Wong Kar-wai: conociendo al último romántico
El amor nunca había dolido y a la vez conmovido tanto como el mostrado por Wong Kar-wai. Con su estilo tan reconocible construido por años, ha sabido cautivar a muchos entre los que me incluyo. Con primicias simples, pero poderosas es que logra posicionarse como uno de los mejores autores de cine mundial.
El maestro está de cumpleaños hoy, razón por la cual se le dedica esta publicación. A continuación, contaré lo que hace que su cine destaque tanto. Cosa que para quienes lo conocen más, así como quienes no, les podría ser de interés.
Algunos datos biográficos
– Originario de Shanghai, China y luego asentado en Hong Kong.
– Estudió diseño gráfico y se inició en lo audiovisual como guionista de televisión.
– As Tears Go By, su ópera prima, es muy distinta a lo que haría después siendo una película de crimen al estilo de John Woo.
– Postuló cinco veces a la Palma de Oro en el festival de Cannes sin ganarla. En 1997 ganaría a mejor director ahí por Happy Together.
– Su trabajo influyó a directores como Barry Jenkins, Isabel Coixet y Xavier Dolan.
¿Cómo narra?
Las historias en el cine de Wong Kar-wai se rigen principalmente bajo tres pilares temáticos: desamor, tiempo y soledad. A través de una narrativa poco convencional, el cineasta gusta de mostrar ese lado del amor más punzante que en algunos casos puede degenerar en dependencia tóxica. Desde gritos hasta los gestos más sutiles, es que logra dotar sus historias con una fuerte melancolía.
El tiempo es siempre ese enemigo invisible, aquel con el que sus personajes, sin saberlo, siempre luchan, pero saben que su pasar es inevitable y más que sanar, solo daña. Por último está la soledad y es que él la usa para que sus personajes se encuentren a sí mismos, sufran y se realicen. Todo propio de la naturaleza humana que plantea buscando romper con lo ya establecido.
¿Cómo filma?
Más allá de su narrativa, es su estilo visual lo que más se destaca. El talento que el cineasta tiene para componer imágenes es reconocible al instante. Maneja un rango que puede ir desde una frenética cámara en mano hasta lentos paneos. Esto le permite jugar mucho con la profundidad de campo manipulando lo que el espectador puede y no puede ver.
A lo visual se suma también su uso del montaje el cual cuenta con una cadencia especial. Sumerge de lleno a quien lo ve y aumenta el encanto de sus imágenes dándoles una mayor poética. La música es también clave en su cine porque siempre está para sumar a lo que quiere contar. Por último no podía no mencionar su muy cuidada dirección de arte porque siendo un cineasta de detalles, cada elemento del encuadre dice algo.
¿Cómo iniciarse en su cine?
La respuesta, a título personal, adentrarse en el trabajo de Wong Kar-wai es Chungking Express. La que en mi opinión es su película más accesible. Con un espíritu que raya entre lo fantástico y lo urbano, se trata del trabajo más sencillamente bello del cineasta. A través de estos relatos bastante humanos sobre romances perdidos, nos enseña los claroscuros de la vida. Dentro de cada fracaso personal, siempre vendrá algo mejor después.
Palabra de Tarantino
Si a alguien le debe Wong Kar-wai parte de su éxito mundial es a Quentin Tarantino. Fue justo Chungking Express (que salió el mismo año que Pulp Fiction) la que vería y quedaría muy encantado. Lo suficientemente encantado para que la distribuya por todo Estados Unidos. Eso haría que el director chino gane más notoriedad por esos lares.
“Cuando la ví la adoré. Me gustan las películas románticas y esta tiene un maravilloso ambiente de comedia romántica que al mismo tiempo encapsula ese mundo frenético del Hong Kong callejero”
In The Mood For Love: su mejor trabajo
Desde su debut en el festival de cine de Cannes hace 21 años, la cinta de Wong Kar-Wai ha dejado una huella imborrable en la historia del cine y que a mí, en lo personal, me ha marcado profundamente desde mi modo de ver el cine como un arte mundial que no distingue nacionalidad hasta mi visión sobre el romance. La historia de amor entre el señor Chow y la señora Chan es algo que hasta el día de hoy me atrapa y a la vez siempre me destroza.
El romance siempre ha sido un tema recurrente en la filmografía del cineasta chino y acá es presentado en su modo más fino, como también en su expresión más triste. La represión, el amor imposible y la culpa de no poder confesarlo son cosas que, apoyadas por la excelente fotografía de Christopher Doyle, se muestran de un modo tan bello haciendo que cada plano te transmita esas mismas sensaciones que te perseguirán toda la vida.