«Paratemporal»: Justin Benson y Aaron Moorhead se pierden en su propia historia

El cine de Justin Benson y Aaron Moorhead ha ido de menos a más, para bien y para mal. Entre la ultraminimalista Resolution (2012) y la ambiciosa Paratemporal (2019) —primera vez que trabajan con superestrellas de Hollywood— el dúo ha explorado distintas vertientes del cine de terror y de ciencia ficción. Con muy poco (económicamente hablando), su trabajo ha podido trascender en un entorno comercial que deja un minúsculo espacio para el cine independiente; no por nada ya han sido llamados por Marvel para dirigir episodios de la próxima serie Moon Knight. Pero, aun así, existe cierto aire de decepción en su más reciente obra. Accediendo por fin a un presupuesto importante y a un talento popular, Benson y Moorhead se topan con el primer bache importante de su carrera. ADVERTENCIA: La siguiente reseña toca algunos aspectos que podrían ser considerados spoilers.

Steve (Anthony Mackie) y Dennis (Jamie Dornan) son dos paramédicos de Nueva Orleans haciendo su trabajo como cada jornada. Una noche son testigos de una terrible escena: un par de sujetos —uno de ellos apuñalado— con sobredosis por una misteriosa droga: Synchronic. Steve y Dennis vuelven a encontrarse con el narcótico, que deja a quien lo consume en un estado aparentemente catatónico, y más escenas violentas durante los días posteriores. Cuando, en un llamado, se enteran de que la hija de Dennis, Brianna, ha desaparecido después de ingerir la droga, Steve se propone investigar el origen de la sustancia. Al mismo tiempo que enfrenta un terrible descubrimiento personal, este se acerca a la increíble verdad detrás de Synchronic.

En Paratemporal suceden muchas cosas, y eso no le viene muy bien a la historia. La película, escrita por Benson, despliega uno de los intrincados conceptos por los que el dúo se ha hecho famoso desde la década pasada; y aun así, se trata de uno de sus trabajos más accesibles en su filmografía. El mumblecore de Resolution, la extrañeza fantástica de Spring (2014) y las complicadas paradojas de El Infinito (2017) quedan de lado para dar paso a un relato más sencillo, dentro de los parámetros de sus universos fílmicos, por supuesto. La presencia de Mackie y Dornan también es determinante en este aspecto; sin embargo, la idea que han desarrollado ahora carece del misterio y la fascinación de Resolution o El Infinito, por ejemplo.

En esta ocasión, Benson y Moorhead —situándonos, como siempre, en rincones de Estados Unidos poco comunes para este tipo de cintas— nos acercan a una temática en sintonía con el resto de su obra: el redescubrimiento de la vida una vez que se sabe que el final está cerca (y de disfrutar las infinitas posibilidades que ofrece la existencia, pues la muerte es lo único que tenemos seguro. De ahí que la tesis de los directores recaiga en lo milagroso que resulta el presente).

El significado de la existencia, por más cliché que suene, ha sido una preocupación en la obra de estos cineastas. Con un tratamiento humorístico, dirigido en buena medida hacia el terror, sus películas arrojan a sus personajes a una serie de situaciones inverosímiles que cuestionan todo lo que conocen, así como su verdadero propósito en un mundo cruel. Este hallazgo tiene consecuencias devastadoras para los protagonistas y aquellos a su alrededor; Paratemporal no es la excepción, pero la ejecución no consigue estar a la altura de Resolution o El Infinito, donde, a pesar de las constantes escenas que nos hacen rascarnos la cabeza, la trama mantiene la atención del espectador por el inusual pero honesto vínculo que existe entre sus protagonistas.

Desafortunadamente, la primera parte de la cinta parece ir en piloto automático. Aunque la secuencia inicial ofrece pistas sobre el efecto de Synchronic, el primer acto se dedica a adentrarnos en las tribulaciones personales de los paramédicos. Steve es un tipo celoso de la vida de su compañero, quien tiene una familia como apoyo permanente. Que Dennis no la aprecie le causa una enorme consternación, sobre todo cuando su médico le revela un devastador descubrimiento. Si bien el guion de Benson trata de crear rapport entre ambos, la forma en la que Mackie opaca a Dornan en todo sentido, y una exploración muy superficial de los conflictos de cada uno, impide que nos involucremos realmente con los personajes.

Además, Benson se toma demasiadas libertades para hacer funcionar todo lo que tiene que ver con Synchronic. Ejemplo de ello es cuando el especialista que atiende a Steve le da detalles sobre una rara condición en su cerebro, lo cual será esencial en la posterior búsqueda de Brianna con la droga de por medio. La súbita aparición del creador de Synchronic, con fines meramente expositivos, es otra muestra de la falta de sutileza en la historia.

No es sino hasta la mitad de Paratemporal que Benson y Moorhead hacen lo que mejor saben: dar rienda suelta a su disparatado concepto. Mackie, con notable gracia, nos lleva por este viaje por el tiempo cuando es testigo de los efectos de Synchronic de primera mano. Las escenas ven al dúo trabajar con notables efectos especiales, piezas más complejas desde el punto de vista técnico y situaciones con una conciencia política más evidente: ¿cuándo habíamos visto a un negro viajar al pasado? Es así como—teniendo en cuenta el lugar donde se desarrolla— la trama supone riesgos no exclusivamente cuánticos para el viajero.

Para Benson y Moorhead, la camaradería resulta una herramienta imprescindible para afrontar el fin del mundo —a un nivel íntimo—. Paratemporal intenta desesperadamente presentar una nueva amistad que pueda soportar los embates del caos sobrenatural que caracteriza la obra de estos cineastas. A diferencia de sus otros esfuerzos —particularmente El Infinito, en donde ellos mismos interpretan a los protagonistas—, el conflicto entre los personajes nunca logra cuajar por completo. Primer (2004) es otro ejemplo notable de cómo un hecho extraordinario verdaderamente representa un reto para la relación que existe entre dos hombres. Aunque ambas comparten el tema del viaje en el tiempo, solo una consigue un equilibrio convincente entre las circunstancias extraordinarias y el conflicto dramático.

Paratemporal está disponible (a la renta o a la venta) en Apple TV+ o Prime Video.