“The Devil and Father Amorth”, el día que Friedkin se enfrentó al diablo
En 1973, William Friedkin aterrorizó al mundo entero con el estreno de una película totalmente desgarradora, llena de horror y, quizá, hasta profana…su nombre: El Exorcista. Esta cinta basada en la novela homónima escrita por William Peter Blatty, no sólo es considerada como la más escalofriante del cine de terror, sino que su importancia y manufactura es tal que seguramente es insuperable. Sin embargo, por más espantosa que sea su trama ésta tiene un sólo punto débil, y ese es que todo lo visto en pantalla es mera ficción; es por ello que Friedkin presenta su más reciente obra, The Devil and Father Amorth (2017), un documental grabado y dirigido por él mismo en el que documenta un exorcismo 100% real.
Este documental sigue los pasos de Friedkin en su visita a Roma, donde le pide al padre Gabriele Amorth que le permita asistirlo en un verdadero exorcismo para poder grabar todo lo que ocurre en éste. Por fortuna para el director, el sacerdote está por visitar a una mujer llamada Christina, quien será exorcizada por novena vez en su vida. Ahora ya nada es ficción, no hay efectos especiales ni mucho menos un guion…lo que William Friedkin está punto de ver es completamente real.
Es necesario aclarar desde este momento que esto no se trata de una película del bien contra el mal ni mucho menos de una secuela de The Exorcist, no; se trata de un documental cien por ciento verídico en el que Friedkin presencia un exorcismo. Es por ello que aquí no veremos nada de lo que se presentó en la película de 1974, no hay vómitos ni levitaciones y mucho menos cabezas girando ni “pasos de la araña”, sino un verdadero ritual que se efectúa para expulsar a un “demonio” del cuerpo humano.
Friedkin inicia contándonos a grandes rasgos cómo surgió la idea de filmar The Exorcist, para lo cual también se nos presentan clips del fallecido Blatty, autor de la novela en que se basó esta obra y quien nos cuenta cuál fue su inspiración para escribirla. La explicación de ambos autores no se enfoca en darnos detalles sobre la película o la novela, sino que simplemente nos dan un breve contexto sobre éstas para que podamos entender mejor lo que veremos en este metraje, que no es otra cosa más que la diferencia entre los exorcismos de la vida real y los de la ficción.
Tras esta introducción, Friedkin explica que ha contactado al padre Gabriele Amorth, un reconocido exorcista de Roma que, tras declararse fan de la película, le permite acompañarlo a lo que será el noveno exorcismo de una mujer que dice estar poseída por el mismo diablo. Por supuesto, William accede a esto, aunque se le pone la condición de que todo sea grabado con la más alta discreción, por lo que sólo se le permite llevar una pequeña videocámara.
A raíz de que sacerdote y cineasta se ponen en contacto, el documental -como cualquier otro documental- presenta diversas entrevistas con las cuales iremos conociendo mejor el tema. Por supuesto, al tratarse de un exorcismo se aborda el punto de vista religioso y el científico, por lo que entrevistará tanto a sacerdotes como a neurólogos y psicólogos, dándonos así una visión más amplia sobre lo que ocurre con Christina y todas aquellas personas que se dicen poseídas.
Como es de esperar, el punto fuerte de la cinta es el momento en que William Friedkin acompaña al padre Amorth en el exorcismo de Christine. Este se trata de un exorcismo real de aproximadamente 15 minutos de duración en el que veremos la manera en que el padre Amorth, junto con otros sacerdotes, familiares y amigos de la posesa, tratan de liberarla del demonio. Cabe destacar que Friedkin no participa sino únicamente para grabar el acontecimiento.
Es importantísimo volver a recalcar el hecho de que este exorcismo no es nada parecido al que se muestra en cualquier película de este tema, sino que aquí únicamente hay rezos y plegarias por parte del padre y la familia, así que todo aquello sobrenatural que mostró Friedkin en su película queda de lado en esta ocasión. No obstante, si bien el ritual no es nada explícito, sí llega a causar cierto miedo por el sólo hecho de ser real.
Luego del largo exorcismo, el documental retoma las entrevistas con hombres de ciencia y otros de religión, quienes dan su punto de vista acerca de lo que acabamos de ver. Como era de esperarse, aquí llega el punto en el que creencia y razonamiento se enfrentan, aunque sin crear controversia pues, curiosamente, tanto médicos como sacerdotes se muestran abiertos a ambas posibilidades, es decir, a que Christine esté poseída o simplemente sufre de un trastorno mental. Ambos bandos dan sus argumentos diciéndonos porque sí o porque no son posibles los eventos que Friedkin acaba de grabar, así que aquí el punto no es ver un enfrentamiento, sino un debate.
Estas entrevistas abarcan la mayor parte del tiempo del filme, por lo cual podría parecer que no volveremos a ver nada sobrenatural hasta el término de éste, sino simplemente la explicación de ello. Sin embargo el clímax de la cinta –contrario a lo que pensaríamos- no se presenta en el primer exorcismo ni mucho menos en las entrevistas, sino al final del metraje, en sus últimos minutos, cuando William Friedkin vuelve a encontrarse con Christina y nos cuenta lo sucedido en su último encuentro con esta mujer, lo cual, dejará pensando a más de uno si las fuerzas del mal o, mejor dicho el diablo, en verdad existe o todo se trata de meros trastornos psicológicos. Ustedes tienen la última palabra.
En conclusión, The Devil and Father Amorth es un interesante documental que nos aleja de la ficción para adentrarnos en la realidad, haciéndonos ver que los exorcismos no son como nos los muestran en pantalla pero, también, que son algo que debe tomarse en serio y no como un simple juego.