Entre las posesiones y la necrofilia: 5 casos del matrimonio Warren
Se sea partidario de ella o no, hemos de aceptar que la saga de El Conjuro es con facilidad la más exitosa y funcional de los últimos años en cuanto a cine de terror contemporáneo (y hacemos énfasis en el “contemporáneo”), pues no sólo lo demuestran sus resultados en taquilla, sino también el universo expandido que se ha logrado crear a partir del matrimonio Warren interpretado por Vera Farmiga y Patrick Wilson.
Y claro, el hombre responsable de esto es nada más y nada menos que James Wan, cuyas dos primeras cintas de esta franquicia, El Conjuro (2013) y El Conjuro 2: El caso Enfield (2016), dieron pie a una serie de personajes secundarios como Annabelle, Valak y el hombre torcido, que lograron acercar a un gran sector del público joven al maravilloso mundo del cine de terror.
Por otro lado también hay que decir que si esta saga ha funcionado es porque se basa principalmente en la sencilla y trillada fórmula del jumpscare –es decir, consigue crear miedo instantáneo, pero no profundo–, aunque no por ello las películas son malas, ya que hablando en estricto sentido tanto El Conjuro 1 y 2 son obras sumamente dignas del cine de género moderno; pero no así Annabelle y La Monja, tan malas que cuyo propósito parece haber sido demostrar que estas historias sólo funcionan siempre y cuando sea Wan quien las dirige.
Sin embargo, no importa que tan aterrador sean los casos que Wan presente en pantalla ni qué tantos personajes secundarios se generen a partir de ellos, pues ninguno se comparará a los diversos casos que vivieron en la realidad los verdaderos Ed y Lorraine Warren. Por ello, además de las ya conocidas historias que hemos visto en cine, aquí te presentamos algunas de sus investigaciones más famosas.
El caso del hombre lobo
En 1989 los Warren trataron a un hombre llamado Bill Ramsey, quien aseguraba o al menos creía ser un hombre lobo. Años más tarde el matrimonio de demonólogos escribió un libro titulado “Hombre lobo: una historia verdadera de la posesión demoniaca”, donde afirmaron que Ramsey fue poseído por un demonio del tipo lobo.
Ramsey nació en la ciudad de Southend, Essex, lugar en el que el niño de apenas 9 años de edad sufrió un primer arranque de rabia, ya que según se dice, se encontraba en el jardín de su casa cuando comenzó a sentirse extraño y fuera de sí, al grado de conseguir arrancar un poste del cual comenzó a mordisquear el alambre que lo rodeaba.
Aunque no ocurrió nada más durante años, fue hasta 1983 cuando se presentó el segundo episodio, sólo que esta vez fue en un hospital donde mordió a una enfermera. Los testigos afirman que no sólo fue necesaria la intervención de varios hombres para detenerlo, sino que el cuerpo de Bill sufrió ligeros cambios en su postura que le daban la impresión de ser un animal salvaje. Un año después tendría un accidente similar en el mismo nosocomio.
Varios años más tarde finalmente los Warren se enteraron del caso y decidieron ayudar a Bill, a quien convencieron de realizarse un exorcismo en Connecticut en 1989. Sin embargo, aunque Lorraine y Ed tuvieron una cierta intervención en el caso, el exorcismo mayor lo realizó el obispo Robert McKenna.
Dicho exorcismo está documentado en una cinta y en él se puede apreciar cómo Bill se comporta de forma extraña, asimilando o al menos creyendo ser un lobo. El evento parece haber sido efectivo, pues después de esto no se presentaron más arranques de ira en Ramsey.
La casa Smurl
Entre 1974 y 1989, la familia Smurl fue víctima de un constante acoso de entidades demoniacas, e incluso aseguraron que fueron abusados sexualmente por ellas.
Su martirio comenzó en 1973, cuando su hogar original fue destruido por el huracán Agnes, por lo que tanto el matrimonio conformado por Jack y Janet tuvo que mudarse a Pittson junto con sus hijos Shannon, Carin, Dawn y Heather.
Sin embargo, lo que para la familia tuvo que haber sido un nuevo comienzo se convirtió en un infierno desde un inicio, pues al poco tiempo de su llegada comenzaron a ser “acechados” por presencias extrañas que se manifestaban a manera de rasguños en las puertas y cajones de madera; olores fétidos, aparatos electrónicos que se encendían y apagaban solos, así como mecedoras que se movían sin que nadie estuviera sentado en ellas, e incluso ciertos sonidos que al parecer eran insultos.
Aun así la familia comentó que los hechos más graves ocurrieron cuando no sólo comenzaron a ser testigos de siluetas oscuras que deambulaban por la casa, sino que estas mismas presencias en una ocasión arrojaron de una manera sumamente violenta a su perro contra la pared, lo cual sucedió frente a Jack Smurl.
Fue así que en 1986 el matrimonio decidió contratar a Ed y Lorraine Warren, quienes a estas alturas ya tenían experiencias en otros casos como lo fue el de la casa de Amityville. De esta manera tanto Ed como Lorraine comenzaron con sus investigaciones, las cuales arrojaron que en aquel hogar se encontraban tres espíritus y un demonio muy poderoso.
