El Agente Topo: La importancia de envejecer con dignidad

- Por

El Agente Topo, documental chileno que pude ver en el Festival de Cine de Lima 2020 y que deslumbró a la crítica, está dirigido por la cineasta chilena Maite Alberdi, una directora experta en documentales y con mucho tino para abordar temas como el Síndrome de Down en Los Niños y la vejez en La Once. Aquí vuelve a tocar el tema de la vejez pero desde otro punto de vista. A diferencia de La Once, donde se mostraba a mujeres de avanzada edad pero de cierta posición privilegiada, aquí vemos todo lo contrario, nos muestra el abandono y la precariedad de adultos mayores.

La película se ubica inicialmente en una agencia de detectives, donde Rómulo, el dueño, pone un aviso en el periódico buscando hombre entre 80 y 90 años para trabajar por tres meses, y luego de arduo trabajo de evaluación, termina eligiendo a Sergio, un encantador viudo de 83 años. Su trabajo será infiltrarse en un asilo de ancianos para vigilar a una mujer que posiblemente está sufriendo abuso físico.

Un aprendiz de James Bond

Pero Sergio no es precisamente un Agente 007, ni el más ducho en tecnología, pero lo compensa con ganas y carisma. Diariamente envía un reporte a Rómulo contando todo lo que observa en el geriátrico, además de las conversaciones al detalle con las ancianas del lugar.

Pronto nos daremos cuenta que Sergio se ha vuelto popular, el alma de la fiesta y el galán de moda. Es que “es un caballero”, comenta su club de fans. No es para menos, nuestro espía ha sabido empatizar con sus compañeras, aconsejando y sobre todo, escuchándolas.

Esta cinta detectivesca, con aires de cine negro, no es más que una excusa para mostrarnos un emotivo pero entretenido documental sobre la situación de las personas mayores en los asilos de ancianos, el abandono de sus familiares, y el deterioro mental propio de la edad, todo contado desde los ojos de nuestro noble y carismático detective.

El Agente Topo no pretende realizar una crítica hacia estos albergues o sus condiciones de vida sino apelar al sentimentalismo para recordarnos la importancia de envejecer dignamente, lo insensible que se ha vuelto la sociedad mirando hacia otro lado y el olvido del que muchas veces participamos.

No sé ustedes, pero luego de ver esta película, me dieron ganas de correr a ver y abrazar a mi abuelita.