Monopolio Mickey: Disney compra a 20th Century Fox y sacude la industria
El Huracán Mickey acaba de destrozar el ecosistema mediático como lo conocemos. Tras semanas de histeria colectiva en la industria del entretenimiento, la compraventa de los activos de la división de cine y televisión de la Twenty-first Century Fox (a saber, la Twentieth Century Fox y el grupo de entretenimiento de Fox) por 52.400 millones de dólares catapulta a Disney al monopolio. Desde hoy, la Fox, Fox Searchlight Pictures, Fox 2000, 20th Century Fox Television, FX Productions y los derechos al canal de televisión, Fox21, FX Networks, National Geographic íntegro, Fox Sports Regional Networks, Fox Networks Group International, Star India pasan a manos de la que se acaba de convertir en la mayor compañía de entretenimiento del mundo.
El plan de expansión hacia el streaming -que arrancó con el sonado divorcio de Mickey y el leviatán Netflix el pasado agosto– se efectiviza. La búsqueda por enfrentar de mejor manera la creciente competencia de Netflix y Amazon.com llega con la adquisición de Sky y Hulu, la plataforma que la ABC comparte con Fox, la NBC y Time Warner. Ya es final: Fox y Disney estamparon la firma y el boom sónico ya reverbera en la tierra incógnita en la que se convertirá la constelación de plataformas de entretenimiento.
¿Entonces con qué se queda Disney?
«La Walt Disney Company y la Twenty-First Century Fox anunciaron que han entrado a un trato definitivo para adquirir a la 21st Century Fox Film incluyendo a la división de Cine y Televisión por aproximadamente U$S 52.4 mil millones«, explica el anuncio oficial los multimedios, que firmaron su acuerdo hoy mismo en Londres. Los rumores de la fusión emergieron desde principios de semana con la salida de Comcast de los postores. Sitios especializados como Wall Street Journal habían previsto que el cierre de la negociaciones se daría hoy mismo. Y la profecía se cumplió.
Si bien el broadcasting del servicio de noticias queda fuera del trato, el eje está evidentemente puesto sobre los contenidos que Disney se hizo con la compra del entretenimiento de Fox y de los que desde hoy tiene derecho de distriubuir. De hecho, siete de las diez franquicias más redituables de mundo han quedado bajo su órbita con la compra. Ya sabemos que los títulos de propiedad de Disney exceden al Imperio Animado, y desde la entrada de Bob Iger a escena como presidente de la Company -cuya permanencia como consejero delegado se confirmó hasta el 2021 en el mismo comunicado-, Disney adquirió a Lucasfilm, Pixar y los Marvel Studios con todos sus Avengers, Iron Mans, Thors y etcétera. Hoy, se acaban de sumar Avatar, el Planeta de los Simios, los X-Men, los Cuatro Fantásticos, Deadpool, Alien, Terminator, la franquicia de Kingsman, Los Simpson, y los derechos de distribución de las primeras tres películas de Star Wars.
Además (y como si fuera poco), la compra los deja con el control accionario total de Hulu -la principal competencia de Netflix– a través de la participación del 30% que tenía el estudio, quedando con el 60% de las acciones de la compañía de trasmisión de videos. La compra se eleva a U$S 66 mil millones de dólares: Disney también asumirá alrededor de 13.700 millones de dólares en deuda neta de Fox.
El traspaso anunciado hoy se hará mediante un intercambio de acciones, una fórmula que ya estuvo en el prontuario de Disney con la compra de los estudios Pixar, Marvel y Lucasfilm. Por su parte, los accionistas de Fox controlarán el 25% del capital de Disney cuando se complete la venta. La familia Murdoch, dueños del 39% en Twenty-first Century Fox, se quedará con el 5% en la nueva Disney. Además, Fox separará la red y las estaciones de Fox Broadcasting, Fox News Channel, Fox Business Network, FS1, FS2 y Big Ten Network en una compañía recientemente salida a bolsa. Por su parte, James Murdoch se encargaría del merge con Disney, y su hermano Lachlan estará al frente de la nueva Fox y su NewsCorp.
Crónica de una compra anunciada
La compra era prácticamente un hecho. Los rumores habían empezado hace dos meses atrás, pero cuando las intenciones de Disney se volvieron vox populi y los medios se lanzaron a una carrera de especulaciones, las negociaciones tuvieron un súbito freno. La censura, las quejas y la preocupación fueron la principales actitudes de la mayoría de los medios, que auguraban el apocalipsis del Universo Cinematográfico de Marvel, el monopolio mediático de Disney con la obtención de franquicias y los cambios de paradigma que implicaría la plataforma propia de streaming. De ahí que la gente de la Mouse House y el clan Murdoch -hasta hoy, dueños de la Fox– entraron a silencio de radio. La industria respiró tranquila y dio al trato por cancelado.
