“Boda sangrienta”, lo turbio, sangriento y gracioso del matrimonio
La comedia, el suspenso y el gore siempre son una buena combinación cuando se entremezclan en las dosis y las maneras correctas, pues sin importar lo disparatada que sea la historia que se quiera contar, no en pocas veces ésta da como resultado una grata y sorpresiva película, como lo demuestra Boda sangrienta (Ready or Not, 2019), de los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett.
En la noche de su boda, Grace (Samara Weaving) es invitada por la familia de su esposo Daniel (Adam Brody) a ser partícipe de una extraña tradición familiar, que no es otra más que jugar al juego del escondite. Sin embargo esta vez las reglas serán más estrictas, pues lo que ella no sabe es que los invitados tienen el permiso de asesinarla una vez que la encuentren.
Boda sangrienta es una película sumamente interesante, ligera y terriblemente cómica (en el buen sentido de la expresión) cuya trama es atrayente al ser una mezcla de cintas de survival horror tales como El malvado Zaroff (1932), Woul’d You Rather (2012) y You’re Next (2011), aunque impregnada de un toque de comedia voluntaria y una enorme excentricidad en sus momentos finales.
Sin embargo estos últimos elementos no hacen que su trama pierda la seriedad, sino todo lo contrario, pues por una parte ayudan a comprender que la película es una comedia de terror, mientras que por la otra la colocan como una obra interesante cuya mayor fortaleza radica en su sencillez.
Con esto nos referimos a que no presenta personajes complejos ni subtramas profundas o metáforas llenas de simbolismos de ningún tipo (a menos claro, que quieran tomarla como una parodia del infierno que puede llegar a ser el matrimonio); no, la película nos muestra simple y sencillamente lo que es y sin pretender ser nada más: una cómica y sangrienta historia de supervivencia.
Para ello se vale de un ritmo rápido que no pierde ni 10 minutos en explicarnos la verdadera trama pero que, aun así, es capaz de generarnos simpatía (y también odio) hacía todos sus personajes, sobre todo con la protagonista encarnizada por Samara Weaving, a quien ya hemos visto en cintas de temática similar como La niñera (2017) y Mayhem (2017), y quien en esta ocasión da vida a una carismática mujer que poco a poco se ve forzada a actuar con una ingeniosa y chusca violencia con tal de salvar su vida.
Ahora bien, la violencia a la que nos referimos es precisamente otro punto fuerte de esta película, ya que sin llegar a lo estrictamente gore, sí es lo suficientemente sangrienta como para causar impacto en alguna que otra escena. Además, muchas de estas secuencias “explícitas” ocurren en las situaciones más graciosas e hilarantes, por lo que el estremecimiento visual como las risas son elementos totalmente garantizados.
Por otro lado Boda sangrienta tampoco se olvida del suspenso, que aunque en menor medida que la comedia (la cual vale decir, no llega al absurdo), se hace presente en varias secuencias que de buena manera generan una tensión muy bien lograda y con uno que otro plot twist, dándole a la cinta un buen equilibrio entre el gore, la comedia y la seriedad.
Aun así los momentos finales de la película puede resultar un arma de doble filo, ya que mientras para algunos podría ser el broche de oro que cierra perfectamente esta clase de película, para otros podrá parecer un final totalmente exagerado y que incluso podría desentonar con todo lo visto en su poco más de hora y media de duración; pero eso sí, es un desenlace totalmente sorpresivo e inesperado.
En resumen, Boda sangrienta es una divertida y fresca película gore que está hecha para reír y disfrutar, por lo que se apreciará mejor si se está dispuesto a ver una historia totalmente disparatada más que algo turbio o verdaderamente terrorífico.