16 de las mejores frases de Daria para recordarla a 16 años de su última emisión

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Dieciséis años atrás, vimos por última vez a la inadaptada y muy ácida adolescente que cobró vida en su propia serie televisiva de MTV para robarse nuestros corazones para siempre. Así es, estamos hablando de Daria.

La caricatura homónima, creada por Glenn Elchler y Susie Lewis Lynn, no sólo se caracterizaba por su originalidad visual o porque recogía toda la esencia de la juventud noventera -como el grunge-, además brillaba por la fuerte crítica social que manejaba y, lo que más nos compete en esta nota, sus diálogos, o frases, que eran en extremo inteligentes y acertados.

Recientemente, se anunció que se está trabajando en un reboot que llevará por nombre Daria & Jodie, y tomará como eje las aventuras de nuestra intelectual favorita y Jodie Landon, uno de los personajes que más defendía la diversidad en Lawndale High, escuela a la que ambas asistían.

Y si bien no a muchos les encantó la idea, argumentando que no sería lo mismo y que la caricatura podría quedar arruinada en su memoria, a un gran porcentaje de fanáticos de Daria (incluyéndome) nos hizo el día.

En esta ocasión, para celebrar los 16 años de vida de Daria, y su próximo resurgimiento, hemos recolectado 16 de las mejores frases de la caricatura para compartirlas con ustedes y recordar buenos tiempos:

1. Al llegar a una fiesta estoy más lista para irme que para entrar.

Las fiestas nunca fueron lo más cool para Daria. Ella prefería pasar su tiempo leyendo, teniendo pláticas existenciales tirada en su colchón con Jane o viendo Sick Sad World. En todo caso, la que sí era de fiestas era su hermana Quinn.

2. ¿Te gusta? Esfuérzate por alejarlo de ti.

Daria tampoco era partidaria del amor romántico y de la concepción de muchas cosas por parte de su generación. Si aplicamos esta frase a nuestra vida diaria, podríamos encontrar una gran joya de la corona real de la sabiduría, o de la insensibilidad, como se desee ver.

3. Nunca harás amigos si mantienes tu cabeza dentro de un libro: Eso espero.

La madre de Daria constantemente se extrañaba ante la actitud apática de su hija. De cierto modo, le preocupaba que no estuviera tan inmersa en las cosas propias de la edad, como Quinn, quien salía con chicos- incluso tenía una agenda que utilizaba para anotar citas diferentes en los distintos días de la semana-. Admitámoslo, el que Daria fuera una bookworm era algo que nos encantaba.

4. No se puede controlar al corazón como tampoco a la estupidez.

Volvemos al punto número dos. Daria mostraba aversión al amor de pareja, así como a la falta de cerebro de (casi todos) sus compañeros de clase. O al menos los que eran más arquetípicos, por ejemplo: Brittany y Kevin.

5. Lo que pasó dos veces pasará tres veces… Mejor échalo a la basura.

Llámese injusticia, abuso, pérdida de tiempo, lo que sea que no te haga feliz. Las cosas nocivas que nos pasan en la vida, y ante las que no actuamos, sólo las dejamos pasar, tienen la característica de volver en ciclos infinitamente, hasta que les ponemos un alto. ¿Cierto?

6. Renuncia a la estupidez, así será más fácil entendernos

De nuevo, Daria y el rechazo total hacia la estupidez ajena. Daria creía que el mundo en el que vivimos necesita un despertar social, y que, en cambio, la indiferencia reina por doquier. Es por esta simple razón, que Daria mantenía un grupo reducido de amistades.

7. Tu familia son más dolores de cabeza, que parientes.

Estamos seguros de que esta frase, en específico, la decía por Quinn. Porque es fácil entender esto si tu hermana es una adolescente estereotipada y alienada, ¿no?

8. ¡Hey, tú!, sé ambicioso: busca tu conciencia y ponte a pensar

A diferencia de lo que podría pensarse, Daria respetaba los argumentos ajenos. Claro, siempre y cuando estos fueran producto del raciocinio propio, y no sólo por tendencia.

9. En tu cabeza no habita ni la más mínima idea, sólo tienes polvo y telarañas.

Daria fue nombrada por una compañera de clase de Mike Judge, creador de Beavis y Butt-head. Y aunque acordaron que el personaje sería una mezcla de Janeane Garofalo y Roseanne Darlene Conner, eternamente nos quedará la duda de si la Daria real compartía más que el nombre con la ficticia.

10. Todos tus héroes son idiotas. Todos, sin excepción alguna, desde Superman hasta el siempre inútil Aquaman, todos ellos no sirven para nada, ¿por qué? Sencillo: no existen.

Las referencias a la cultura popular y el consumismo masivo no podían faltar en una serie que lo tiene todo para posicionarse como una de las grandes obras de nuestra generación.

11. No tengo baja autoestima, hay un error, tengo baja mi estima hacia todos los demás.

Daria no era una chica insegura, todo lo contrario. Desde muy pequeña, tuvo muy claro quién era, qué le gustaba, y qué no.

12. Soy tan defensiva, que de hecho me esfuerzo para caerle mal a la gente. Así no me siento mal cuando sé que eso es lo que piensan realmente.

Incluso así, el personaje de Tom se añadió a la serie para darle un interés romántico a Daria. Descubrimos que el personaje principal, debajo de capas y capas de cinismo y humor negro, tenía un corazón de oro.

13. Mi meta es no despertar a los 40 años con la amarga realización de que desperdicié mi vida en un trabajo que odio porque me vi forzada a decidir una carrera en mi adolescencia.

En 1997, Eichler dijo a The Washington Post, aparentemente en broma, que, en el futuro, «Daria sería una editora de argumentos de un programa de cable».

14. ¿Podemos terminar esto de una vez? Tengo que ir a un lugar… la tele cuenta como lugar.

Daria era una ávida consumidora de televisión. Y no podemos criticarla, ¿cuántos de nosotros no disfrutábamos de las breves emisiones de Mundo Enfermo y Triste?

15. Todo el mundo miente, sin excepciones.

La sabiduría que Daria poseía, sobre todo tomando en cuenta su edad, nos hacía, en repetidas ocasiones, cuestionarnos el sentido de la vida.

16. La chica está tan obsesionada con ser bella, que eso la convierte en algo horrible.

Daria siempre se declaró en contra de los cánones de belleza. Y no porque las apariencias no le importaran en lo absoluto, sino porque estaba segura de que lo realmente importante residía en el cerebro de las personas.