“Arctic”, kilómetros de gélida desesperación
Historias en que el hombre sobrevive a los más arduos hábitats sobran. El séptimo arte se ha encargado de explotar cada emoción relacionada en un millar de ocasiones. Ya sean desiertos sofocantes, inmensidades bajo cero, selvas inhóspitas o islas desoladas, el recurso de enfrentar un individuo ante la naturaleza implacable resulta familiar.
Entonces, ¿qué hace que Arctic (2018) no se sienta aburrida o exagerada? Las adversidades las conocemos. El arte de crear una atmósfera de empatía por los afectados también. El caso se repite cuando se nos presentan actos heroicos de lucha para superar los límites del humano.
La respuesta está en que la magia del filme no reside allí o en un rodaje dinámico, tampoco sólo en la belleza de sus paisajes, sino que se explica gracias al responsable de transmitir un abanico de emociones sin necesitar diálogos: Mads Mikkelsen.
El actor danés reconocido por su trabajo en Hannibal (2013 — 2015), The Hunt (Jagten, 2012) y Polar (2019), ahora interpreta a un piloto varado en el polo norte, tras un accidente aéreo del cual no se nos brindan especificaciones.
Transcurridos unos minutos de la cinta, no podemos ignorar cierta reminiscencia con Náufrago (Cast Away, 2000) o 127 horas (127 hours, 2010), donde el aislamiento se convierte en una prueba más en que el protagonista debe actuar para salir de la situación, cuidando no perder la cordura en el proceso.
Sin embargo, un factor parece novedoso en Overgård: él sabe lo que hace. A diferencia de otros personajes que optan por decisiones y acciones incorrectas (que eventualmente logran superar), el presente cuenta con entrenamiento y sabiduría que no desaprovecha para aumentar las posibilidades de ser rescatado.
A través de una rigurosa rutina, el aviador prueba contactar con la civilización. Limpia sin falta un signo de SOS para que se vea nítido, caza peces con un sistema práctico para abastecerse y carga una radio con la energía que reúne, explorando el terreno. Cada minuto se gasta según lo planeado hasta que, a modo de conflicto más que de salvación, un helicóptero aparece.
Un nuevo accidente ocurre, tirando por el suelo las esperanzas de acabar la lucha por subsistir. Y, con lo anterior, las usanzas también cambian cuando Overgård decide cuidar de una mujer tailandesa que logró —a duras penas —permanecer con vida tras el choque.
Al examinar sus heridas, él comprende que debe abandonar lo que logró construir para salvarla y darles una oportunidad real de salir de esa pesadilla gélida. Los obstáculos que deberán enfrentar, sin recurrir a parafernalias o elementos forzados, resultan efectivos. Nos dan un vistazo de lo que realmente es la humanidad.
La tensión provocada en este largometraje de “un sólo actor”, a pesar de ser bien recibida por la crítica, suele tener un punto flaco al que se dirigen la mayoría de los comentarios negativos: su extensión. La misma que ha sido juzgada por hacer tediosas las andanzas del protagonista al momento de mostrar sus actividades. La misma que produce que los peligros se asemejen demasiado entre sí.
De todos modos, dicha táctica del guión, dirección y edición tiene un propósito muy claro para quienes aprecian el suspenso. La trama quiere extenuarnos tanto como al sobreviviente. Ambiciona impregnarnos con la desesperación de kilómetros y kilómetros de incertidumbre en que el clima, el cansancio y el miedo no son los peores enemigos, sino la persona misma y la tentación de rendirse de una vez por todas.
Y, lo anterior, se complementa con una decisión narrativa conmovedora en que las pocas frases que Mikkelsen repite adquieren un significado distinto, a medida que avanza la producción.
De redes sociales a Cannes
Arctic representa el debut como guionista y director de Jônatas de Moura Penna, mejor conocido como Joe Penna, en el mundo del largometraje.
Sus primeros pasos por el rubro fueron con su canal de Youtube, donde se apodó MysteryGuitarMan, y cultivó fama luego de que el 2009 fuera considerado uno de los mejores audiovisuales de la plataforma.
Su gran salto fue con el corto Turning Point (2015) donde juega con un concepto que le cautiva: el abandono de una persona frente a una desgracia que debe superar. Esto se demuestra durante los catorce minutos en que una joven mujer descubre que debe confrontar una enfermedad mortal en solitario.
Otros proyectos breves en que Penna dirigió y recibió ovaciones (aunque ninguna tan grande como la de diez minutos en Cannes cuando terminó de proyectarse Arctic), fueron Meridiano (Meridian, 2012), Más allá de la inmortalidad (Beyond, 2015) y Huida instantánea (Instant Getaway, 2014).
¿Qué esperar del cineasta brasileño a futuro? Estos días está en pre-producción su nuevo thriller Sci-Fi, Stowaway, donde un polizón provocará una serie de consecuencias no deseadas en una misión a Marte. El proyecto, hasta el momento, contará con las actrices Toni Collette (Wanderlust, Hereditary) y Anna Kendrick (Pitch Perfect, Amor sin escalas).