José Mojica, el último adiós al ícono del cine de terror brasileño
El pasado 19 de febrero murió José Mojica, el más grande exponente del cine de terror en Brasil gracias a su tenebroso personaje Zé do Caixão. Por desgracia, su rostro y su personalidad quizá no serán tan recordados como Béla Lugosi y Boris Karloff con su Drácula y su momia, respectivamente, como Tony Todd con su Candyman o hasta Jennifer Tilly como Tiffany en La novia de Chucky.
Por esta razón, estas líneas tienen como objetivo rendir un pequeño homenaje al gran ícono del género iberoamericano, que aunque con películas de baja producción, su estilo estrafalario y hasta retorcido logró cautivar al mismo Tim Burton, quien lo calificó como su «más grande descubrimiento del género”.
De Mojica a Zé do Caixão
Un sombrero de copa, uñas largas de casi 10 centímetros de largo, una barba negra y unos ojos llenos de locura eran los rasgos con los que Mojica logró darle vida al gran Zé do Caixão, personaje que le hizo ganarse el título del maestro del cine de terror brasileño.
Dicha creación, aunque casi desconocida por gran parte del mundo, se volvió referente del terror en su país luego de que, en 1963, y según cuenta José Mojica, su alter ego nació de la única manera posible, como solo el miedo puede lograrlo: dentro de una pesadilla.
«En mi sueño, un tipo de negro me llevaba por un cementerio. Yo iba enfermo y deliraba por una fiebre alta. Me dejó frente a una lápida con dos fechas: mi nacimiento y mi muerte. Desperté gritando y en ese momento decidí hacer una película diferente a todo lo que había hecho. Ahí nació el personaje, ahí (Zé do Caixão) comenzó a tomar forma en mi mente y en mi vida», declaró Mojica hace ya varios años.
Sin embargo, antes de aquella pesadilla, el fallecido actor ya había tenido ciertas experiencias que lo involucraron con el terror, lo paranormal y la terrible naturaleza humana; todos ellos elementos que moldearon su personalidad macabra.
«Era el funeral de un amigo de la familia; un tipo elegante. Daba golosinas a los niños, siempre aconsejaba remedios para los enfermos… Un día cayó muerto. Al menos eso pensamos. Lo pusieron en un ataúd para que amigos y familiares lo velaran. Yo estaba allí cuando se levantó. No estaba muerto, solo tenía catalepsia. Su esposa y los demás agradecieron al cielo por sus oraciones. Sin embargo, al día siguiente, todos cambiaron su actitud hacia él; se convirtió en un paria, un hombre maldito que habría hecho un pacto con el diablo».
«La gente lo evitaba. Su esposa lo dejó, sus hijos no querían saber nada de él. Obligado a abandonar la ciudad, murió, esta vez de verdad, en un hospital psiquiátrico. Esta historia me hizo pensar en la religión y en la hipocresía de los fieles. Me ayudó a dar forma a mi personalidad», describió José Mojica.
El augurio de una infancia macabra
La infancia de Zé do Caixão no fue propiamente una desgracia, pero sí un tanto extravagante y siempre ligada al cine.
Mojica nación un viernes 13 de marzo de 1936, pero no tardó en descubrir el maravilloso mundo del celuloide gracias a su padre, un gerente de una sala de cine que le permitía ver películas como El fantasma de la ópera, Frankenstein y todas las demás cintas de los llamados “monstruos clásicos de Universal”.
Claro, al ser cintas en su mayoría prohibidas para niños, tenía que mirarlas desde la cabina de proyección, lo que le dio cierta intimidad con el género.
Todo esto ayudó a que entre los 12 y los 15 años, Mojica grabara un total de 15 películas en 16 mm junto con sus amigos. Sin embargo, no fue sino hasta estrenar un filme titulado Sentença de Deus que el terror comenzó a hacerse presente en su vida más allá de una pantalla, pues su primer largometraje se convirtió en un producto maldito.
«Los sacerdotes me advirtieron que iba a tener grandes problemas con esta película, ya que estaba maldita. No hice caso a sus consejos, pero pude ver que decían la verdad. Una actriz murió ahogada en su piscina. La sustituta sucumbió a la tuberculosis. A la tercera le amputaron ambas piernas después de un accidente. Era mejor que me detuviera. Cuando intenté convertir la película en una serie de televisión, el que murió fue el productor», según contó el actor.
Un ícono que nació sin buscarlo
Aunque Sentença de Deus fue casi una maldición, la primera película propiamente de terror a cargo de José Mojica fue A medianoche me llevaré tu alma, en 1964, en la que finalmente interpretó a Zé do Caixão. Aunque sin buscar el papel, fue su última opción debido a que ningún otro actor quería hacerlo.
Esta cinta se convirtió en su ruina al invertir casi todos sus bienes para filmarla, pero sus esfuerzos vieron los frutos cuando el proyecto se estrenó en cines, ya que su estilo sucio y surreal provocaron gran sensación en los espectadores. Tanto es así que hubo quienes lo compararon con Luis Buñuel y Alejandro Jodorowsky.
El éxito de la cinta dio como resultado que Mojica nunca más se despegara de Zé do Caixão, estrenando así otras cintas con este personaje como protagonista, otras como director y muchas más como actor secundario.
O Diabo de Vila Velha, This Night I’ll Possess Your Corpse, Inferno Carnal, Finis Hominis ―considerada su peor película, pero la favorita del director― fueron las cintas con las que siguió cosechando éxitos.
Fue así que Zé do Caixão llegó hasta la época actual, con sus dos últimas participaciones en las cintas Encarnação do Demônio (2008) y Mosquitoid (2014) ―aunque la segunda ya sin su personaje habitual―, con las cuales el ícono del terror brasileño se despidió de su carrera actoral tras sufrir problemas cardiacos.
José Mojica murió a los 83 años de edad a causa de una bronconeumonía. Le sobreviven 12 hijos, 7 nietos y el título de culto de ser el padre del terror brasileño.