Graciosos y aterradores: los clichés más recurrentes del cine de terror
Sin importar la versatilidad ni la libertad con la que cuenta el cine de terror para narrar nuevas historias, es un género que no se salva de presentar ciertos lugares comunes que, con el paso de los años, pareciera que se han convertido en una especie de reglas. Por ello, te presentamos una lista con los clichés más recurrentes en estas películas:
¿Para qué permanecer juntos? ¡Separados es mejor!
No importa cuántos sean, ni si son inteligentes o con menos cerebro que un zombie, pues siempre, siempre pero siempre, ¡el grupo de amigos tendrá la maravillosa idea de separarse! Después de todo, seguramente el asesino, monstruo o fantasma no tendría tanta diversión si los mata a todos en un solo lugar y de una sola vez.
El sexo es malo… al menos antes del matrimonio
Si de algo se puede tachar al cine slasher de los años 80, es de todo menos de ser inmoral, pues a fin de cuentas, cintas como Friday the 13 (1980) nos enseñaron que todo jovencito y jovencita decente debe esperar hasta el matrimonio para tener sexo… pues, de lo contrario, son propensos a morir a manos de un asesino durante o después de haberse demostrado su amor en la cama. Por supuesto, esta es una tendencia que sigue manteniéndose hoy en días en el género.
El talón de Aquiles
Ya seas una persona «debilucha» o cuentes con el mejor físico, en una película de terror tu talón puede ser incluso un enemigo más peligroso que el psicópata que te persigue. ¿Por qué? Fácil, pues siempre se le ocurrirá lastimarse, enredarse, tropezarse o hasta meterse en una trampa para osos al momento que necesites correr por tu vida.
¿Quién necesita un mecánico con un automóvil último modelo?
¿Tienes un Volkswagen de 1968, un Lamborghini último modelo o el Mustang más reciente? ¡No importa!, porque tu auto siempre decidirá descomponerse y no arrancar en el momento menos indicado, o quizá simplemente las puertas se queden trabadas para convertir al vehículo en una trampa mortal (sobre todo si el asesino se encuentra escondido en el asiento trasero). Después de todo, quizá no le guste la forma en que lo has tratado y prefiere que seas asesinado antes que ayudarte a escapar.
Tanques llenos, vidas largas
La próxima vez que salgas de viaje, y sobre todo si es a algún bosque alejado de la ciudad a la parte más recóndita de Texas, no olvides llenar el tanque de gasolina o, en todo caso, llevar algunos litros de sobra, pues quizá los precios altos de este combustible sean el menor de tus problemas. Ahora bien, si decides estacionar en uno de estos locales y notas que sus dueños son bastante… peculiares, asegúrate al menos de no probar la barbacoa.
Celulares malditos
Si decides cambiar de celular, te recomendamos ampliamente contratar el plan tarifario más alto, o al menos uno que te garantice una cobertura y recepción a donde quiera que vayas. A menos, claro, que quieras arriesgarte a que tu teléfono móvil no tenga señal cuando más lo necesitas; como por ejemplo, cuando tengas que llamar a la policía antes de que el asesino te encuentre; por supuesto, si es un teléfono fijo, antes de llamar revisa bien que el cable no haya sido cortado.
Policía bueno, policía malo
Además del típico juego entre el policía bueno y el policía malo, recuerda contar una historia creíble para los asesinatos que acabas de presenciar o para los sucesos paranormales que quieres denunciar, pues lo más probable es que los oficiales te tomen por loco, o te crean a ti el culpable. Ahora, claro, tampoco resultaría nada extraño que aquel policía que no te creyó termine asesinado por el psicópata o el monstruo…ma menos, claro, de que él también sea un aliado del villano.
Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad
Si eres de las personas que ignoran los cuentos de un borracho o tomas como meras fantasías los desvaríos de un loco, quizá la próxima vez quieras escucharlos con más atención, sobre todo si te confiesan que en el lugar donde has ido ocurren cosas extrañas y retorcidas, el tipo de cosas que la gente no quiere que se sepan.
Festividades malditas
Dejando de lado a los tipos de máscaras blancas obsesionados con regresar a casa cada Halloween, toma en cuenta que cada vez que decidas ir a pasar un buen rato al bosque, a una casa embrujada, o un hospital abandonado, no importa qué día elijas para estar allí, pues ese día siempre coincidirá con el aniversario en el que se llevaron a cabo terribles asesinatos en el lugar.
Tiro al blanco
Ya sea que tengas una medalla en tiro con arco o siempre des en el centro del tablero con los dardos, asegúrate que una vez que tengas una pistola en tus manos, tu puntería sea tan buena como para apuntar a la cabeza del asesino y no sólo a su pecho, a sus pies o a cualquier otro punto de su cuerpo no vital. Ahora que si por un milagro has “asesinado” a tu verdugo de un tiro al corazón, que no se te olvide rematarlo con un disparo en medio de la frente, pues créenos, a casi ninguna víctima se le ocurre esto y, bueno, ya sabemos cómo terminan las cosas para ellos.
Las malditas hipotecas
Cuando te mudes de casa, recuerda siempre preguntar por qué te vendieron a tan bajo costo tu nuevo hogar, pues no sería raro que dentro de aquellas viejas paredes se hayan llevado a cabo rituales, masacres, torturas o todo ese tipo de cosas que no se les dice a los clientes.
