“The Cleanse”, una retorcida manera de purificar el alma
Cuando se está a punto de tocar fondo, ya sea anímica o moralmente, se pueden llegar a intentar todas aquellas cosas que nunca se pensó hacer con tal de sentirse mejor, aunque ello conlleve aislarse de la sociedad para encontrarse a uno mismo mediante un retiro de purificación espiritual. Sin embargo, hay quienes llevan esto de la “purificación” al extremo, tal y como lo demuestra la cinta The Cleanse (2018), del director Bobby Miller y protagonizada por nada más y nada menos que por Johnny Galecki, quien es más conocido por su rol principal como Leonard en la serie The Big Bang Theory.
Paul (Galecki) es un hombre que por alguna razón se encuentra bastante deprimido y con un gran malestar consigo mismo, por lo que decide inscribirse a una especie de retiro espiritual con la esperanza de que lo ayuden a purificarse de todos aquellos malos sentimientos que se albergan en él. Sin embargo, todo parece que la ayuda que le brindarán será de una forma bastante literal, pues mediante la ingesta de extraños jugos comenzará expulsar de su cuerpo a aquel monstruo que no le permite vivir en paz.
Bobby Miller nos trae esta extrañísima película que aborda una historia bastante sencilla mediante una trama por demás extravagante y casi chocante, pues después de todo, cuántos de nosotros no conocemos a varia gente que, mediante métodos medicinales alternos, buscan purificar su cuerpo y alma a través del beber ciertos líquidos y alimentos. Aunque, por supuesto, cuando les escuchamos decir que esto los ayuda a expulsar de su interior toda aquella maldad y “podredumbre” que se encuentra en su cuerpo y mente, no esperamos que sea de una forma tan literal y explícita…como esta cinta sí lo hace.
Todo comienza cuando Paul, harto de su vida y un dolor interno que lo aqueja sobremanera, se inscribe a un retiro en el que lo ayudarán a expulsar todo el malestar que carga. Sin embargo este hombre se trata de un individuo totalmente vulnerable y quien al parecer sólo busca cualquier tipo de afecto en el sexo contrario, pues cabe decir que su decisión de tomar el curso de purificación se da únicamente porque a éste también se inscribe Maggie (Anna Friel), una mujer que no conoce en lo más mínimo pero que llama su atención, aunque como dijimos, sólo es porque desea buscar una especie de relación en la que se sienta querido.
Maggie, como era de esperarse, también tiene sus propios problemas, pues de otra forma no se habría inscrito al curso; asimismo, junto a ellos también se encuentra una pareja de novios que buscan mejorar su relación. Y aunque poco a poco la trama dejará al descubierto cuál es el verdadero dolor que aqueja a todos y cada uno de ellos para que hayan decidido inscribirse al retiro –en cuyo contrato que les hacen firmar incluso se les advierte que podrían morir-, lo interesante de la película es ver el proceso por el cual deben pasar para purificarse.
Ahora bien, aunque uno podría pensar que este cuarteto de infelices (en el sentido literal y no como ofensa) se ha metido en una especie de culto siniestro y sádico que los llevarán a la locura, resulta ser todo lo contrario, sino que en realidad se han inscrito a un sitio que los purificará desde las entrañas. Para conseguir esto la instructora Lily (Anjelica Huston) les ordena tomar una serie de bebidas creadas especialmente para cada uno de ellos, las cuales les ayudarán a expulsar todo lo malo que hay en su interior.
Ahora, cuando decimos que expulsarán todo lo malo de sus cuerpos gracias a estos jugos, nos referimos a que en verdad expulsarán a extrañas (y asquerosas) criaturas que, de alguna forma u otra, los ayudarán a superar sus miedos, así como a dejar atrás su enojo y los sentimientos que carcomen su vida.
La película se muestra como una comedia de terror (aunque sin llegar a las carcajadas) que tiene su mayor fuerte en las situaciones tan retorcidamente graciosas que presenta, ya que los personajes de Paul y Maggie se ven envueltos en varias secuencias cómicas con ciertos elementos repulsivos por parte de los monstruos que brotan de sus entrañas. Aunque cabe decirlo, el asco que llegan a generar estas criaturas sólo permanece durante los primeros momentos que se les ve a cuadro, pues aunque nunca se explica a ciencia cierta qué son, poco a poco van adquiriendo ciertos toques de ternura, al grado de ser carismáticos.
Por otro lado son estos mismos elementos los que juegan en contra de la cinta, pues dejando fuera el sutil humor que el director maneja y si bien se puede llegar a sentir empatía por los pequeños monstruos, en esencia la película no contiene nada nuevo que no hayamos visto ya en otro tipo de filmes que, sin llegar a ser de terror, también representan la lucha interna de una persona con sus demonios y su incapacidad para olvidarse del pasado, aferrándose a las cosas o a los sentimientos que no los dejan ser felices. La diferencia aquí es que el director Miller enseña esta metáfora sin hacer que sus personajes peleen contra sí mismos ni contra sus problemas de forma interna y mental, sino que lo hacen de forma explícita al encarar al monstruo que llevan dentro.
En resumen, The cleanse es una comedia de terror que sin llegar a lo burdo presenta una situación bastante cliché de una forma muy inusual y cómicamente retorcida. Y si bien la trama puede volverse bastante predecible, su duración de apenas una hora y diez minutos la ayudan a mostrase como una obra ligera pero entretenida.