“La sexorcista”: pecados, libertinaje y bajo presupuesto a la mexicana
Hablar de Alucarda es hablar de una de las mejores y más emblemáticas películas de terror mexicanas, pues gracias a su bajo presupuesto, sus escenas exageradas y crudas, sumadas a ciertas referencias sexuales y “satánicas”, es que se logró convertir en un producto de culto. Sin embargo, si esta película no hubiera existido, seguramente habría encontrado su sustituta en Satánico Pandemonium (1975), también conocida como La sexorcista.
Esta última, dirigida por Gilberto Martínez Solares, cuenta la historia de la virginal y devota María (Delia Magaña), una monja temerosa de Dios que solo busca el bien de todos. Sin embargo, cuando es tentada por el diablo (Enrique Rocha), la religiosa da rienda suelta a sus instintos más bajos para comenzar una vida de desenfreno, crimen y placer.
Perteneciente al famoso, estrafalario y siempre exquisito subgénero del nunsploitation ―cuyo auge fue entre los años 70 e inicios de los 80―, Satánico Pandemonium es una película tanto divertida como ofensiva; claro, dependiendo de la susceptibilidad del espectador.
No obstante, también presenta una trama seria y aterradora, pues a pesar de no contar con grandes efectos ni actuaciones, el satanismo (entendiendo a este desde su sentido más pueril) está presente en toda la cinta, dándole así toques siniestros y perversos.
Ahora, los elementos divertidos los encontramos en la mayor parte del metraje, sobre todo en sus efectos especiales, que si bien intentan ser realistas, el bajo presupuesto termina por hacerlos bastante “cutres” (término cariñoso entre los amantes del terror).
Claro, las sobreactuaciones por parte de varios personajes también contribuyen a cierto humor involuntario. Aun así, Satánico Pandemonium no cae propiamente en los terrenos de la comedia.
En cuanto a lo ofensivo, si bien La sexorcista no contiene un lenguaje altisonante o secuencias propiamente denigrantes, lo que sí presenta son escenas eróticas y desnudos que podrían incomodar a los más respetuosos de la religión; sobre todo si tomamos en cuenta que la monja protagonista ―una concubina de Dios― es la provocadora de actos homosexuales y de crímenes tan perversos como la pedofilia.
Estos elementos generan que, a pesar de sus fallos técnicos, Satánico Pandemonium se torne siniestra y entretenida. Además, el filme no dejará insatisfechos a los amantes de lo controversial, ya que muestra cierto grado de crítica social hacia los extremos religiosos, sobre todo los que se refieren a la privación o a la represión de los instintos carnales.
Por desgracia, si bien la cinta oscila entre lo serio, lo divertido y lo turbio gracias a su trama satánica ―que se ve reforzada por referencias a pasajes bíblicos―, también contiene un final que aunque trata de darle una ambivalencia a la conclusión de la película, se siente bastante forzado en su intento de generar una gran sorpresa en el espectador.