«Irreversible», un terrible retrato a la violación
Independientemente de los escándalos sexuales que se han suscitado actualmente en el mundo del espectáculo -los cuales algunos catalogan como actos nefastos y otros como un mero gancho para conseguir fama-, es irrefutable el hecho de que una violación sexual es, muy probablemente, la peor vejación que cualquier ser humano puede sufrir. Es por ello que cuando se habla de este tema uno siempre está expuesto a las críticas y debe ser cuidadoso con sus palabras o ejemplos; sin embargo, en el cine esto resulta un tanto más peligroso debido a la parte visual, ya que más que simples encuadres y fotogramas, algunas escenas son fieles retratos de este hecho tan atroz, y para ello no hay mejor ejemplo que Irréversible (Irreversible, 2002), del director Gaspar Noé.
En este filme se nos presentan los terribles acontecimientos que tres personas deben sufrir en la que será la peor noche de sus vidas. Marcus (Vincent Cassel) y Pierre (Albert Dupontel) son dos amigos quienes, briagos de ira e impotencia, salen en busca de Le Tenia (Jo Prestia), un hombre que violó y golpeó casi hasta la muerte a Alex (Monica Bellucci), novia de uno de ellos. La cacería del depredador sexual tendrá un costo bastante caro y, por supuesto, doloroso.
Como bien lo dice el título de la cinta, las decisiones que tomamos, por muy mínimas e insignificantes que sean, son capaces de desatar una cadena de hechos que pueden dejarnos daños y secuelas irreparables. Es por ello que está película está contada en reversa, es decir, comienza por los créditos finales y termina en lo que debió ser el principio del filme; por supuesto, esto con toda la intención de hacernos ver que las acciones y elecciones que los protagonistas hacen –y las cuales en un principio parecen inofensivas- tienen consecuencias irreversibles para todos ellos.
De esta manera, la forma en que se cuenta la historia provoca que el golpe anímico para el espectador sea más fuerte al saber que bastó una simple decisión para que la vida de estos personajes se destrozara por completo; vida que pudo haber sido plenamente feliz. Por supuesto, quienes hayan visto esta película saben muy bien las cosas a las que atenerse si es que se quiere volver a mirarla, pero para quien no, este texto servirá más como una advertencia que como una recomendación.
Comencemos por decir que esta película está hecha para destrozar y desgarrar las entrañas del espectador desde todos los ángulos; tan así, que hay quienes aseguran que su director incluyó sonidos de baja frecuencia que si bien el oído humano no puede escuchar, sí puede sentir, lo que provocaría una sensación de incomodidad inexplicable. Pero independientemente de si esto es verdad o no, lo que sí es un hecho es que la forma tan magistralmente dura en que está filmada la hacen un producto de lo más brutal.
Basta con ver la iluminación saturadísima de colores rojos y negros en las primeras escenas para saber que se avecina una ola de violencia. Por supuesto, los movimientos de cámara también son indispensables, pues al estar rodada con el recurso de “cámara en mano” la sensación de estar dentro de la cinta es por demás realista, de lo cual uno se arrepiente rápidamente al ver toda la secuencia que ocurre en los primeros minutos dentro del bar gay donde se adentran Marcus y Pierre, pues en este lugar lleno de filias y depravaciones es donde comienza el horror.
Este horror vendrá acrecentado al presentarse mediante bruscas tomas y encuadres pero, sobre todo, por estar filmados en un plano secuencia que no le permite al espectador descansar ni un solo segundo del estrés e inestabilidad que genera la atmósfera tan sofocante del bar ya mencionado. Por supuesto, no está de sobra decir que será en este lugar en el que encuentren al violador de Alex, lo que desembocará en una de las dos escenas más brutales que la película presenta y que, por supuesto, para no arruinar la sorpresa de quien no la haya mirado aún, sólo diremos que lo que allí ocurre es una pelea totalmente salvaje y cuyo clímax es digno de presentarse en la cinta de horror más explícita que uno se pueda imaginar.
Llegados a este punto es importante resaltar el hecho de que a partir de aquí, los acontecimientos que se muestren será todo aquello que ocurrió antes de que los protagonistas llegaran al bar y explicando por qué y cómo llegaron a éste. Sin embargo, nos enfocaremos en mencionar la otra escena tan explícita a la que hicimos mención aparte de la pelea en el bar. Por supuesto nos referimos a la violación hacía el personaje interpretado por Monica Bellucci.
Si bien el espectador más sensible pudiera estarse recuperando apenas del impacto que le generó toda la secuencia del bar, pronto tendrá que enfrentarse a la que por mucho es la escena más impactante de la cinta, ya que debido a una pelea que Marcus y Alex tuvieron en una fiesta, ella decide irse de ésta, lamentablemente en su camino se encontrará con Le Tenia, el hombre que arruinará su vida por completo.
Ahora bien, es imprescindible advertir que lo que ocurre a continuación es por demás gráfico, así que quien decida ver esta cinta deberá enfrentarse a una de las escenas de violación más realistas (si no es que la más) registradas por el celuloide.
Esta escena es, por así decirlo y con riesgo de caer en la redundancia, “innecesariamente necesaria” ¿Por qué? Simplemente porque uno podría preguntarse cuál era la necesidad de mostrar 10 minutos de violación y golpes en el metraje cuando bastaba con unos cuantos segundos de esto, o lo que es más, era suficiente tan sólo con plantear la idea de que la protagonista había sido violada. No obstante, después de haber visto la escena del bar, era un requisito indispensable exponer la brutalidad con la cual se había llevado a cabo la sodomización de Alex para entender el porqué de que Marcus y Pierre actuaran de la manera en que lo hicieron.
Por supuesto, podríamos profundizar un poco más y quizá arriesgarnos a decir que toda esta secuencia, por más explícita que sea, era totalmente necesaria para demostrarnos y concientizarnos sobre el sufrimiento por el que han pasado las víctimas de este crimen. Por supuesto, eso queda a la especulación de cada espectador.
No obstante, aunque las mencionadas escenas son las únicas explícitas de la película, es necesario seguir mirándola para saber todo lo que ocurrió antes de éstas, pues si bien todas las circunstancias anteriores a dichos crímenes podrían haber llenado de total alegría la vida de los tres protagonistas, vemos que mientras más información se nos revela de ellos sólo ocasiona que el panorama se torne más lúgubre y atroz.
Sin duda alguna esta película es un ejemplo de lo cruel que puede ser la vida, pues basta tan sólo una mala decisión tomada en el peor instante para desencadenar una serie de eventos que, en el mejor de los casos, serán brutales pero, en el peor, irreversibles.