El declive del imperio americano: dilemas de primer mundo
The Decline of the American Empire (El declive del imperio americano, 1986) irrumpió en el mundo del cine para convertirse en la primera película canadiense en ser nominada al Premio Óscar a Mejor Película Extranjera (de hecho, las tres primeras en conseguirlo son de Denys Arcand: Jesus of Montreal, The Decline of the American Empiret y Les Invasions Barbares). Además de esto, el filme significó un éxito de taquilla sin precedentes en Canadá. Lo anterior la llevó a la fama mundial, así como la aclamación de la crítica y decenas de premios internacionales, entre los que destaca el FIPRESCI en Cannes y 9 Premios Genie.
El director, Denys Arcand convertiría su opera prima en la primera parte de una trilogía sobre la burguesía, misma que continua con las películas Les Invasions Barbares (2003), ganadora del Óscar a Mejor Película Extranjera y L’Âge des ténèbres (2007). Con la suma de las tres cintas, el cineasta franco-canadiense consiguió seis Genie Awards y una nominación al Óscar, además de los premios a Mejor Guión y FIPRESCI en Cannes.
Retratando la burguesía
Denys Arcand es estrenó en la escena cinematográfica con un magnífico retrato del mundo burgués, tan intelectual como primitivo; una tendencia que marcó toda su obra. En esta ocasión nos presenta como personajes a un grupo de amigos académicos de la Universidad de Montreal. El grupo mantiene un diálogo sobre sexualidad que deriva en temas como el adulterio, el BDSM, la prostitución o la homosexualidad. Después tendremos oportunidad de ver a sus invitadas, hablando de los mismos tópicos, pero con diferencias de tonos.
Luego de dar hilo al discurso de cada personaje, Arcand los reúne a todos en la cena, para confrontar sus diálogos, desde los más brilantes hasta los más absurdos. A esta altura, ya conocemos la tesis de la película a través de un libro importante en la historia «Changing Concepts of Happiness», en este se expresa que: “una sociedad está en declive cuando se preocupa más por la felicidad individual y la gratificación instantánea que por el bien general”, por lo que es imposible no notar la frivolidad de sus discusiones y las disonancias que laten detrás de su fachada de personas exitosas y realizadas.
Los efectos destructivos de la búsqueda egoísta de la felicidad personal, particularmente con respecto a la gratificación sexual, queda patente por la inestabilidad de cada una de las relaciones que se defienden en un pesimismo cínico que se vale de la cultura para justificar su individualismo.
Dicotomías trastocadas
The Decline of the American Empire es también un formidable análisis sobre la diferencias entre sexos, así como los sentimientos y relaciones humanas. Posterior a la revolución sexual, los personajes se muestran muy abiertos respecto a la sexualidad, pero, aunque ambos se expresan abiertamente, destaca la particularización del tono distinto entre sí. También consecuencia de la liberación sexual, la homosexualidad de Claude Claude es totalmente aceptada.
Las dicotomías acostumbradas que prejuician sobre los roles se ven desbaratadas en The Decline of the American Empire, con giros irónicos como los hombres preparando la cena y las labores del hogar, mientras las mujeres acuden al gimnasio, para volverse a armar de inmediato: las mujeres se ejercitan para ser sexualmente más atractivas para los hombres y mejorar su desempeño en dicho rol. Arcand juega constantemente con estas contraposiciones o antítesis en la base misma de su estructura, alternando entre la comedia involuntaria, la crítica mordaz y la filosofía más ingeniosa.
Sátira coral
Arcand crea una obra coral en la que los personajes se expresan de manera simultanea sin arrebatarse la palabra, filme que desarrolla ideas y argumentos tan contrastantes como complementarios para juntarlos al final, entregándonos un postre que se ve dulce, pero sabe amargo; un cóctel ácido “copeteado” de azúcar.
El coro completo se extiende más allá de los personajes, hacia todas las personas que conformamos una sociedad así; un sistema lleno de individuos resistentes al sacrificio, blindados contra la empatía: seres que deshacen matrimonios o hijos en la medida en que persiguen su propia felicidad. El cineasta extendió su despiadada, cómica e inteligente prosa visual con otras dos películas igualmente recomendables: Les invasions barbares y L’Âge des ténèbres, filmes que reunieron a los mismos personajes muchos años más tarde, convirtiéndose cada cinta en una metáfora extendida, una tesis continua que se enriquece con películas que funcionan de manera independiente, pero que se benefician especialmente cuando se leen en conjunto.