Sin embargo, lo más destacable de este caso es que los mismos demonólogos fueron violentados, pues Ed asegura haber sufrido un intento de estrangulamiento, al igual que ambos recibieron amenazas mediante un espejo que, según dicen, un día apreció con la leyenda “Fuera de aquí”.
Por otro lado Janet afirmó ser atacada sexualmente por una presencia invisible, mientras que Jack fue “violado” por un espíritu con cuerpo joven y atractivo pero con un rostro de anciana.
No obstante el acecho a esta familia no termino sino hasta casi terminada la década de los 80, cuando finalmente decidieron mudarse de casa. Su experiencia inspiró la película The Haunted.
La familia Snedeker
Con la finalidad de que su hijo recibiera quimioterapias para tratar su cáncer, el matrimonio conformado por Carmen y Al Snedekerc decidieron mudarse a Southington, Connecticut, con tal de estar más cerca del hospital, aunque en este caso lo que aprecia ser un alivió se transformó en un pesadilla.
Como suele ocurrir en esta vida, la tragedia comenzó pareciendo ser un glorioso sueño, pues los Snedeker junto con sus hijos y una prima se mudaron a su casa de ensueño, la cual no sólo era enorme, sino además demasiado barata a pesar de su tamaño; por supuesto, no tardaron en comprender el porqué.
Esta pregunta no tardó tanto en tener respuesta, pues apenas comenzaron con la mudanza se percataron que el sótano de su nuevo hogar había sido una sala de embalsamamientos, ymientras que otra parte de la casa era una especie de cámara dónde realizar dicho procedimiento mortuorio. En pocas palabras, el hogar de los Snedeker había sido una funeraria.
Si bien en un principio esto no les importó demasiado, las cosas cambiaron cuando todos los miembros de la familia se convencieron de ser testigos de eventos sobrenaturales, como lo era el escuchar aleteos de aves dentro de las paredes, objetos que se movían solos, voces que no procedían de ningún lado e incluso llegaron a ver personas extrañas dentro de la casa, mismas que desaparecían apenas en un parpadeo…aunque nada de ello se comparó al cambio radical de comportamiento en su hijo, quien incluso intentó violar a su prima.
Eventos como los pasados, además de otros como una supuesta violación fantasmal hacia Carmen y la presencia de olores pútridos los orillaron a llamar a los Warren, quienes sin dudarlo acudieron en su auxilio.
Fue así que Ed y Lorraine decidieron vivir durante algunas semanas en dicha casa, confirmando así que efectivamente había presencias sobrenaturales en ellas, aunque lo que más llamó la atención fue que su investigación derivó en que años antes, cuando el hogar era una funeraria, uno de los empleados fue despedido por haber cometido necrofilia con los cadáveres que allí se encontraban, lo cual, supuestamente fue el motivo que desencadenó los eventos futuros.
Fue por ello que los Warren decidieron llevar a cabo un exorcismo para librar la casa de espíritus, y aunque lo consiguieron, tiempo después se supo que varias de las cosas que la familia Snedeker aseguraba no eran ciertas, como el hecho de que la familia Hallahan –quienes les alquilaron la casa- les advirtieron en todo momento que había sido una morgue; incluso comentan que hubo personas viviendo allí antes que ellos y nunca reportaron nada extraño.
Esto dio pie a que otros se convencieran de que todo había sido un montaje por parte de la familia y los Warren. El caso dio pie a la cinta The Haunting in Connecticut.
La dama blanca
Aunque no es tan interesante como los casos anteriores, el llamado expediente de “La dama blanca de Easton” merece un puesto en esta lista por el sólo hecho de que todos hemos escuchado al menos una vez en nuestra vida un caso como este.
¿Cuántos de nosotros no hemos oído –o quizá relatado– alguna historia de terror sobre un fantasma que aparece en la carretera? ¿Cuántas de esas historias no terminan en la desaparición de dicha entidad sin que los conductores sepan a dónde se fue? Este es el caso de La dama de blanco.
Ed Warren menciona esta aparición en el libro “Graveyard: True Hauntings from an Old New England Cementery”, donde cuenta sobre una extraña mujer fantasmal que suele aparecer en el cementerio Union, ubicado en la ruta 59 de Easton. En las páginas se describe su historia: fue una mujer asesinada en el siglo XIX cuyo cadáver fue arrojado al norte de dicho cementerio.
Según el testimonio de varios conductores, afirman haber visto a una mujer vestida de blanco en las inmediaciones del campo santo, a quien están seguros de haber atropellado debido a que “aparece” de pronto y sin saber de dónde salió. Sin embargo, todos concuerdan en que a salir del vehículo para buscar a la dama, no encuentran ni un solo rastro de ella; o lo que es más, ni una sola huella que indiqué que allí había otro ser humano.
