Fritz Honka, el sádico y pervertido asesino de «El guante dorado»
Hamburgo, Alemania, 1969. Gertraud Bräuer, una prostituta de 40 años de edad es asesinada por Fritz Honka, quien tras el crimen descuartiza el cadáver y reparte algunos de los restos en diversas partes del condado. Al percatarse de que la labor requiere demasiado esfuerzo y de que nadie reclamará la desaparición de una sexoservidora, decide guardar los miembros mutilados restantes en la buhardilla de su edificio, con la esperanza de que los vecinos no los encuentren.
Agosto de 1974. Honka comete su segundo asesinato; esta vez se trata de Anna Beuschel, prostituta de 55 años de edad. Cuatro meses más tarde, Frieda Roblick, de 57, corre con la misma suerte. Los cadáveres de ambas son desmembrados y guardados en la mencionada buhardilla, donde todavía se encuentran los restos de la primera mujer.
Enero de 1975. La sexoservidora Ruth Schult, de 52 años, se convierte en la última víctima de Fritz. Su cadáver descuartizado también hace compañía al de las tres mujeres anteriores. El olor a putrefacción en la casa comienza a hacerse insoportable, lo que le genera varias discusiones con los vecinos del edificio. Con el paso de los días acuerdan que todo se debe a un problema de las cañerías y se olvidan del altercado.
Julio 17 de 1975. El inmueble que sirve de hogar para Honka y para sus vecinos comienza a incendiarse a causa de un descuido. Fritz no se entera de lo ocurrido al estar trabajando en su labor de guardia nocturno, por lo que ni se imagina que en ese momento hay bomberos y policías atónitos, asqueados e impactados tras el hallazgo de los restos humanos (putrefactos y calcinados) de las mujeres que asesinó.
Honka es arrestado unas horas después; las autoridades se miran incrédulas al ver que aquel hombre de apenas 1.65 m de estatura, con un severo estrabismo y aparentemente más frágil que un niño ―tanto física como mentalmente―, pueda ser el monstruo responsable de los asesinatos.
Fritz Honka termina por confesar sus crímenes, asegurando que el único motivo por el que asesinó a sus víctimas fue, según sus palabras, “por haberse burlado de mi sexualidad” al ser un sujeto poco agraciado, además de tener problemas para mantener o lograr una erección.
Un año más tarde es condenado a 15 años de encierro en un psiquiátrico (donde todos los días aseguraba percibir un olor a putrefacción en su habitación), del que queda en libertad en 1993 para morir por un ataque al corazón el 19 de octubre de 1998 en el Hospital de Hamburgo-Langenhorn.
«El guante dorado», el pervertido retrato de la sexualidad
Los crímenes antes mencionados son retratados en la excelente y cruda El guante dorado (Golden Glove, 2019) del director Fatih Akın, donde Jonas Dassler entrega una magnífica interpretación como el pervertido y sádico asesino serial Fritz Honka.
Aunque la película no es propiamente un biopic al centrarse solo en los años en activo del asesino serial (es decir, no profundiza ni en su infancia ni en sus traumas), logra cumplir su cometido, que no es otro sino el de exponer los crímenes del que fuera conocido como «el monstruo de St. Pauli».
Además, a pesar de que no se cuenta a fondo la vida de Honka, la interpretación de Dassler plasma muy bien el comportamiento pervertido, sádico y atroz del personaje, lo que deja ver a un hombre totalmente deplorable y con serios trastornos sexuales. Si a esto le sumamos un gran trabajo de maquillaje y de caracterización, entonces es fácil imaginar que se está mirando al auténtico psicópata de la vida real.
Esto no es lo único que hace a El guante dorado una gran película, pues parte de este logro se debe a su escenografía que, al hacer uso de locaciones y una fotografía que expone escenarios sucios, fríos y apáticos (desde las calles hasta la pocilga de Honka), también crea una atmósfera insalubre y asfixiante en el aspecto social.
Todo esto da como resultado que las perversiones y que la forma de proceder de Fritz Honka se sientan aún más atroces y violentas de lo que ya de por sí eran, ya sea por su apariencia física, ya por sus fijaciones sexuales o por la forma tan sanguinaria con la que cometía sus crímenes.
Así, aunque cinematográficamente El guante dorado es una gran cinta sobre asesinos seriales, también nos recuerda la triste realidad de los peligros que alberga una sexualidad retorcida, la necesidad de dominio sobre alguien más y la poca empatía de una sociedad frente a las víctimas.
Cabe mencionar que, como dijimos antes, no es propiamente un retrato para entender la mente de Honka, sino para conocer a este asesino en los últimos días de libertad. Te presenatmos el tráiler de la cinta: