«Antrum»: la película maldita que provoca la muerte de quien la mira

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Hay películas en este mundo que no están hechas para conocerse, sino simplemente para convertirse en rumores y en leyendas. Con esto se busca proteger la vida humana, pues la visualización de estos filmes ocasiona la muerte de quien los mira. Ejemplo de esto es Antrum (2018), la película más mortal jamás hecha.

En los años 70, diversos festivales de cine se negaron a proyectar la película Antrum. Tras rechazarla, los directores de los eventos murieron en trágicas circunstancias. A raíz de esto, la obra se convirtió en objeto de deseo para cualquier cinéfilo o amante de lo oculto y del morbo.

Antrum
Antrum. Fuente: IMDb

Por fortuna (o por desgracia), algunas copias del largometraje sobrevivieron para exhibirse en algunos cines de la época. Sin embargo, antes o después de su proyección, los recintos fueron escenarios de grandes tragedias. Por ejemplo, uno de ellos se incendió con los espectadores dentro, mientras que en otro, el público sufrió de histeria y de alucinaciones.

Ahora, a más de 30 años de su “estreno”, una copia de la cinta fue hallada y liberada para su visualización. Tras todas estas advertencias, solo depende del espectador mirarla o no.

Antrum
Cine en llamas durante la proyección de «Antrum»

Antrum, un ejercicio de lo experimental a lo retorcido

La historia de Antrum sigue a dos jóvenes hermanos, cuya mascota ―una inocente perra― debe ser sacrificada por alguna razón. Ambos, al estar convencidos de que su cachorra fue condenada al infierno, deciden cavar un agujero en un bosque para rescatar al animal. Desgraciadamente, lo que encontrarán en esos páramos irá más allá de la locura y de lo infernal.

A través de una combinación entre el mockumentary, el found footage y el lost footage, los directores David Amito y Michael Laicini recrean lo que califican como “la película más mortal jamás hecha”.

Antrum. Fuente: YouTube

Antrum no es más que una ficción que busca hacer creer al espectador que se trata de una obra maldita. Esto lo logra al dividirse en dos partes:

  • La primera es la introducción y el final de la película. Cada uno de estos segmentos incluye desde entrevistas hasta material que documenta “la existencia” y las tragedias que ha provocado el filme. Esto le da credibilidad a su maldición, lo que predispone al espectador a ver algo terrorífico en pantalla.
  • La segunda parte es la cinta per se, es decir, la trama de Antrum. Ahora, lo interesante no solo es ver la historia, sino la edición del filme, pues está manipulada con escenas sobrepuestas que buscan ser “perturbadoras/subliminales”.
Antrum
Antrum. Fuente. Sitges Film Festival

Esto, sumado a que está grabada en 35 mm, provoca una sensación de incomodidad y de realismo que puede asustar a algunos.

No obstante, la intención es predisponer (casi hasta ser pretenciosa) al público a mirar algo realmente aterrador y retorcido. En ese aspecto, se ayuda con material que casi se muestra como experimental.

Antrum. Fuente: Horror Hazard

Lo anterior es un arma de doble filo, ya que mientras algunas secuencias son incómodas y provocan miedo por la superposición del material extra, otras, como dijimos, son pretenciosas.

Por último, aunque Antrum es interesante, entretenida y su propuesta no es mala, este tipo de proyectos suele decepcionar. Claro, no siempre es porque sean malos, sino porque al venderse como malditos, las expectativas pocas veces se cumplen al no ver eso que supuestamente llevó a otros a la locura y a la tragedia.