Comedia, drama y mucho ruido armonioso. Así es ‘Sound of noise’
La música y el cine guardan una relación inquebrantable. Las melodías o canciones juegan un papel fundamental para dar identidad a una escena de drama, comedia, acción o terror.
Esto se debe, entre otras cosas, a que los humanos somos seres musicales que encontramos ritmos en todos lados, sin la necesidad de que los sonidos provengan de instrumentos musicales o sean ejecutados por músicos profesionales.
En ese sentido, cualquier objeto o ser vivo puede funcionar como un instrumento musical, un hecho que se comprueba en la película sueca ‘Sound of noise’ (2010), en la que aparecen Sanna Persson (Sanna), Magnus Börjeson (Magnus), Marcus Haraldson Boij (Marcus), Fredrik Myhr (Myran), Anders Vestergård (Anders) y Johannes Björk (Johannes), como unos músicos inadaptados que buscan montar el más grande acto musical de todos los tiempos, ya sea con los sonidos de un quirófano (incluido el paciente) o con los objetos típicos de un banco: monedas, billetes, plumas, engrapadoras, clips, etcétera.
Atraparlos es la misión del agente Amadeus Warnebring (Bengt Nilsson), quien para su desgracia odia la música por ser el único sin talento en una estirpe de prestigiosos músicos.
Es un ejercicio pocas veces visto, bastante innovador, gracias a sus fantásticas “orquestas” que merecen una gran ovación hacia los actores (que también son músicos) y equipo técnico por igual, además de a Ola Simonsson y Johannes Stjarne Nilsson (director y guionista, respectivamente) por lograr una historia nada convencional, que rompe las reglas de cualquier género cinematográfico, sin dejar de ser exquisitos y cuidadosos en los detalles finos para el buen desarrollo del filme.
Si bien la película se mantiene divertida, también cuenta con momentos dramáticos, protagonizados por el personaje central que es agobiado por la responsabilidad de cumplir con su deber, en una misión que lo tiene acorralado debido a su nula sensibilidad musical.
Otro acierto es que va más allá de películas similares como ‘August Rush’ (2007), ‘The boat that rocked’ (2009) o ‘Whiplash’ (2014), que aunque son innovadoras, no exploran tantos estilos de cine y se limitan a usar como eje conductor una obsesión, el talento musical y la melomanía. En ‘Sound of noise’ se amplía la visión para hacer una historia sobre la testarudez de crear armonía sonora con cualquier objeto, paralelo a una tragicomedia sobre un individuo que busca encontrar su lugar en el mundo y demostrar que se pueden tener talentos más allá de lo artístico. ¿Cómo es posible que alguien odie la música? Esta cinta logra hacerlo creíble.
Estuvo nominada a cuatro premios en Cannes (donde se estrenó en mayo), de los cuales se llevó el Grand Golden Rail y el Young Critics Awards, así como el premio a la mejor película fantástica en el Fantastic Fest de Austin.
También tuvo su paso por el Festival Internacional de Cine de Estocolmo y se exhibió en Ciudad Universitaria en la capital mexicana.
En pocas palabras, ‘Sound of noise’ no es un musical, no es un thriller policiaco, no es un drama, no es una biopic y mucho menos una historia romántica. Es una película compleja, transgresora, con un contundente mensaje, pero al mismo tiempo entretenida y fácil de digerir.