“The Guilty”, una llamada de auxilio por la redención y el perdón
A todos nos queda claro, cuando hay una buena trama y un buen manejo del suspenso no es necesario que un thriller (o cualquier género) necesite de una enorme producción para mantener al espectador al filo de la butaca, tal y como lo demuestra la cinta danesa The Guilty (Culpable, 2018), del director Gustav Möller y protagonizada por Jakob Cedergren.
Asger Holm (Cedergren) es un oficial de policía retirado y limitado a atender las llamadas de emergencia en una pequeña oficina, donde debe pasar tediosas y aburridas veladas hasta que termine su turno. Sin embargo una noche recibe la llamada de Iben (voz de Jessica Dinnage), una mujer que aparentemente ha sido secuestrada y quien depende sólo de él para salvar su vida, aunque durante la madrugada las cosas se pondrán bastante turbias cuando oscuros secretos salgan a la luz.
The Guilty no sólo es una película llena de intriga desde su principio hasta su final, sino que al igual que otras como Pontypool (2008) o The Battery (2012), es capaz de crear una atmósfera tensa y una trama envolvente mediante el uso de un sólo escenario y la participación de un único actor (aunque con la esporádica aparición de otros personajes secundarios). Por ello es que su historia resulta tan eficaz, pues prácticamente no hay elementos que nos distraigan del punto central de su historia y por ende las sorpresas que ésta contiene se vuelvan más impactantes.
La historia comienza con Asger, un oficial de policía relegado a contestar las llamadas telefónicas de emergencia y a quien vemos como un tipo fastidiado y harto de su trabajo, además de estar siempre mal humorado y tenso. Por ello los primeros minutos de la cinta parecerían ser un tanto extraños, incluso lentos pero no aburridos, pues es gracias al carácter del hombre que desde un inicio se infiere que algo irá mal en lo que debería ser otra tranquila y aburrida noche de contestar el teléfono.
Y claro, esto último no tarda en confirmarse, pues no es sino hasta que Asger recibe la llamada de Iben que The Guilty comienza a adoptar tintes de misterio que poco a poco se vuelven algo siniestro. Claro que esto no ocurre súbitamente, sino más bien progresivamente, pues a fin de cuentas la trama no es trepidante pero sí interesante, es decir, tiene la característica de envolver al espectador mediante su ritmo lento como por todo lo que no se muestra en pantalla, pues prácticamente todo se desarrolla fuera de cuadro, mediante las llamadas que el oficial recibe por parte de la mujer.
De esta manera la película nos lleva por la tormentosa odisea de una joven que ha sido secuestrada en un auto y quien no cuenta con nadie más que Asger para salir viva de dicha situación. Sin embargo, si la trama se percibe tensa e incluso desesperante es gracias a la actuación de este último, pues es un personaje sumamente terco que, cegado por la impotencia y la ira, termina por tomarse el caso de manera personal, lo que a la larga traerá consecuencias nada gratas.
Además, el suspenso de The Guilty aumenta cuando se deja al descubierto que Asger resulta ser un tipo con un turbio secreto con el que debe lidiar en medio del secuestro, mismo que si bien entorpece su juicio también le sirve para afrontar la situación en busca de encontrar el perdón de sí mismo y la expiación de sus culpas mediante la ayuda que le brinda a Iben. Todos estos elementos que inyectan a la historia una grata dosis de misterio y oscuridad.
Sin embargo, el mayor fuerte de la cinta terminan por ser sus últimos minutos, donde suceden una serie de revelaciones y hechos (de nuevo, todo mediante llamadas telefónicas y voces en off) que generan enormes e inesperados giros de tuerca en la trama, por lo cual The Guilty termina por convertirse en un filme cuyas sorpresivas revelaciones por momentos la acercan a lo siniestro e incluso lo sádico y brutal, aunque esto último no se muestre en pantalla.
En resumen, The Guilty es una cinta que si bien puede llegar a sentirse bastante lenta durante sus momentos iniciales, termina por ser una historia bastante oscura y turbia gracias a su atmósfera pesimista y tensa, lo que ayuda a generar un suspenso que sin llegar a lo cardíaco es capaz de mantener la atención del espectador hasta el final; atención que se convierte en un brutal impacto tras sus revelaciones finales.