“Sympathy for Lady Vengeance”, entre el perdón y la venganza
La empatía es una de las más grandes cualidades del ser humano, pues se dice que sólo aquellos con un corazón noble y un espíritu bondadoso, sincero y puro son capaces de experimentar tan piadoso sentimiento; después de todo, nunca es fácil comprender las emociones del otro ni mucho menos meterse en sus zapatos en los momentos más difíciles. Sin embargo, por más generoso que uno sea…tú, lector, ¿serías capaz de perdonar al asesino de un pobre e inocente niño?, más aún, pues con tal de proteger a alguien más, ¿estarías dispuesto a pasar tu juventud encarcelado por un crimen que no cometiste?
Sympathy for Lady Vengeance (Chinjeolhan geumjassi, 2005), del director Chan-wook Park, nos presenta la historia de Lee Geum-ja (Lee Young-ae), una hermosa mujer encarcelada por un delito que, a pesar de que ella misma se declara culpable, las pruebas muestran lo contrario. Ahora, tras su liberación la mujer sólo tiene dos objetivos en mente: encontrar a su hija dada en adopción y asesinar al verdadero responsable del crimen.
Esta película conforma la tercera parte de la llamada «Trilogía de la venganza”, la cual es precedida por Sympathy for Mr. Vengeance y Oldboy, todas dirigidas por el mismo cineasta. La saga no tiene relación alguna en sus tramas pero tiene al acto de vengarse como eje central para el desarrollo de sus historias.
Geum-ja es una mujer que con tal de proteger la vida de su hija se declara culpable del asesinato de un pequeño niño, por lo cual debe pasar 13 años de su vida encerrada. En la prisión, como es de esperarse, comenzará a fraguar su venganza contra Mr. Baek (Choi Min Sik), el verdadero responsable. No obstante la mujer está segura que no es la única con sed de justicia, así que reclutará a todos aquellos que hayan visto destrozada su felicidad por dicho hombre.
Más que por su trama, la película es interesante por la manera en que resuelve el conflicto principal, que no es ya el de encontrar al verdadero culpable, sino castigarlo. Y es que Sympathy for Lady Vengeance no cuenta con grandes giros en su historia como lo es la impactante revelación del oscuro secreto que guarda Oldboy, no; sino que a diferencia de ésta última, aquí los verdaderos motivos de la venganza se nos revelan poco a poco y sutilmente, lo cual ocasiona que la sorpresa del espectador no sea tan grande al saber el motivo que lleva a Geum-ja a comportarse de la manera en que lo hace.
Esto se debe a que la historia se cuenta desde tres escenarios diferentes y de forma anacrónica. El primero de estos momentos es el tiempo presente, donde vemos a la protagonista exponer los motivos que la llevan a buscar una venganza contra Mr. Baek; el segundo es el tiempo pasado, explicándonos cómo esta joven se ganó el cariño y respeto de las demás mujeres encarceladas con ella, quienes la ayudarán a llevar a cabo su plan; por último, el tercer momento es un tiempo todavía más atrás, cuando se revela cómo es que surgió su relación con el hombre que destrozó su futuro.
Los motivos que llevan a actuar a esta mujer con tanto odio se nos dejan en claro una escena tras otra, lo cual, como dijimos, ocasiona que no se experimente una sorpresa tan impactante cuando vemos el panorama completo, pues poco antes de la mitad del filme ya sabemos qué paso y cómo fue que sucedió. No obstante, lo que no se nos dice es lo que pasará con Mr. Baek, y es aquí donde radica la fortaleza y el misterio de esta cinta, pues nos planteará un dilema moral no sólo con los personajes, sino con nosotros mismos al meternos en los zapatos de las víctimas, haciendo que nos preguntemos si seríamos capaces de perdonar o, en cambio, actuaríamos de la forma más cruel contra aquella persona que nos quitó lo más preciado en la vida.
El ritmo de la cinta podría no ser el esperado después de mirar Oldboy, pero recordemos que el principal eje de esta trilogía no es la sorpresa que genera, sino los actos de venganza que nos presenta. De esta manera, si la segunda cinta de esta saga nos demostró que la venganza es un arma de doble filo en el que tanto la víctima como el verdugo siempre salen heridos, Sympathy for Lady Vengeance nos deja en claro que a veces, y sólo a veces, la revancha es el único acto para purificar el alma y conseguir el perdón de aquellos a quienes hemos hecho daño.