Las imprescindibles de la Berlinale 2021

Esta edición online de la Berlinale 2021 dejó la valla alta para otros festivales que aún estén considerando hacer ediciones duales o completamente virtuales. Convocó en la virtualidad a diversos críticos y periodistas de todo el mundo, así como a distribuidores y programadores del European Film Market (EFM), uno de los más importantes en la actualidad, incluso en medio del clima pandémico. Visionados, conversatorios y reuniones de negocios se llevaron a cabo, extendiendo la posibilidad de desarrollar proyectos y distribuir películas y series a lo largo del año.
Una de las características más destacadas de esta Berlinale fue la cantidad de películas realizadas durante la pandemia. Barbijos, protocolos, contextos sanitarios y distanciamiento —visibles tanto dentro como fuera de campo— aparecieron en ficciones que, además de abordar la producción en tiempos difíciles, reflejan reacciones o reflexiones sobre la situación actual.
Más de un centenar de películas estuvieron disponibles para la prensa. A pesar de que el acceso a cada título solo duraba 24 horas, se pudo constatar una notable variedad de propuestas con alto riesgo expresivo y creativo. A continuación, una lista de las películas que más nos motivaron dentro de la competencia oficial:
Bad Luck Banging or Loony Porn (Rumania-Luxemburgo-Croacia-República Checa), de Radu Jude.
Por su título (algo así como Una mala racha o una porno de locos), podría asumirse que la película gira en torno a la difusión de un video sexual. Pero la intención de Radu Jude, uno de los cineastas más importantes de Rumania y Europa, es provocar y desarrollar una crítica social muy cáustica sobre el drama de una profesora en una escuela conservadora, acusada de ser la protagonista de un video viral de sexo explícito. Un merecido Oso de Oro, sin lugar a dudas.
Introduction (Corea del Sur), de Hong Sang-soo.
Una vez más, el cineasta surcoreano vuelve al blanco y negro para explorar problemáticas de pareja, a través de la historia de un joven actor y su visión del amor romántico. En poco más de una hora, cuestiona, como es habitual en su obra, ciertos modelos de masculinidad desde prejuicios o sensibilidades éticas. Aquí lo hace a través de una cartografía inusual que recorre playas, restaurantes, habitaciones y calles entre Corea del Sur y Alemania. Una nueva oportunidad para acercarse a una obra sublime, sostenida en gestos y diálogos muy puntuales.

Petite Maman (Francia), de Céline Sciamma.
Aunque no desarrolla una tesis sobre la imposibilidad del amor como en Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, 2019), Sciamma apuesta en este nuevo film por un relato de corte fantástico sobre una niña que acaba de perder a su abuela. La cineasta explora la psique infantil desde la sororidad y los lazos familiares, mezclando ensoñación y una mirada muy sentida sobre varias generaciones de mujeres unidas por un artilugio temporal que permite comprender y acercarse a los códigos del universo infantil.

I’m Your Man (Alemania), de Maria Schrader.
Schrader, conocida por la serie Unorthodox, ya había mostrado su interés por retratar personajes femeninos desde perspectivas feministas. En I’m Your Man, una arqueóloga acepta probar un modelo de robot diseñado para satisfacer y acompañar a mujeres. Más allá de los ecos a A.I. Inteligencia Artificial (A.I. Artificial Intelligence, 2001), de Steven Spielberg o The Trouble with Being Born de Sandra Wollner, esta es una apuesta tragicómica sobre una mujer que busca reencontrarse a sí misma en un mundo sofisticado, marcado por la soledad y el desencanto amoroso. Ideal para catálogos de plataformas de streaming.
Wheel of Fortune and Fantasy (Japón), de Ryusuke Hamaguchi
Quizás el plato fuerte de todo el festival. Se trata de tres cortometrajes independientes unidos por una idea: la aparición de la coincidencia en la vida de los personajes. Hamaguchi los aborda con un cuidado exquisito y amor al cine. Retoma protagonistas femeninas, transmite un profundo sentido de conexión y comunidad entre personajes que, incluso sin conocerse, se ven unidos o separados por una presencia intangible: azar o consecuencia. El recurso del deus ex machina nunca aparece.

BONUS
Una película de policías (México), de Alonso Ruizpalacios.
Un trabajo muy distinto a los anteriores del director. Describe la corrupción policial desde la perspectiva de una pareja de agentes apodados “La patrulla del amor”. A través de su intimidad y su accionar, se revelan las inequidades del sistema. En clave de docuficción, rompe de manera ingeniosa las fronteras entre documental y ficción.

Moon, 66 Questions (Grecia / Francia), de Jacqueline Lentzou.
Debut de la directora griega, con toques de coming of age, aunque la protagonista no sea una adolescente. Buena muestra de la vitalidad del cine griego.
The Scary of Sixty-First (Estados Unidos), de Dasha Nekrasova.
Ópera prima de esta cineasta bielorrusa radicada en EE.UU. Filmada con estética de exploitation setentera, propone una crítica voraz sobre los efectos del Pizzagate e indaga en los delitos cometidos por Jeffrey Epstein.

The First 54 Years – An Abbreviated Manual for Military Occupation (Francia / Finlandia / Israel / Alemania) de Avi Mograbi.
Con ecos al mockumentary, el propio Mograbi describe frente a cámara cómo lograr una invasión exitosa. Un documental irónico y corrosivo sobre el papel de Israel en la Franja de Gaza.
Tzarevna Scaling (Rusia), de Uldus Bakhtiozina.
Debut de la reconocida fotógrafa rusa, que presenta una obra de extravagancia visual con tintes fantásticos y teatrales. Aunque con resultados irregulares, su imaginación visual no pasa desapercibida.