“Ted Bundy”, el legado del primer asesino serial en la pantalla
Por muy bueno o malo que nos parezca, los asesinos seriales continúan siendo una materia exquisita tanto de estudio como de entretenimiento, pues gracias a sus mórbidos crímenes, a su psique perturbada y a su falta de escrúpulos, muchos de estos personajes cuentan con un gran número de fanáticos, tanto así que incluso hay quienes llegan a enamorarse de ellos a pesar de sus actos tan crueles y sanguinarios. Tal es el caso de Theodore Cowell Bundy, cuyo carisma y encanto lo llevaron a convertirse no sólo en uno de los mayores psicópatas de los EU, sino en el primer asesino serial de la historia.
Hay que aclarar que Ted no fue la primera persona en cometer asesinatos de este tipo, pero no fue sino hasta que él llegó con su ola de crímenes y violaciones hacía el sexo femenino que el término “asesino serial” se usó oficialmente. Y no es para menos, pues aunque sus víctimas confirmadas apenas superan la veintena (lo que en verdad ya es mucho decir), se especula que llegó a matar a más de 30 mujeres e, incluso, hay quienes apuestan a que el número supera las 100. La vida de este personaje fue llevada a la pantalla grande por el director Matthew Bright en su película Ted Bundy (2002).
Cabe destacar que aquí nos enfocaremos más en la cinta que en la vida real de Bundy, pues aunque sólo cuenta a grandes rasgos la etapa criminal de este psicópata (haciendo a un lado la infancia de éste), se apega demasiado a los hechos que ocurrieron en realidad, así que para aquellos que no estén muy familiarizados con este sujeto, la película será una muy buena introducción para conocer su triste y célebre obra.
Ted (Michael Reilly Burke) es un hombre joven, inteligente, atractivo y carismático que mantiene una relación sentimental con Lee (Boti Bliss), una madre soltera que por amor es capaz de soportar todo tipo de maltratos por parte de él. Sin embargo, lo que ella no sabe es que mientras Ted no está a su lado, éste se dedica a asesinar y violar mujeres a lo largo y ancho de la ciudad. Sin saberlo, Lee está enamorada de uno de los más grandes asesinos en serie.
La película no pierde tiempo en contarnos la historia de Bundy, sino que se enfoca desde un inicio en su vida criminal. En ella podemos ver a un muchacho dedicado a estudiar derecho y psicología; especialmente, en una secuencia donde se encuentra tomando una clase y en la que se nos da una breve definición de los sociópatas, aclarándonos que son seres incapaces de experimentar empatía o remordimiento, además de usar su carisma para manipular a las personas. Esto nos da un indicio de lo que veremos durante todo el filme.
Aunque Ted parece un hombre gracioso, empático y buen amante, no hay nada más alejado de la realidad, ya que usa estas cualidades para acercarse a mujeres jóvenes y atractivas para después asesinarlas. Su modus operandi es el de espiarlas o simplemente acercarse a conversar con ellas para, posteriormente, seguirlas por la calle y esperar a que estén solas y desprevenidas para atacarlas y, así, poder violarlas antes de arrebatarles la vida, aunque en ciertas secuencias se nos da a entender que no siempre respetaba este orden, sino que llegaba a practicar la necrofilia, hecho que en realidad también cometía en la vida real.
Ted tiene por pareja sentimental a Lee, quien más que su novia es un objeto que usa para mantener su fachada de «persona normal” y demostrar que es capaz de tener relaciones sentimentales y sanas con una mujer. Sin embargo, la trama nos devela que cada vez que Bundy no consigue asesinar a alguien, descarga su frustración con ella, no sólo gritándole, sino a veces obligándola a tener “sexo rudo” para calmar sus ansías, tan así que en ocasiones le pide fingir que está muerta para que él pueda llegar al orgasmo.
La película cuenta a grandes rasgos el camino de sangre que Bundy dejó (prácticamente, en la actualidad, cada cinco minutos se asesina a alguien), y no sólo eso, sino que también nos enseña el tan característico recurso que este hombre usaba para secuestrar a sus víctimas: fingir que tenía un brazo roto para que las mujeres lo ayudaran a llevar algo al interior de una camioneta o un Volkswagen amarillo, sólo para después golpearlas en la cabeza con una barra de metal y así llevarlas a un lugar apartado para poder realizar sus terribles actos.
En cuanto al ritmo de la historia, éste ocurre con bastante velocidad, ya que se nos muestran las dos veces que consiguió escapar de prisión y la terrible matanza que llevó a cabo dentro de una facultad, donde golpeó, asesinó y violó a varias mujeres en la misma noche. Sin embargo, no fue sino hasta la tercera ocasión en que lo capturaron que Bundy al fin recibió la sentencia de muerte.
La película en general no es lo que podría decirse una obra de arte, no cuenta con grandes actuaciones ni un gran presupuesto, pero a pesar de algunas libertades que se toma en contar la vida de este asesino, retrata muy bien su etapa más sanguinaria, obviando eventos como su infancia y la tortura animal que practicaba pero incluyendo los sucesos más conocidos en su vida criminal. Asimismo, además de la actuación de Michael Reilly como Ted, la mayor fortaleza de la cinta es que usa pequeños fragmentos de las grabaciones reales que se tienen de la captura y sentencia de este psicópata, incluyendo las reacciones de la gente que se congregó afuera de la prisión de Florida el 24 de enero de 1989 a las 07:16 am, día y hora en que Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica.
Actualmente se prepara una película más sobre este asesino, quien será interpretado por Zac Efron.