“Annabelle Comes Home”, terror juvenil y jumpscares al por mayor
Annabelle (2014) fue, sin lugar a dudas, la cinta de terror más esperada tras el estreno de The Conjuring, pues el aspecto tétrico y el aura maldita que rodeaban a la muñeca hacían de este personaje uno de los más interesantes del cine de terror actual. Sin embargo su spinoff resultó ser de los mayores fiascos del género, algo que su secuela (Creation, 2017) únicamente ayudó a confirmar y sepultar aún más, pues ésta fue incluso peor; sin embargo su tercera y más actual parte, Comes Home (2019), llega para arrojar un poco de luz sobre esta saga que parecía haber sido exorcizada por completo.
Tras la ausencia de sus padres Ed y Lorraine Warren, su hija Judith, junto con su niñera y una amiga, aprovechan para husmear en el sótano de la casa, lugar donde los famosos demonólogos ocultan todos los objetos malditos que recaudan de sus exorcismos. Por desgracia un descuido de las jóvenes liberará a Annabelle de su prisión de cristal, desatando así una noche llena de terror.
En esta ocasión Gary Dauberman, responsable del guion de las cintas anteriores de esta muñeca maldita, se aleja de la pluma y la tinta para debutar como director con Annabelle Comes Home, una película que si bien continúa siendo de una calidad baja en cuanto al cine de género, al menos tiene el mérito de ser un poco mejor que sus dos antecesoras; aunque ciertamente tampoco eran difíciles de superar.
Comencemos por lo más destacable de esta tercera parte. Comes Home tiene la gran ventaja de sostenerse bajo los escombros de sus dos antecesoras pero, más aún, de apoyarse directamente de la saga directa de The Conjuring, pues presenta elementos y guiños de estas dos sagas para entregar una cinta medianamente decente.
Basta con ver al matrimonio Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) desde los primeros minutos para adentrarse rápidamente en el universo de The Conjuring, pues aunque éstos sólo aparecen en los instantes iniciales y finales de la trama, ayudan a que el público conecte más rápido con la historia, pues es una cinta donde su hija Judith (Mckeena Grace) junto con su niñera Mary (Madison Iseman) y su amiga Daniela (Katie Sarife) son las verdaderas protagonistas.
De igual manera esta nueva historia de Annabelle cuenta con ciertos guiños a otras películas de su universo, ya sea mediante objetos malditos vistos anteriormente en la saga de The Conjuring o por referencias a otros casos de los Warren, lo que de cierta manera la torna un poco más dinámica. Además, es precisamente la mención a estos otros casos lo que la hace más interesante, pues los más fanáticos seguramente habrán captado la referencia a uno de los exorcismos más famosos como lo fue el de Bill Ramsey. (Puedes leer más sobre este y otros casos aquí).
Por otro lado no hay que olvidarnos que Annabelle Comes Home se trata de una película de terror simple y sin pretensiones que no busca otra cosa más que el susto barato e instantáneo, es decir, el jumpscare, y en ese aspecto cuenta con varios de estos “sustos de sobresalto” bastantes efectivos que agradecerán aquellos que disfrutan de espantarse con este recurso, pero que, por otro lado, los más curtidos en el tema los encontrarán predecibles e incluso poco impactantes.
Ahora, si estos jumpscares resultan medianamente efectivos es gracias a las actuaciones de las tres protagonistas, pues entre todas ellas logran crear una película de terror juvenil (remarcamos el juvenil) que no busca otra cosa más que crear una historia entretenida.
Ahora vayamos a lo malo. Al ser un terror suave no requiere de una gran trama, por lo cual, la manera y la razón por la que Annabelle es liberada de la caja que contiene su maldad puede no verse muy forzada pero sí muy conveniente, casi como un pretexto sumamente simple con tal de encontrar una manera rápida de que la muñeca desate su aura diabólica.
Esto provoca que al ser los jumpscares el recurso fundamental de la trama, cuando hay ausencia de éstos la historia se torna aburrida por momentos, o al menos lenta, pues al no tener un trasfondo mayor se vuelve poco interesante si hay más diálogos que sustos.
Además, muchos de estos sustos tampoco resultan tan funcionales no sólo porque llegan a ser predecibles, sino por el uso de demasiado CGI en varias ocasiones donde aparecen ciertos espectros, pues al verse más computarizados que corpóreos le restan credibilidad.
Aun así las mayores debilidades de la cinta son dos: la primera de ellas es el uso de una comedia sumamente simplona con la que se busca hacer reír al espectador mediante tramas y dilemas adolescentes, más propios de una comedia romántica que de una cinta de terror; la segunda es el error en el que han caído todas las cintas de Annabelle, es decir, en el hecho de que avanzada la trama terminan por relegar a la muñeca a un papel secundario para, en su lugar, poner más atención en los demás espectros, es decir, Annabelle deja de ser la verdadera villana.
En resumen, dentro de su propia saga Annabelle Comes Home termina por ser una película que de buena manera logró superar a sus dos películas pasadas mediante el uso de una historia más concreta al conectar directamente con The Conjuring. Sin embargo, como cinta de terror en general, todavía es una obra bastante débil que continúa quedándose en los recursos más simples para generar miedo, optando por el jumpscare en vez de una trama más interesante.