‘The Cured’: ¿qué le espera a una persona que fue zombi?

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Una ciudad en ruinas invadida por unos cuantos seres humanos convertidos en caníbales, olfateando a la nada mientras torpemente merodean los alrededores, con la mirada perdida y haciendo gárgaras y sonidos guturales con la boca llena de sangre añejada y carne podrida, es una fotografía recurrente en las películas sobre catástrofes post apocalípticas, donde las causas por las que las personas se vuelven zombis, son casi siempre una epidemia o un fenómeno sobrenatural, que a su vez se esparcen (literalmente) a mordidas.  

Casi todas las historias se centran en un grupo de audaces sobrevivientes que defienden su vida hasta con las uñas y buscan detener la propagación de los zombis en el mundo.

A partir de esta premisa es que las películas sobre «muertos vivientes» exploran el drama, el suspenso, el terror y, en algunos casos, hasta la comedia.

Pero, ¿qué pasa cuando el problema ya no son los zombis, sino la reinserción social de quienes logran curarse?

Desde este cuestionamiento se teje el hilo conductor de ‘The Cured’ (“Los curados”, en países de habla hispana), una película irlandesa dirigida por David Freyne, que formó parte de la sección de presentaciones especiales del 42 Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF 2017).

El largometraje trata sobre un virus que se extiende por toda Europa y ha convertido a una buena parte de su población en salvajes monstruos come humanos.

En tanto, en una ciudad británica logran desarrollar un antídoto y reintegran a la sociedad a «los curados».

En el grupo, se encuentran Senan (Sam Keeley), quien es recibido por su cuñada, Abbie (Ellen Page) y Conor (Tom Vaughan-Lawlor), en busca de recuperar su vida en una comunidad que ya no lo ve con buenos ojos.

Cabe mencionar que «los curados» recuerdan todo lo que hicieron durante su etapa de enfermedad.

La intriga se mantiene latente gracias a la fotografía que logra una desoladora atmósfera durante toda la película. Y a ello se suman las destacables actuaciones de los protagonistas, que aportan efectivas dosis de suspenso y violencia a la historia.

Asimismo, el filme lleva a un remordimiento moral por un juego en el que los malos de pronto se desvelan como los buenos, y viceversa. Todo un vaivén de roles que otorga continuidad a la tensión en la historia.

Además, incluye unos cuantos sobresaltos (un tanto predecibles pero oportunos) para inyectar una pizca de terror convencional.

Por otro lado, justo cuando la cinta llega a sus mejores momentos de acción, le meten un inesperado freno a la narrativa y se desvía hacia un extraño rumbo de tediosas incógnitas, por lo cual ‘The Cured’ cuenta con opiniones dividas entre la audiencia y sufrió de un tibio recibimiento por parte de los críticos.

Sin embargo, obtuvo las nominaciones a Mejor Guion en los Fangoria Chainsaw Awards y al Mejor Maquillaje y peinado en los Irish Film and Television Awards.

En pocas palabras, la película es un sombrío retrato de dolorosas realidades sobre la denominada “naturaleza humana”: la pérdida de misericordia frente a una crisis, la desvalorización de la vida por un problema de salud y de cómo la empatía desaparece para dar paso a la discriminación, todo en nombre de la supervivencia.

Es una cinta de zombis muy dramática que se arriesga a ir más allá de los «jump scares» y la sangre para ostentarse como película de terror.