En el interín la Twenty-First Century habría abierto la mesa de negociaciones a la gente de Comcast -dueños de Universal– y de Sony con un tibio interés. De acuerdo a los especialistas del The Wall Street Journal, la posibilidad de competencia con otros polos mediáticos para hacerse de los contenidos de Fox llevó a que Mickey descongelara la postura para volver a la puja por Fox. Según las especulaciones de Deadline, la Casa del Ratón siempre fue el destino preferido para los contenidos de la Twentieth Century y el resto del grupo de entretenimiento de Fox y la vuelta de Disney a la mesa de negociaciones congeló las posibilidades de Comcast. La empresa hizo oficial el abandono de su oferta para quedarse con la mayoría de los activos este mismo lunes, dejando solo a Disney en carrera como único postor.
It’s a streaming world after all
Parte del sentido por el cual Disney apuró la compra sin poder esperar a que siquiera termine diciembre tiene que ver con adaptarse a un cambiante mercado. «La compra permitirá acelerar el uso de tecnologías innovadoras, incluyendo la plataforma BamTech para crear más formas para entretener y conectar directamente con las audiencias mientras proveemos más posibilidad para la forma de consumir contenido (…). La transacción permitirá a Disney profundizar sus esfuerzos de brindar una experiencia de entretenimiento más atractiva por su oferta directa al consumidor (DTC, en sus siglas en inglés)», se explayaba el comunicado. Y aquí podemos ver por qué el retiro de los contenidos de Disney de la plataforma Netflix está íntimamente relacionado a la compra del grupo de entretenimiento de Fox.
Disney abandonó Netflix con un claro objetivo: fundar su propia plataforma de streaming en una aguerrida movida de alineación con las tendencias de consumo. La compra del 41 por ciento de las acciones de la compañía de streaming BAMTech por 1580 millones de dólares el pasado agosto cerró el puño de la Company alrededor de la empresa, que ya había vendido el 33 por ciento de sus acciones. El plan: lanzar dos plataformas paralelas, una con los nuevos contenidos y los próximos estrenos live-action de Disney y Pixar; y una segunda con la distribución de ESPN (que da aire a unos 10.000 eventos deportivos) en la que BAMTech serviría como pilar sobre el que construir. Y no hace falta ser un genio para saber qué tipo de contenidos agregará ahora a su biblioteca.
La venta del grupo de entretenimiento de la Fox -y la compra de Disney– refleja la creciente demanda de los consumidores para acceder a un contenido «rico» de forma «diversa» y absolutamente directa, según Iger. La compra de parte de la Twenty-First en ese sentido, marca el paso en la industria y la necesidad de hacer una rápida transición al mundo del streaming. La compra de los activos de Fox duplica en paralelo su participación en Hulu, le da un 39% de Sky, además de BamTech y al retirar su contenido de Netflix -efectivo desde 2019-, Disney se estaría convirtiendo en el nuevo titán de las plataformas digitales.
La tendencia del mercado, después de todo, apunta a eso mismo con Amazon, Netflix, Google y Facebook, la fusión de AT&T y Time Warner y la compra de Verizon de AOL que apuntan hacia los contenidos online. Absorber parte de la 21st Century ciertamente asegura una entrada resonante en el frente digital.
Monopolio Disney
La compra del grupo de entretenimiento Fox viene con una enorme y lucrativa cantidad de franquicias, canales televisivos, eventos deportivos, el 30% de Hulu, otro tanto de Sky, acciones en Endemol y la red de distribución internacional… Y también con las trabas que podrían poner los reguladores antimonopolio en Estados Unidos y el Departamento de Justicia que acaban de bloquear la fusión entre Time Warner y AT&T. Lo cierto es que sería difícil que los entes reguladores no pongan peros a la compra, a juzgar por los últimos fallos (y eso sin tener en cuenta las agresivas técnicas de distribución que Disney ha tenido The Last Jedi).
La venta de uno de los seis estudios más grandes de Hollywood impacta fuertemente en el mercado en general y en la industria del entretenimiento en particular. El terremoto impacta, principalmente, porque la compra se trata de la monopolización de contenidos bajo el Imperio del Ratón es, desde hoy, un hecho. Y no podemos evitar temblar cuando consideramos las implicaciones que podría tener para las voces independientes de la industria. La firma que Disney estampó con la compra de la Fox bien podría también rubricar el acta de defunción del cine indie.