“Los huérfanos”, cultos, fantasmas y sacrificios diabólicos
Hay quienes, decepcionados de los rezos y las plegarias hacia los seres divinos, deciden entregar su fe a lo oculto, a lo profano…lo diabólico. Pues desilusionados de que dios no los escuche ni los auxilie, encuentran en Satanás un aliado más bondadoso. Para muestra de esto basta con mirar Los huérfanos (Satan’s Slave, 2017), del director Joko Anwar.
Rini (Tara Basro) es la hija mayor de un matrimonio en decadencia, quien debe mirar cómo la unión entre sus padres se marchita lentamente aunque no por falta de amor entre ambos, sino por la terrible enfermedad que aqueja a su madre (Ayu Laksmi). Sin embargo, no es sino hasta la muerte de esta última que los problemas comienzan, pues ahora Rini no sólo deberá hacerse cargo de sus tres hermanos menores, sino que todos ellos serán acechados por el espectro de su difunta madre, el cual, ha regresado de entre los muertos para atormentarlos.
Esta película, proveniente de indonesia, surge como una interesante propuesta en el cine de terror actual, pues resulta una mezcla entre los espectros asiáticos y la fijación americana por el demonio y los cultos. A fin de cuentas la trama se percibe como un paseo entre los fantasmas de Ringu (1988) y Ju-On (2003), hasta llegar a Rosmary’s Baby (1968) y, más actualmente, la (afortunadamente cada vez menos) incomprendida Hereditary (2018), de Ari Ater.
Si esta última mención los inquieta en caso deque se hayan sentido decepcionados con Hereditary, cuyo terror se enfocó más en la atmósfera y lo anímico en vez de lo visual y lo explícito, entonces Los huérfanos no los decepcionará, pues en ella encontrarán desde elementos diabólicos hasta sustos de sobresalto. Si en caso contrario son de los que disfrutaron de la obra de Aster, entonces estamos seguros que la cinta indonesia también los atrapará, pues va desde lo sobrenatural hasta lo siniestro.
Lo sobrenatural es el elemento que está más presente, pues basta con mirar cómo la salud y el estado físico de la madre se deterioran con rapidez –al grado de que sus propios hijos le temen por la impresión que causa sólo verla-, para percatarse que todos los hechos macabros girarán en torno a esta mujer. Tan es así, que la cinta es capaz de crear miedo con el simple uso del sonido de una campana, la cual, es el único objeto con el que la mamá es capaz de comunicarse con los demás.
En cuanto a la familia, es importante destacar que a diferencia de otras cintas aquí la relación entre padres e hijos no se siente como algo disfuncional, sino al contrario, pues todos y cada uno de ellos se demuestran su apoyo frente a las adversidades que viven. Sin embargo, Rini es la que mayor peso tiene en la trama, pues ante la inminente muerte de la madre, ella termina por convertirse en la protectora de sus hermanos, de entre los que destacan los dos más pequeños (uno de ellos sordomudo), pues son los que más,sufrirán frente a lo que se avecina.
En cuanto a lo siniestro, esto llega tras el fallecimiento de la madre, pues si bien comentamos que la cinta no carece de fantasmas ni de sustos, poco a poco pasan a segundo término conforme la historia avanza, ya que los espectros pasan de ser el punto central para convertirse en una consecuencia, pues la trama revelará una serie de oscuros y perversos secretos que darán respuesta al porqué el espíritu de la madre no sólo no puede descansar en paz, sino que también revelarán la razón por la cual atormenta específicamente a sus hijos en vez de servir como una presencia protectora para ellos.
En cuanto a los fantasmas, cabe resaltar que estos son uno de los puntos más fuertes de Los huérfanos, pues sus apariciones sirven como jumpscares bien pensados pero a la vez genéricos. Esto sucede porque si bien no exagera en su uso, tampoco son innovadores; y es que aunque ocurren en momentos adecuados –por lo que el filme no se siente saturado de ellos-, la forma en la que se presentan son un tanto predecibles; además, claro, de que el aspecto de dichos espíritus continúa siendo el del clásico “espectro japonés”.
Por fortuna esto no representa mayor problema, pues los secretos y las revelaciones que suceden en la segunda mitad de la película ayudan a que ésta no se sienta como otra simple cinta de fantasmas, sino que encuentra un buen refuerzo mediante la inclusión de una secta que rinde culto a lo diabólico y sobre la que termina recayendo todo el peso de la historia.
Sin embargo, el papel de esta secta, si bien es acertado, en los momentos finales puede sentirse un poco flojo, pues su aparición se limita a tan sólo unos minutos. Respecto a la parte final de la historia basta con decir que termina de una forma trepidante, pues en sus últimos minutos logra conjuntar las ideas principales de la cinta, es decir, los fantasmas, los cultos y la unión familiar.
Esto ayuda a que si bien la película puede llegar asentirse como una obra de terror que sólo se vale de los clásicos espectros asiáticos para generar miedo, también tiene el acierto de reforzar su historia con la inclusión de elementos satánicos, lo cual, la dota de un dinamismo que la convierte en un producto bastante entretenido de principio a fin.