“John Wick 3: Parabellum”, un ballet de violencia, sangre y pólvora
Desde que se inició la trilogía con John Wick (2014), del director Chad Stahelski y con Keanu Reeves como protagonista, el cine de acción vio surgir una nueva saga llena de adrenalina, violencia, increíbles peleas y persecuciones, además de brutales enfrentamientos con armas de todo tipo (incluso un lápiz). Por ello, cuando se anunció John Wick 3: Parabellum (2019), lo que menos se esperaba de ella es que mantuviera el mismo nivel que sus antecesoras; por fortuna no sólo lo consigue, sino que se eleva a un grado mucho más alto y mejor.
John Wick ha roto las reglas sagradas del Continental, por lo que ha quedado excomulgado del lugar y de sus privilegios; sin embargo ese no es el único precio a pagar, pues la Orden le ha puesto un alto precio a su cabeza, dando permiso a cualquiera para matarlo. Ahora Wick deberá formar una serie de alianzas y tratos inesperados con tal de salvar su vida frente a las hordas de asesinos que van tras él.
Stahelski y Reeves nos entregan el “cierre” perfecto para la que seguramente será una de las mejores sagas de acción de los últimos años, pues si bien las dos películas pasadas cuentan con una trama y escenas que las convierten en adrenalina pura, Parabellum es una dinamita de emoción, sangre y peleas (incluso sadismo) que no dejarán insatisfecho a nadie. Esto no sólo por sus emocionantes secuencias, sino también por su historia sencilla pero efectiva, la cual, siempre ha sido el punto central de la trilogía.
Comencemos por esto último: Si bien podría resultar increíble que todo este asunto se desatara por un auto destruido y la muerte de un cachorro (entendiendo el trasfondo que esto conlleva para el protagonista), es más increíble aún que una premisa como esta sea lo suficientemente sólida para dar pie a tres películas de gran producción que a fin de cuentas nos demuestran algo ya sabido por todos: cada acción tiene consecuencias.
Y es que en esencia Parabellum es el resultado de sumar todas las acciones y consecuencias que desató la primera entrega, desde el primer golpe dado hasta la última bala disparada, pero de una forma muy bien hilada y coherente. Por ello esta tercera entrega de John Wick incluso se toma la libertad y el derecho de bromear consigo misma, pues a lo largo de ella se presentan una serie de bromas, situaciones y referencias a las dos películas pasadas, a tal grado que los protagonistas se preguntan una vez más, incrédulos y directamente: “¿En verdad todo esto por un cachorro?”.
Por supuesto los momentos de comedia no entorpecen la película, sino al contrario, la aderezan, pues aunque lo más emocionante en ella son las secuencias de acción, la cinta se desarrolla en un ambiente envolvente y lleno de intriga gracias a las nuevas alianzas que Wick va formando a lo largo de la trama, cobrando y pagando por favores que realizó en el pasado.
Estos elementos son los que dotan al filme de grandes sorpresas y un aire renovado y fresco, pues si bien vemos tanto a nuevos personajes (Halle Berry; Anjelica Huston) como a otros ya conocidos (Laurence Fishburne; Ian McShane), la cinta presenta diversas situaciones, revelaciones y giros de trama con los que consigue mantener atento al espectador en la historia, demostrando así que las secuencias de acción son el principal pero no el único punto fuerte en la saga.
Ahora, entrando de lleno al tema de la acción, esta tercera entrega es con facilidad la que presenta una mayor cantidad de esta, pues no sólo vemos a un John Wick más cansado, lastimado y pulverizado, sino también a uno más decidido, enojado y letal, pues ahora es cuando lo vemos llegar a su límite y explotar todas sus habilidades como asesino a sueldo.
Lo mejor de todo es que la película no sólo mejora en sus secuencias de peleas, sino que estas están presentes desde el inicio y hasta el final de la cinta, pero además cada uno de los enfrentamientos es mucho mejor y más violento que el anterior. Así, si bien las dos películas pasadas se caracterizaron por su violencia, Parabellum sube otro peldaño al mostrar diversos enfrentamientos donde las laceraciones y las mutilaciones corporales son mucho más explícitas, llegando incluso a lo sádico y despiadado, por lo que obviamente el nivel de sangre aumenta de forma considerable en esta tercera entrega.
Otro punto a destacar son las coreografías de cada enfrentamiento, pues las peleas están tan bien estructuradas y ocurren de una forma tan fluida, pulcra y emocionante, que sumadas a los escenarios tan visualmente atractivos tanto por su estructura como por su iluminación neón, terminan por convertirse en un exquisito ballet lleno de violencia y sangre.
En resumen, John Wick 3: Parabellum, es una perfecta conclusión que lejos de mantenerse a la misma altura de intriga, acción y brutalidad que sus dos antecesoras, eleva su nivel de emoción con grandes y nuevas sorpresas en su trama pero, sobre todo, con monstruosas dosis de acción, sangre y violencia en cada una de sus peleas.
PD (¡SPOILER!): Aunque Parabellum es un cierre más que digno para la trilogía, el final de la cinta prácticamente asegura una cuarta entrega de John Wick, lo cual si bien es emocionante, también podría ser un arma de doble filo tomando en cuenta que estaría obligada a superar en todo aspecto a esta reciente entrega; pues de lo contrario sería un cierre bastante insatisfactorio para una saga que pudo concluir de gran manera.