A paso lento, pero seguro
Existe un dicho entre los fanáticos del cine de terror que, aunque sencillo, es 100% verdadero: No importa que tan veloz corras, Jason camina más rápido. Por supuesto, no es necesario explicarlo.
¿Quién necesita una fortaleza cuando se tiene una cama?
No, nos referimos al hecho de cubrirte con las mantas para que mágicamente desaparezcan los monstruos, sino a aquellas (tontas) decisiones de esconderse del monstruo o del asesino dentro de un casillero, bajo una cama o en el interior de un clóset. Y si lo haces, por favor, te rogamos que no mires dos veces por las rendijas o sobre la cama, pues sabemos que si bien la primera vez que lo hagas no pasara nada, en la segunda ocasión que lo intentes el villano siempre estará allí para sacarte de tu escondite.
Por supuesto, se añaden puntos extra si al ver por las rendijas del casillero, el psicópata pasa sin verte (para luego regresar por ti, obviamente), o si bajo la cama vez pasar los pies de tu perseguidor.
Con amigos como esos…
No es raro que una vez que el protagonista se encuentra en espera de que se aparezca frente a él el fantasma o asesino del que esta huyendo, en su lugar salga de pronto (casi siempre por la espalda) un amigo, un familiar o simple bromista haciendo lo que mejor sabe: jugar bromas. Por supuesto, tampoco es nada extraño que la persona en cuestión también porte la máscara del psicópata de la historia al momento de asustar a su compañero (ya saben, para que grite más fuerte).
Un consejo: si eres de los que prefieren espantar, asegúrate que no te confundan con el verdadero asesino y termines muerto.
Acordes de infarto
¿Hay algo más espantoso que un inesperado jumpscare? Sí, sí lo hay, y eso es la estresante música que ocurre antes de que el susto se lleve a cabo. Después de todo, que arroje la primera piedra quien no se haya tranquilizado al escuchar que la música de suspenso (que anunciaba el susto) se desvanece poco a poco sin que nada malo haya ocurrido… sólo para que el verdadero jumpscare se presente justo cuando la música desaparece y, ahora sí, se genera un sobresalto de verdad.
A palabras necias, oídos sordos
Al parecer los protagonistas nunca verán las suficientes películas de terror como para saber que una vez que su amigo, su pareja, su hijo o quien quiera que sea su ser más amado se haya convertido en zombie, no escuchará ni le importarán todos aquellos recuerdos ni palabras de afecto con tal de que no los devore.
Reflejos de miedo
Trillados pero siempre efectivos son todos aquellos espejos (sobre todo si se encuentran dentro de un baño), que al vernos en ellos no hay nadie allí más que nuestro reflejo. Al menos hasta que echemos un segundo vistazo y veamos que de pronto ya hay un fantasma atrás de nosotros.
Ante todo la igualdad
Una de las cosas más bellas del cine de terror, es que regularmente el villano no se fija en el color de piel, la raza, las ideologías políticas o religiosas para elegir a sus víctimas, sino que arrasa con todos por igual. Sin embargo, no es raro que los primeros en morir siempre pertenezcan a una comunidad o a un grupo marginado (Ya saben, el famoso: “el negro siempre muere primero”, que más que una verdad en las películas, ahora se toma más como un chiste local entre los fanáticos).
¿Playa? No, mejor un bosque maldito
Parece que los jóvenes de la ciudad no son tan partidarios de las playas, pues cada vez que tienen la oportunidad de salir de vacaciones se muestran con una especial predilección por ir a dormir dentro de alguna cabaña en medio del bosque. Además, si el lugar tiene un sótano por demás tenebroso, entonces es el lugar ideal para pasar el fin de semana, después de todo, ¿qué podría salir mal?
La última mujer en pie
Más que un cliché, en los años 80 y 90 se convirtió casi en una regla el que la única sobreviviente siempre fuera una mujer. Hoy en día esto no ha cambiado mucho, ¿la diferencia?, que mientras en décadas pasadas el que sobreviviera únicamente una chica (casi siempre virgen) era una metáfora de la pureza frente a lo maligno -encarnado por el monstruo o asesino- hoy en día esto pasa a ser más un requisito.
Night of the Living Clichés
Todos tenemos una película de terror favorita, la cual, a veces puede ser considerada como de culto o simplemente para otros puede ser pésima y aburrida; a fin de cuentas, si el filme nos gusta a nosotros, qué importa lo que digan los demás. Sin embargo, parece que un sin fin de directores tienen especial preferencia por Night of the Living Dead (1968), pues no es raro que los protagonistas de un gran número de cintas de este género la estén viendo en sus televisores.
Quédense al final de los créditos
¿Recuerdan que les dijimos que siempre es bueno rematar al asesino con un tiro en la cabeza? Bueno, no digan que no se los advertimos cuando en la última escena vean mover un dedo, cerrar el puño, abrir un ojo o cualquier otro indicio que de muestra de que el villano sigue vivo y con la intención de regresar para una secuela más, y otra más, y otra, y otra…
Hasta aquí llega nuestra lista, aunque claro, estamos seguros que hay muchos más clichés que son casi indispensables en una cinta de terror. Y aunque estos recursos se han vuelto hasta cierto punto predecibles, también cabe preguntarnos, ¿que sería del género sin situaciones tan comunes, divertidas y espantosas como estas?