Durante la investigación que Ed Warren llevó a cabo describe lo siguiente:
“Aparqué mi furgoneta en el cementerio y esperé en silencio con mi grabadora de vídeo. La única luz que se veía era una luz de la calle, que estaba a 50 metros de donde yo estaba sentado. De pronto escuché una mujer llorando y me asomé lentamente. Vi cientos de luces fantasmas que flotaban alrededor y formaban la figura de una mujer. Yo no podía distinguir los rasgos faciales, pero pude ver que tenía el pelo largo y oscuro y que estaba vestida de blanco. Me emocioné un poco, así que comencé a caminar hacia ella para filmarla mejor, pero ella desapareció. Olvidé en ese momento que nunca hay que caminar hacia un fantasma, sino que hay que dejar que el fantasma venga a ti, porque puedes cambiar el campo molecular y magnético cuando un fantasma se está materializando”.
El caso de Amityville
Un caso que no necesita presentación no sólo por haber contado hasta cierto punto con la intervención de los Warren, sino porque simple y sencillamente es un hecho que ha pasado a la historia como uno de los eventos más perversos y macabros que ser humano alguno pudo cometer. La historia es la siguiente:
El 13 de noviembre de 1973 Ronald DeFeo entró a un bar en Amityville, NY, no para pedir un trago, sino para informar que sus padres y sus hermanos habían sido asesinados de una forma brutal: a tiros de escopeta.
Tras saberse esto la policía acudió inmediatamente al lugar de los hechos, donde, impactados, se encontraron con un escenario para el que seguramente todos sus años de servicio no los habían preparado para mirar, pues hallaron a toda la familia DeFeo asesinada tal cual el joven lo había descrito. Los padres, Ronald y Louise, presentaban signos de haber muerto con un tiro de escopeta, él en el pecho y la madre en la cabeza; mientras que los cadáveres de sus otros cuatro hijos de 18, 13, 12 y 9 años de edad, yacían boca abajo en sus camas, todos de igual manera con un tiro de la misma arma de fuego.
Por desgracia para Ronald la policía encontró algo más, pues en una de las alcantarillas hallaron una funda de almohada en cuyo interior estaba la ropa de DeFeo manchada de sangre, aunque en el mismo saco de tela también había la funda de un arma y las balas de ésta. Así, Ronald se había convertido en el principal sospechoso.
Sin embargo, lo que los agentes no se esperaban era la defensa del joven, quien aceptó que si bien había asesinado a su familia no lo hizo porque así lo quisiera, sino porque unas voces dentro de su cabeza se lo habían ordenado.
Y aunque todos lo tomaron por loco, o simplemente por un hombre que fingía demencia con tal de no ir preso, pronto llegó otra familia que sufriría un terrible destino en aquella casa de Amytiville.
Fue así que en 1975 la familia Lutz se mudó al hogar que antes había sido de los DeFeo, aunque su estancia no fue nada placentera, pues desde la primera noche experimentaron sucesos paranormales, como lo fue un intenso frío a toda hora del día y constantes despertares las 3:15 de la madrugada, hora aproximada en que habían sido asesinados los inquilinos anteriores.
Poco a poco fueron aumentando los eventos, llegando al punto de que Allison, de 13 años, afirmaba tener un amigo imaginario en forma de cerdo, el cual podía cambiar de forma y tamaño a su antojo. Lo extraño es que el padre de la niña también afirmaba haber visto deambular en la casa a una figura sumamente parecida a la que la niña describía.
Otras situaciones que experimentaron fue el brotar de un extraño limo oscuro que se esparcía por toda la casa, al igual que una clase de líquido gelatinoso que brotaba de todas las paredes y sin encontrar una fuente aparente para ello; tiempo después las investigaciones arrojaron que se trataba de ectoplasma. Aun así, la familia comenta que la peor noche fue la última, cuando se hicieron presente violentas manifestaciones de la o las entidades que se albergaban allí, pues aseguran que no sólo los muebles, puertas y ventanas comenzaron a azotarse, sino que eran acompañados de un sinnúmero de voces que gritaban cosas obsenas.
Fue así que tan sólo 28 días después de haber llegado a aquella casa, los Lutz decidieron abandonarla para nunca más volver.
Cuando los Warren se enteraron del caso visitaron aquel hogar fantasmal, donde Ed sufrió algunos maltratos físicos que, aunque mínimos e inofensivos, incluso lograron derrumbarlo en algunas ocasiones; mientras tanto Lorraine experimentó algunas visiones en las que decía ver los cadáveres de los DeFeo tirados en el suelo, aunque también aseguró mirar otras presencias.
Sin embargo, quizá la manifestación más asombrosa fue la capturada en una fotografía, donde de forma sumamente clara se aprecia lo que se dice es el fantasma de un niño. Por otro lado, las investigaciones también arrojaron que en aquella finca fue enterrado un practicante de magia negra llamado John Ketchum; y si no fuera poco, se supo que años antes los terrenos sirvieron de cementerio para los indios Shinicock.
Fue así que tras las diversas indagaciones de los Warren, determinaron que aquella casa en Amityville no era sino el receptáculo de años y años de muerte, dolor y sufrimiento, por lo cual, todavía existían presencias dentro de esas paredes que, si bien no lo aseguraron, tampoco descartaron por completo que tuvieran algo que ver con las voces que el joven DeFeo escuchó antes de asesinar a su familia.