sirve para acrecentar más el misterio de la trama pero, sobre todo, para que la sensación de un constante acecho y un peligro latente hacia los personajes de Donald Sutherland y Julie Christie crezca cada vez más conforme pasan los minutos.
Asimismo cabe resaltar la actuación de estos dos últimos, pues de principio a fin son capaces de transmitir sensaciones que van desde lo sensual hasta lo macabro. Pues además de que la cinta cuenta con una de las escenas de sexo más memorables de los 70 (claro, centrándose en lo erótico, más no en lo pornográfico), el cómo logran hacer que sus personajes se conecten como un matrimonio que si bien no es del todo disfuncional tampoco es perfecto, ayudan a que la historia se mantenga en un ambiente de constante tensión.
Por otro lado la película también cuenta con varias secuencias que a pesar del ritmo lento de la trama logran impactar al espectador de gran forma, aunque se debe hacer especial mención tanto a la escena inicial del accidente de la hija como a una de las últimas secuencias -la cual es la que revela el verdadero misterio de la historia-, pues visualmente ambas se muestran con una crudeza y una frialdad tal que como el nombre en español de la cinta lo dice, pueden llegar a ser shockeantes no por su visceralidad, sino por el sorpresivo impacto emocional que generan.
En resumen, Don’t Look Now es una historia lenta pero trepidante, pues sus constantes situaciones llenas de misterio e impactos emocionales y visuales la convierten en una de esas obras cuyo final es más excitante por el sólo hecho de que, a pesar de todo lo visto y sin importar que tan convencido se esté con su desenlace, es capaz de mantener cierta incertidumbre en el espectador al no saber si toda la trama aterrizó efectivamente en el terreno de lo real o si, por el contrario, cabe una mínima posibilidad de que se entre en lo paranormal.