City of Ghosts: el cine documental como arma periodística

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Uno de los roles más importantes del cine documental, que lo emparenta con el periodismo, es el interés por divulgar información y difundir ideas que generen un cambio social y ayuden al hombre a cuestionar su realidad mediante la toma de consciencia. Hace tiempo que lo vengo diciendo: algunos de los periodistas más importantes de la actualidad se han pasado al cine. Gracias a estas personas comprometidas que no temen utilizar las herramientas innovadoras del cine, ni desdibujar los límites entre la realidad y la ficción; así como a productores que deciden invertir grandes recursos en la elaboración de obras de calidad, el género del documental ha crecido a ritmo agigantado, tanto así que ya representa una importante oferta en festivales de cine o plataformas virtuales como Amazon (quien produce esta cinta), Netflix, Vimeo o Youtube.

Fuente: moviemarker.co.uk

Revelar la verdad es un trabajo peligroso

Matthew Heineman, obtuvo el reconocimiento mundial tras la realización de Carter Land, un documental que indaga en la problemática del tráfico de droga en la frontera de México y Estados Unidos, al tiempo que hace un análisis profundo de la narcocultura. Lo que sin duda puede considerarse uno de los trabajos periodísticos más arriesgados y valientes de la historia reciente, le valió nominaciones al Óscar, BAFTA, Gotham y Emmy. Heineman vuelve a la carga con City of Ghost, un documento sobre el coraje, la hermandad y un llamado a la resistencia en contra de la injusticia y el allanamiento de los derechos humanos.
La película se estrenó en Sundance este año y ha recibido la aclamación mundial de la crítica, así como más de 20 nominaciones y 8 premios, entre los que destacan los obtenidos en los festivales de Dallas, Hot Docs, Jerusalem y Munich.

Fuente: youtube.com

Cuando los ciudadanos deciden actuar

En esta ocasión, Heineman sigue a un grupo de ciudadanos sirios que decidieron crear el RBSS (Raqqa Is Beign Slaughtered Silently), un colectivo formado por activistas anónimos que deciden arriesgar sus vidas con el fin de denunciar los abusos perpetrados por ISIS, organización terrorista que tomó el poder de Raqqa en 2014.

Las cámaras nos vuelven testigos de las estrategias de propagación del horror por parte de una de las agrupaciones más sanguinarias del mundo. El resultado es un filme sobresaliente que roba el aliento y sacude emociones, convirtiéndose en el mejor ejemplo de la importancia del periodismo como medio informativo y resaltando la fuerza que tiene el documental para dar voz a lo que nunca habría sido escuchado, para poder ayudar a cambiar la realidad partiendo de las imágenes y las palabras.