La Academia rectifica: No se entregarán Oscares durante los comerciales
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés), echó reversa a su decisión de entregar cuatro premios (Mejor Fotografía, Mejor Edición, Mejor Maquillaje y Mejor Peinado, y Mejor Cortometraje) durante los cortes comerciales.
“La Academia ha escuchado la retroalimentación de sus miembros respecto a la presentación de los cuatro Oscars y todas las categorías se emitirán sin ediciones, en nuestro formato tradicional”, publicó el sitio Deadline.
La decisión (cuya justificación era recortar el tiempo de la gala a tres horas) fue criticada por grandes figuras del cine apenas publicado el anuncio, al punto que se envió una carta a la Academia exigiendo que diera marcha atrás. «Relegar estas artes esenciales del cine a un estatus menor en la 91 edición de los Oscar no es nada menos que un insulto a aquellos de nosotros que hemos dedicado nuestras vidas y pasiones a nuestra profesión», se lee en el escrito.
Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Christopher Nolan, Michael Mann, George Clooney, Brad Pitt, Robert De Niro, Elizabeth Banks, Peter Dinklage, Kerry Washington, Martin Scorsese, Quentin Tarantino, Damien Chazelle, Spike Lee, Cary Joji Fukunaga, Ang Lee, Roger Deakins, Emmanuel Lubezki y Reed Morano, fueron algunas personalidades que prestaron su nombre para la carta.
Esto se da durante una declive en la credibilidad de los premios, ya que también se tuvo que dar revés a la entrega de un nuevo Oscar a la Mejor Película Popular, sumado a que el presentador de la gala, Kevin Hart, renunció a su puesto por unos tuits homófobos, lo que dejará a la 91 edición de los Oscar sin maestro de ceremonias.
Antecedentes
Sobre el anuncio de entregar cuatro premios fuera del aire, John Bailey, presidente de la AMPAS señaló: “Estamos comprometidos a presentar un espectáculo del que todos estaremos orgullosos». Además, se hablaba de que el cortar la emisión en vivo de algunos Oscar, era un ejercicio previsto para futuras premiaciones.
En agosto se dio a conocer (por no decir se recordó) que el rating del evento ha ido en descenso con el pasar de los años, por lo que acortar el tiempo a tres horas, ni un minuto más, ni un minuto menos, obedecía a una estrategia para combatir la baja de espectadores.
Lo único que dicha movida provocó fue una certera tundida en redes sociales, sobre todo por parte de nominados y seguidores del evento, quienes estuvieron tuiteando durante semanas #PresentAll24 o #PresentenTodosLos24 (premios).
Al respecto, el director mexicano Guillermo Del Toro publicó en Twitter: “Si me permiten: no me atrevo a sugerir qué categorías deben ser omitidas durante el show de los Oscares, pero la Fotografía y la Edición están en el corazón de nuestro oficio. No son herencia de una tradición teatral o literaria: son el cine mismo”.
Aunque no todo fue señalamientos, ya que Paul Massey, encargado de mezclar el sonido de Bohemian Rhapsody (película biográfica de Queen), tuvo una postura más propositiva sobre el dilema de la AMPAS. Algo básico, sencillo, pragmático y de eficiencia en logística: “sienten a los nominados de esas y otras categorías ‘técnicas’ más cerca del escenario”, publicó AP.
Y hablando de logística, los productores del evento aseguraron que cada ganador tendrá 90 segundos desde el momento en que se lee su nombre hasta que la orquesta comience a tocar para señalar el fin de su discurso, al parecer, sin importar la ubicación de su asiento.
Otro factor que tildaba a la medida de absurda y cuestionable, fue que las cuatro categorías sólo serían relegadas en televisión, ya que John Bailey dijo que aunque no se iban a ver en televisión, sería posible ver la ceremonía completa en streaming. Es decir, a través de Oscar.com y en las redes sociales de la Academia, no se perdería el momento en vivo. Entonces, ¿qué lectura se le dio a la propuesta de cuatro categorías durante comerciales? La medida era meramente (y descaradamente) una estrategia comercial, para responder a intereses de anunciantes y patrocinadores, para mantener cautivo a un público que poco a poco se desvanece por el Internet y servicios de televisión bajo demanda, nunca a lo que Del Toro describió como “el corazón” del Séptimo Arte.
En conclusión, una academia de artes cuya credibilidad se debilita cada año, estuvo a punto de implementar una estrategia que, irónicamente, con todo y sus medidas y gastado discurso pro inclusión, quedaba como parcial, incoherente, irrespetuosa y otros calificativos, al quitar categorías fundamentales para el desarrollo y calidad de una película. “¿Qué importan?”, ¡”Estas nos quitan tiempo!” Es la connotación que se le dio a la ya cancelada (para bien) estrategia.