«Annette»: un cuento de canciones y furia
Leos Carax, director francés, retoma el cine nueve años después desde Holy Motors. Ahora regresa a lo grande dando mucho de qué hablar luego de su exitoso paso por el último festival de Cannes con Annette. ¿Habrá cumplido este curioso musical con las expectativas?
La cinta cuenta la historia de amor entre Henry y Ann (interpretados por Adam Driver y Marion Cotillard). Uno es un comediante de estilo provocador y la otra es una cantante soprano exitosa. Juntos vivirán un apasionado romance que estará muy marcado por la vida mediática de ambos. Fruto de esa relación tendrán una hija llamada Annette cuyos dones excepcionales cambiará todo en sus vidas.
Tratándose de un musical, es todo y nada de lo que se podría esperar de una cinta de ese estilo. Con el canto y la coreografía, pero contada de una manera poco convencional convirtiéndose en una experiencia única. Es un acercamiento punzante al mundo moderno donde todo sentido de realidad es falaz dando ese ambiente de fantasía con colores y música deslumbrante. A su vez, expone el lado más oscuro y real del mundo de la fama como el gran y frágil artificio que es llegando a ser también desoladora.
La narrativa no es sencilla, es más de ideas metafóricas que de hechos concretos que guían una historia que el espectador va armando en el camino. Las composiciones del dúo musical Sparks terminan de dar ese toque especial con sus pegadizas canciones. Al ser ellos también guionistas, se entiende esa decisión de optar por pocos diálogos para dejar que la música pueda comunicar lo más posible. Todo eso sumado a la poco ortodoxa puesta en escena de Carax es donde reside lo bueno y lo malo de la cinta. Porque sí, si hay algo en lo que Annette falla es que por momentos peca de excesiva.
Al ser tan abstracta, a la mitad puede llegar a abrumar causando una desconexión con lo que se ve. Puede repeler al espectador más casual por lo cual se debe ver con la idea que no será un visionado amigable. Sin embargo, a pesar de estos problemas, las cosas que hace bien, las hace increíbles.
Una de esas cosas es obviamente sus actuaciones. Tanto Marion Cotillard como Adam Driver dan todo de sí, siendo especialmente Driver lo mejor de la cinta con mayor entrega y desenvolvimiento físico en todo nivel siendo el cuerpo de la obra. Mientras tanto, Cotillard es más el alma de esta, representando la constante lucha de sentimientos que uno acontece en cada escena.
En conclusión, no podría decir que Annette sea una obra excelente. Su ritmo irregular y exceso de abstracción no le hacen mucho favor pudiéndose ahorrar esas complicaciones. Fuera de eso, creo que es una de las películas más destacables del año por su fascinante estética, actitud retadora a la manera de hacer cine y sin miedo a desconcertar a su audiencia. De amar u odiar, pero ajena a la indiferencia.