Crónicas de soledad, monotonía y sacrificios en «La Camarista»
Estas crónicas en La Camarista están basadas en una joven inmersa en un mundo que reprime sus aspiraciones.
La Ciudad de México es un mosaico de realidades. Por un lado, alberga algunas de las zonas de negocios y turísticas más importantes a nivel internacional, en la que prominentes ejecutivos de todo el mundo convergen durante todo el año. Por otro lado, también es hogar de millones de personas en situación de pobreza y de pobreza extrema, quienes acuden a la capital mexicana en busca de una oportunidad laboral para empezar “desde abajo” y atravesar el difícil camino hacia la superación económica, laboral y educativa.
La ópera prima de Lila Avilés, escrita por ella misma y por Juan Carlos Márquez, es sobre este tema. Protagonizada por Gabriela Cartol, se trata sobre Eva, una joven introvertida y con cierta zozobra que trabaja de mucama en un lujoso hotel en Polanco. Ella es extremadamente responsable y con altas aspiraciones, pese al distanciamiento con su hijo pequeño y a las contrariedades que enfrenta día con día en sus labores.
Crítica
La Camarista tiene una ingeniosa trama que parte de la monotonía. Es una extraña narrativa en la que no pasa nada y pasa mucho a la vez, ya que con escasos diálogos dice más que suficiente sobre la protagonista y sobre los personajes que la rodean. Casi nada es explícito pero sí muy realista, sobre todo, los sonidos que “musicalizan” cada escena.
Contiene también una mezcla de humor seco o deadpan con humor blanco que en ningún momento peca de bobo o infantil. Además, sin necesidad de violencia extrema, sexo 100 % gráfico o imágenes trágicas –como casi siempre ocurre en el cine mexicano–, logra un drama sólido y conmovedor.
En entrevista con la revista Empire, la directora reveló que la colección de fotos llamada «Hotel», de la artista plástica francesa Sophie Calle, fue la principal fuente de inspiración para realizar la película.
Formó parte de la lista preliminar de las 11 candidatas inscritas por la AMACC para los Óscar y para los Goya. Aunque al final no fue seleccionada para ninguno de los dos, obtuvo nominaciones en las categorías de mejor dirección, mejor opera prima y mejor película en el Festival AFI, el Festival Internacional de Cina de Atenas, el Festival Internacional de Jerusalem, el Festival de Cine de Londres y el Festival Internacional de Cine de Marruecos, por mencionar algunos.
Ganó el Ariel y el premio especial del jurado en el Festival de Cine de La Havana a mejor ópera prima, así como el premio a la mejor película mexicana en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
En pocas palabras, La Camarista es una excelente película. Divertida y envolvente, con momentos de alegría y de tristeza que dejan un desenlace duro y real, vivido diariamente en las entrañas de las ciudades “modernas” de México.